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Masacre de civiles en Kivu. Piumatti: vergonzoso el silencio de Occidente

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Comunicado de www.vaticannews.va — Masacre de civiles en Kivu. Piumatti: vergonzoso el silencio de Occidente

Se calcula que hay unas 20 víctimas del brutal ataque terrorista perpetrado por las Fuerzas Democráticas Aliadas (Adf) en la aldea de Byambwe, en la República Democrática del Congo. Los milicianos atacaron un hospital gestionado por las Hermanas de la Presentación.

Cecilia Seppia – Ciudad del Vaticano

Se trata de la enésima masacre de civiles, además enfermos y hospitalizados, y tiene como escenario la República Democrática del Congo, en Kivu del Norte, donde la situación, a pesar del reciente acuerdo mediado por la administración Trump con Ruanda, sigue siendo catastrófica. De hecho, los enfrentamientos con el M23 continúan sin cesar en las provincias orientales del país, pero el Gobierno central se enfrenta al mismo tiempo al terrorismo de matriz islámica. Ayer por la noche, alrededor de las 22:00 hora local, los terroristas de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), fieles al Estado Islámico desde 2009, entraron en la aglomeración urbana de Byambwe, en la diócesis de Butembo-Beni. Atacaron el centro de salud diocesano, gestionado por las monjas, masacrando a los pacientes y luego incendiando toda la estructura. Decenas de mujeres fueron asesinadas en la sala de maternidad, y el horror continuó en el pueblo, donde los terroristas volvieron a atacar, para luego huir hacia los bosques. La noticia ha sido confirmada a los medios de comunicación vaticanos por don Giovanni Piumatti, un sacerdote italiano de Pinerolo, misionero fidei donum desde hace más de 50 años en la diócesis congoleña de Butembo-Beni. Aunque ha regresado a Italia, sigue de cerca y se preocupa por la situación de su país de adopción.

Masacres sistemáticas

«Es la típica masacre del ADF —cuenta—: hay 15 víctimas en el dispensario y otras 5 en los alrededores. Han incendiado toda la estructura y otras 27 casas, y antes de destruirlo todo han robado todo el stock de medicamentos, creo que ese era su último objetivo. Han sembrado el pánico, han sido perseguidos, pero a pesar de los esfuerzos del ejército han escapado. Estos terroristas parecen estar mejor equipados que las fuerzas regulares. Sin embargo, lo trágico, además de la muerte en sí misma de inocentes, es la forma en que los matan, degüellan a los civiles, les cortan la cabeza, una forma horrible, aquí degollaron a las madres mientras amamantaban, masacres que superan cualquier imaginación, el hecho es que ocurren casi todas las semanas y muchas se silencian».  Los responsables del asalto a Byambwe son los mismos que el pasado 27 de julio atacaron la iglesia cristiana de Komanda (Ituri), donde se estaba celebrando un servicio religioso, armados con machetes y rifles, matando a decenas de cristianos que estaban rezando. Ataque que fue condenado enérgicamente por el Papa León XIV durante la audiencia general del 30 de julio de 2025: «Mientras encomiendo a las víctimas a la amorosa misericordia de Dios, rezo por los heridos y por los cristianos que siguen sufriendo violencia y persecución en el mundo, exhortando a quienes tienen responsabilidades a nivel local e internacional a que colaboren para prevenir tragedias similares», dijo el Pontífice.

La actividad del dispensario

Las hermanas del dispensario, «Petites Sœurs de la Présentation», prestan asistencia médica en una zona remota de Kivu del Norte donde, de hecho, no hay hospitales. Principalmente ayudan a las mujeres a dar a luz, pero dentro de la estructura también hay consultorios y se realizan intervenciones quirúrgicas de diversa índole. «Las ADF —continúa el misionero— llevan al menos tres años presentes en esta zona, muchos de los terroristas proceden de Uganda, atacan indiscriminadamente, en la calle, en los pueblos, en los campos mientras la gente trabaja y, además de matar, secuestran a niños y jóvenes para entrenarlos. A menudo actúan bajo los efectos de las drogas y drogan a las personas que secuestran. Cuando preparan el ataque, son los adultos los que lanzan el golpe inicial y luego obligan a los jóvenes a continuar con los machetes, son brutales». Toda la misión sigue en estado de shock, han sembrado el pánico por todas partes y muchos de los habitantes del pueblo, que huyeron de sus casas, aún no han regresado. Las hermanas siguen en la calle, prestando asistencia como pueden.

El «vergonzoso» silencio de la comunidad internacional

Por el momento, no parece haber víctimas entre las religiosas, pero sin duda se han llevado a muchos bebés: «Es un horror y un dolor inmenso, es desgarrador ver y oír ciertas cosas». Don Piumatti también reflexiona sobre el silencio de la comunidad internacional, que califica de «vergonzoso», al tiempo que reitera la responsabilidad de Occidente, que apoya ciertas formas de violencia y terrorismo por intereses económicos: «En Kivu —afirma— tenemos los yacimientos, es una tierra rica en materiales preciosos, siempre disputada, por eso estas fuerzas de matriz islámica reciben apoyo. Las ADF son las más feroces, pero no son las únicas que reciben armas y dinero que pueden favorecer el comercio. Estos disturbios favorecen el comercio y el silencio es muy grave».

Se publicó primero como Masacre de civiles en Kivu. Piumatti: vergonzoso el silencio de Occidente

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