Algunos contienen lágrimas, otros ofrecen sonrisas nerviosas, cada uno consciente de que el momento marca el comienzo de un viaje que cambiará su vida lejos de casa.
“Nunca he salido de la ciudad de Guatemala, mucho menos de mi país”, dijo Billy, uno de los participantes. «Mi familia está muy emocionada porque seré el primero de nosotros en viajar al extranjero».
Camino seguro
Su oportunidad de tres meses es parte de un proyecto piloto diseñado para crear vías de migración laboral seguras y regulares, apoyado por el Gobierno de Guatemala, la Embajada de Alemania en Guatemala, el Instituto de Capacitación Técnica y Productividad y el Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El viaje está guiado por un sentido de propósito formado por la resiliencia, la determinación y años de esfuerzo. En Alemania, ese propósito se traducirá en habilidades, conocimientos técnicos y el compromiso de apoyar a sus seres queridos en su país de origen.
Meses de entrenamiento se juntaron en un momento en la puerta de embarque, donde la determinación pesaba más que los nervios.
Los trabajadores se capacitarán y trabajarán como distribuidores de paquetes, adquiriendo habilidades valiosas, manteniendo a sus familias y forjando nuevas conexiones en el extranjero.
Después de meses de preparación, el momento parece surrealista y ganado con esfuerzo, el resultado de meses de estudio, evaluaciones y anticipación.
Ricardo, un maya de 36 años de Alta Verapaz, una región del norte de Guatemala conocida por su rica producción de café, solía levantarse a la 1 de la mañana para viajar a la Ciudad de Guatemala para las sesiones de capacitación organizadas como parte del proyecto piloto.
Espera que este nuevo capítulo pueda ayudarlo a construir un futuro más estable en casa.
Oscar, un mecánico de automóviles, junto con Douglas y John, dijeron que están emprendiendo el viaje para brindarles a sus hijos un futuro más seguro y brillante.
«Cuando recibí la noticia, no lo podía creer», dijo. «Había postulado para el programa un año antes y casi había perdido la esperanza. Entonces, de repente, recibí la llamada. Voy con orgullo, quiero mostrar de qué estamos hechos los guatemaltecos».
Para varios participantes, una simple publicación en las redes sociales anunciando la oportunidad fue el primer paso hacia una posibilidad que nunca habían imaginado.

La capacitación técnica en sistemas automotrices y seguridad preparó a los hombres para los desafíos futuros, fortaleciendo sus habilidades mucho antes de abordar el avión.
En los meses previos a su partida, el grupo asistió a cursos para aprender habilidades que, según dijeron, los acompañarían toda la vida: estudiar motores, sistemas de mantenimiento y los nombres correctos de las piezas de los automóviles.
El grupo también asistió a clases de alemán organizadas por la OIM, sesiones interculturales y visitas virtuales a su futuro lugar de trabajo.
Lo que practiquen en el extranjero se trasladará a casa, fortaleciendo sus comunidades, inspirando a otros y creando pequeños cambios a través de las fronteras.
Nuevas oportunidades en el exterior para los jóvenes talentos de Guatemala
Para John, la emoción tenía que ver tanto con el descubrimiento como con el crecimiento profesional.
«No se trata sólo del salario. Se trata de algo más profundo: descubrir otro país, conocer gente nueva, comprender cómo viven, su comida, su cultura, su forma de celebrar. Al final, no se trata de lo que ganas, sino de lo que permanece contigo mucho tiempo después de que te vas».
A medida que avanzaba la formación, tomó forma otro tipo de crecimiento. Los diez hombres se acercaron más a través de chats grupales donde compartieron mensajes, chistes, preguntas y pequeños detalles sobre sus vidas.
En el aeropuerto, las familias saludan y gritan palabras de aliento mientras el grupo camina hacia la puerta de embarque.
Antes de pasar a la sala de salidas, Oscar finaliza una videollamada con su familia.
«¿Me preocupa lo que viene? No, pero seguro que me emociona», dijo.


