Comunicado de www.vaticannews.va —
Y aquí, en la COP30, ya se habla de la COP32, es decir, la 32ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, prevista para 2027. Es posible que se realice en Etiopía, una elección aprobada por los países africanos durante la cumbre de Belém. Decenas de manifestantes irrumpieron este martes (11 de noviembre) en el área restringida de la conferencia climática de la ONU, para protestar contra el impacto del calentamiento global en la salud de las personas.
Silvonei Protz, enviada a Belém (Brasil)
Tercer día de trabajo en el marco de la COP30. La ausencia de Estados Unidos se hace sentir en la cumbre sobre cambio climático que se celebra en Belém, Brasil. La principal preocupación de los analistas es la dificultad de avanzar sin la participación de un país tan influyente, tanto por su responsabilidad histórica en la contaminación atmosférica como por las decisiones que debe tomar para reducir sus emisiones de CO2.
El enfoque de esta edición se centra en sacar conclusiones, elaborar un balance y aprobar los Planes Nacionales Actualizados, que describen la contribución de cada país para preservar la vida en el planeta. Para la embajadora de Palaos, Ilana Seid, presidenta de la Alianza de Pequeños Estados Insulares, la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París “cambió realmente el eje de las negociaciones”. Las expectativas en Belém apuntan a un cierre sin grandes sorpresas, aunque con un sabor a oportunidad perdida.
Estados Unidos es uno de los cuatro países ausentes; los otros son San Marino, Afganistán y Myanmar. Para los demás países reunidos a las puertas de la Amazonía, el punto de partida es claro: reducir las emisiones de combustibles fósiles, principal causa del calentamiento global.
“La humanidad sigue librando esta batalla”, observó Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). “Tenemos adversarios difíciles, pero también fuerzas poderosas de nuestro lado. Una de ellas es el mercado, ya que la energía renovable se vuelve cada vez más accesible».
El mensaje que se busca transmitir es el de cooperación. Según el actual presidente de la COP, el brasileño André Corrêa do Lago, los negociadores deben actuar “en mutirão”, una palabra portuguesa que evoca la idea de una comunidad unida para realizar una tarea común.
África en el centro del debate climático
En el marco de la COP30, la Comisión de la Unión Africana organizó un Día de África para promover un diálogo entre instituciones que puedan traducir las propuestas del continente en resultados concretos. La conferencia, celebrada el 11 de noviembre, fue organizada junto con el Banco Africano de Desarrollo (BAD), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (UNECA) y la Agencia de Desarrollo de la Unión Africana (AUDA-NEPAD), bajo el tema:
“África a la vanguardia de la acción climática: financiamiento sostenible para un crecimiento verde, resiliente e inclusivo”.
Basado en las conclusiones de la Segunda Cumbre Africana del Clima, realizada en Adís Abeba del 8 al 10 de septiembre, el diálogo buscó garantizar compromisos vinculantes de los países desarrollados para destinar al menos el 30% del financiamiento climático a iniciativas africanas, y para desarrollar una hoja de ruta sobre el comercio de emisiones de carbono, liderada por el Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA).
Durante esta COP30, los países africanos y el BAD solicitarán triplicar los fondos destinados a la adaptación climática del continente, un proceso estimado en 70 mil millones de dólares anuales, de los cuales África recibió apenas 14,8 mil millones en 2023.
Etiopía, posible sede de la COP32
Y mientras se negocia en Belém, ya se mira hacia el futuro. El grupo de países africanos eligió Etiopía como sede para la COP32 en 2027, según confirmó a la prensa Richard Muyungi, presidente de los negociadores africanos. La decisión —que aún debe ser ratificada por todas las naciones participantes antes del 21 de noviembre— se considera una simple formalidad.
Las conferencias climáticas de la ONU se realizan bajo un sistema rotativo entre cinco bloques regionales, que designan consensualmente al país anfitrión. Este año, Brasil representó a América Latina y el Caribe, mientras que Etiopía obtuvo el consenso africano, superando la candidatura de Nigeria.
La incertidumbre, sin embargo, persiste en torno a la COP31 del próximo año. Australia propone a Adelaida como ciudad anfitriona, mientras que Turquía insiste en Antalya. Ambos países pertenecen al grupo de “Europa Occidental y otros Estados”. Si no se alcanza un acuerdo, la COP31 podría realizarse nuevamente en Bonn, Alemania.
Protestas en Belém
Decenas de manifestantes irrumpieron este martes 11 de noviembre en el área restringida de la cumbre climática de la ONU en Belém para protestar contra el impacto del calentamiento global en la salud. Los manifestantes lograron eludir los controles de seguridad y, ya entrada la noche, ingresaron al vestíbulo principal de la gran carpa de la ONU donde se desarrollan las negociaciones. El incidente provocó momentos de tensión, ya que muchas delegaciones se preparaban para abandonar el recinto. Minutos después, el personal de seguridad expulsó a los manifestantes.
“¡La crisis climática es una crisis de salud!”, gritaban los participantes, entre ellos profesionales sanitarios e indígenas amazónicos.
En pocas regiones del planeta el impacto de la crisis climática sobre la salud se siente tanto como en la Amazonía, donde se encuentra Belém. En 2024, la región sufrió una sequía histórica, agravada por múltiples incendios. Aumentaron los casos de enfermedades respiratorias y de dengue, debido a que el calor acelera la reproducción de los mosquitos que transmiten el virus.
COP30 y la infancia: un llamado urgente
Cada año, unos 48 millones de niños, es decir, 136 mil por día, se ven afectados por desastres climáticos desde la primera COP, celebrada hace 30 años para abordar la crisis climática global. Así lo revela un nuevo análisis de Save the Children, organización presente en la COP30, que busca subrayar la urgencia de proteger el futuro de las nuevas generaciones y darles voz en las decisiones que las afectan, intensificando el financiamiento y la acción climática.
“La crisis climática es también una crisis de derechos de la infancia”, señala el informe, advirtiendo que los niños son los primeros y más gravemente afectados: su salud, su educación y su futuro están en riesgo, especialmente en los países más vulnerables.
La COP30 se celebra en un contexto marcado por eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes y devastadores, que obligan a millones de niños a abandonar sus hogares, interrumpen su educación, los exponen al hambre y amenazan su salud y seguridad.
Desde olas de calor e incendios forestales en Europa hasta inundaciones mortales en Asia, América Latina y África, pasando por tifones y ciclones consecutivos en Filipinas, los desastres recientes refuerzan una conclusión inevitable: el mundo necesita acciones climáticas decididas, y las necesita ya.
Se publicó primero como COP30, Belém: decisiones urgentes para reducir las emisiones de C02



