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Los genes y las lenguas no siempre están unidos

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¿Coincide la historia de nuestras lenguas con la historia de nuestros genes? Charles Darwin pensó que sí, otros dijeron que no. Un equipo interdisciplinario de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, la Universidad de Zúrich y la Universidad de Harvard ha creado GeLaTo, una base de datos global que vincula datos lingüísticos y genéticos. Encontraron una gran cantidad de coincidencias, pero también desajustes generalizados y sistemáticos.

original 2 Los genes y las lenguas no siempre están unidos

La cocina tradicional maltesa refleja su legado genético de todo el Mediterráneo y las estrechas relaciones con Sicilia. Los malteses, que hablan una lengua semítica, representan un caso de desajuste gen-lenguaje, al no estar tan estrechamente relacionados con otros hablantes de su familia lingüística.
Crédito de la imagen: boggy22

En el mundo se hablan más de 7000 idiomas. Esta diversidad lingüística se transmite de una generación a la siguiente, a medida que aprendemos la lengua de nuestros padres. La transmisión de idiomas se puede comparar con la transmisión de rasgos y genes biológicos, lo que sugiere caminos evolutivos similares. Sin embargo, los idiomas se pueden aprender no solo de los padres, sino también de otros grupos y compañeros. ¿Están ligados los idiomas y los genes en la historia humana? Un nuevo estudio probó esto por primera vez a escala global.

Una empresa conjunta iniciada por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig en colaboración con la Universidad de Zúrich y la Universidad de Harvard ha creado una base de datos con el sabroso nombre GeLaTo (GEnes and LAnguages ​​TOgether), el término italiano para helado, que combina datos genómicos y datos lingüísticos para estudiar la evolución global del lenguaje. En este nuevo estudio, los investigadores examinaron y cuantificaron hasta qué punto coincidían las historias lingüística y genética de las poblaciones.

“Nos enfocamos por primera vez en los desajustes entre genes y lenguaje, casos en los que los patrones biológicos y lingüísticos diferían: con qué frecuencia y dónde ocurren, qué tipos podemos identificar”, dijo Chiara Barbieri, genetista de la Universidad de Zúrich que dirigió el estudio. “Está claro que las personas que hablan idiomas relacionados tienden a estar relacionados genéticamente, lo que confirma una historia biológica y cultural compartida. Pero este no es siempre el caso: aproximadamente una de cada cinco relaciones entre genes y lenguaje en nuestra base de datos no coincide, y ocurren en todo el mundo”.

Desajustes entre la genética y la lingüística

La mayoría de los desajustes resultan de poblaciones que cambian al idioma de una población vecina que es genéticamente diferente. El caso de personas que mantienen una identidad lingüística original a pesar de la asimilación genética con sus vecinos es más raro, pero también ocurre. Por ejemplo, los húngaros son genéticamente similares a sus vecinos, pero su idioma está relacionado con los idiomas de Siberia.

“Una vez que sepamos dónde ocurrieron tales cambios de idioma, podemos intentar responder por qué ocurrieron”, explica Russell Gray, director del Departamento de Evolución Lingüística y Cultural del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva e iniciador del proyecto. «Este enfoque combinado nos permite profundizar en nuestro pasado y comprender el papel del lenguaje en la configuración de la diversidad humana, una diversidad que es mucho mayor que en otros primates».

Estudios sistemáticos con grandes datos

GeLaTo contiene información genética de más de 4000 personas que hablan casi 300 idiomas. Esta base de datos global contiene suficiente información para desenredar las historias demográficas y lingüísticas. El recurso está vinculado a otras bases de datos lingüísticas y culturales desarrolladas en el departamento de Gray. Robert Forkel, programador científico del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y uno de los autores del estudio, agrega: «Fue alentador ver que nuestro marco de datos de investigación podría servir como columna vertebral para vincular también los datos genéticos».

El alcance de GeLaTo es global y explora las relaciones entre los genes y el lenguaje en todos los continentes. “El caso más estudiado de relación gen-lenguaje ha sido el indoeuropeo, la familia lingüística más difundida en Europa y partes de Asia, que comprende lenguas como el francés, el alemán, el español, el farsi y el griego. Encontramos que el nivel de coincidencias para esta familia es particularmente alto, en comparación con otras regiones y familias lingüísticas en nuestro conjunto de datos. Esto podría haber dado la impresión de que las coincidencias gen-lenguaje son la norma”, afirma Damián Blasi, investigador del Departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard y codirector del estudio. “La disponibilidad de datos genéticos está sesgada hacia los países occidentales. Es importante incluir datos genéticos y lingüísticos de poblaciones de todo el mundo para entender la evolución del lenguaje”.

Fuente: millas por galón


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