El informe especial sobre salud y cambio climático, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU y el Gobierno brasileño, advierte que uno de cada 12 hospitales podría enfrentar cierres relacionados con el clima. Pide medidas urgentes para proteger los sistemas de salud en un mundo que se calienta rápidamente.
Esto sigue al lanzamiento el jueves del Plan de Acción de Salud de Belém, una iniciativa emblemática de la COP30 que coloca la salud en el centro de la política climática.
Lo que dice la OMS
«La crisis climática es una crisis sanitaria, no en un futuro lejano, sino aquí y ahora», afirmó el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Este informe especial proporciona evidencia sobre el impacto del cambio climático en las personas y los sistemas de salud, y ejemplos del mundo real de lo que los países pueden hacer –y están haciendo– para proteger la salud y fortalecer los sistemas de salud”.
Por qué es importante
Las temperaturas globales ya superan los 1,5°C. El informe encuentra que entre 3.300 y 3.600 millones de personas viven en áreas altamente vulnerables a los impactos climáticos, mientras que los hospitales enfrentan un riesgo un 41 por ciento mayor de sufrir daños por condiciones climáticas extremas en comparación con 1990.
Sin una descarbonización rápida, el número de instalaciones sanitarias en riesgo podría duplicarse para mediados de siglo. El propio sector de la salud contribuye con alrededor del 5 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que subraya la necesidad de una transición rápida hacia sistemas bajos en carbono y resilientes al clima.
Brechas clave en la adaptación sanitaria
El informe destaca marcadas lagunas en la planificación de la adaptación sanitaria:
- Sólo el 54 por ciento de los planes nacionales de adaptación sanitaria evalúan los riesgos para los establecimientos de salud.
- Menos del 30 por ciento considerar las disparidades de ingresos.
- Sólo el 20 por ciento tener en cuenta el género.
- Menos del 1 por ciento incluir personas con discapacidad.
Se han logrado avances (el número de países con sistemas de alerta temprana multirriesgos se duplicó entre 2015 y 2023), pero la cobertura sigue siendo desigual, especialmente en los países menos desarrollados y los pequeños estados insulares.
¿Qué se está haciendo?
Para agregar impulso, una coalición de más de 35 organizaciones filantrópicas prometió hoy $300 millones para acelerar soluciones en la intersección del clima y la salud.
La Coalición de Financiadores para el Clima y la Salud, que incluye a Bloomberg Philanthropies, la Fundación Gates, la Fundación IKEA, la Fundación Rockefeller y Wellcome, respaldará innovaciones, políticas e investigaciones sobre el calor extremo, la contaminación del aire y las enfermedades sensibles al clima, además de fortalecer los sistemas de salud y la integración de datos. Descubra más aquí.
El esfuerzo de financiación inaugural de la coalición apoya el Plan de Acción de Salud de Belém y tiene como objetivo realizar intervenciones “sin arrepentimiento” que salven vidas ahora. Dado que la última década fue la más calurosa registrada y que las temperaturas se mantendrán cerca de máximos históricos, los expertos advierten que si no se actúa se corre el riesgo de tener consecuencias catastróficas para la salud humana.
‘La adaptación es urgente’: el enviado de salud de la COP30 llama a la acción
Noticias ONU habló con Ethel Maciel, enviada especial para la salud de la COP30 y una de las artífices del Plan de Acción de Salud de Belém. Hizo hincapié en que el cambio climático ya no es una amenaza lejana: ahora está remodelando los sistemas de salud.
«Entonces, ¿cómo preparamos nuestras unidades de salud, nuestros hospitales, nuestras estructuras para estos eventos extremos que ocurrirán con cada vez más frecuencia? Y cómo podemos capacitar y capacitar a los profesionales de la salud para que puedan enfrentar estos eventos extremos que serán causados por lo que ya estamos viviendo con estos cambios climáticos», dijo.
“Un ejemplo aquí en Brasil fue la inundación del año pasado en Rio Grande do Sul, [which triggered] la mayor epidemia de dengue de la historia, impulsada por estos cambios climáticos. Por lo tanto, no es algo en lo que debamos pensar en el futuro; está sucediendo ahora. Por eso, es urgente pensar en cómo adaptar nuestro sistema”.
La señora Maciel describió tres pilares del plan:
- Escucha integrar datos climáticos y de salud, permitiendo pronósticos de la demanda sanitaria relacionada con el calor y mejores informes de casos relacionados con el clima.
- Sistemas resilientes y formación para que los profesionales de la salud puedan identificar y tratar impactos como la deshidratación o el estrés cardíaco.
- Investigación e innovación para desarrollar medicamentos y vacunas resistentes al calor, reducir la contaminación en las cadenas de suministro de salud y ampliar el uso de energías renovables.
Advirtió que la implementación es fundamental en la Amazonia, donde la deforestación podría desencadenar patógenos desconocidos. “Tenemos… patógenos que aún no conocemos completamente. [understand]”, dijo, instando a los líderes a garantizar que el plan “no se convierta en un documento más y en otra declaración muy hermosa, pero eso no sucede en la práctica”.
Noticias ONUinforma desde Belém y le brinda cobertura de primera fila de todo lo que sucede en la COP30.


