Comunicado de www.vaticannews.va —
En la audiencia jubilar entre los fieles destaca la experiencia de quienes frecuentan la catedral de Altamura, donde muchas realidades eclesiales trabajan juntas por el bien de todos. Entre los peregrinos también hay una organización que promueve caminos de fe… a caballo.
Rosario Capomasi – Ciudad del Vaticano
“Cada uno de nuestros fieles, con su valiosa contribución al buen funcionamiento de la comunidad a la que pertenece, sabe que no tiene como superior al párroco, sino a sí mismo. Cada uno tiene su ministerio y lo desempeña con gran responsabilidad y plenitud”.
El padre Alessandro Amapani, párroco de la catedral de Altamura, en Puglia, es uno de los cerca de dos mil peregrinos que llegaron ayer a Roma para el Jubileo de los organismos de participación, junto con los equipos sinodales.
En una mañana con más nubes que sol, marco de la audiencia jubilar en la plaza de San Pedro, el sacerdote subraya la importancia del acontecimiento como un reconocimiento “al servicio incansable que laicos y religiosos ofrecen a la Iglesia a través de las realidades parroquiales. Desde mi llegada a la catedral —explica— he orientado nuestra vida comunitaria en tres direcciones: la belleza, la palabra de Dios y las relaciones”.
De su unión, puntualiza don Alessandro, acompañado por el obispo de Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti, Giuseppe Russo, “nace plenamente la ‘comunión en la comunidad’, donde conviven diversos carismas y donde, en el encuentro con el otro, construimos verdaderamente la ‘casa de la comunidad’”.
Al término de la audiencia, León XIV bendijo una estatua de la Virgen de Fátima llevada por el sacerdote pugliese, realizada por el mismo taller que creó la original conservada en el santuario mariano portugués.
Medioambiente y espiritualidad
Los participantes en la peregrinación “Experiencia Verde Caballo” recorren a caballo los caminos de fe de Italia y de Europa. La iniciativa, promovida por la red empresarial “Final Furlong”, celebra el Jubileo con un largo viaje a lomos de sus caballos por las rutas Francígena, Romea Strata y Romea Germánica.
“El objetivo —explica el organizador Maurizio Rosellini— es unir la espiritualidad con la protección del medioambiente, convencidos de la importancia fundamental del cuidado de la casa común”.
Siguiendo a san Agustín
Esta mañana, en la plaza, celebraron el 150º aniversario de su fundación las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús, guiadas por su superiora general, Tina Salierno.
Por su parte, la “Familia de don Quilici” conmemora su 25º aniversario. Se trata de una “familia espiritual” formada por religiosas de la congregación Hijas del Crucificado —que siguen la Regla de san Agustín—, algunos sacerdotes diocesanos y, sobre todo, laicos y familias que se reconocen en la espiritualidad de Giovanni Battista Quilici, fundador de las religiosas.
Una campana desde Eslovaquia
Al concluir la audiencia, el Pontífice bendijo una estatua del siglo XVIII de la Inmaculada Concepción, llevada por don Michele di Legge, párroco de Santa Maria delle Grazie en Ururi, Molise. La imagen había sido restaurada el año pasado, con motivo del 170º aniversario del dogma proclamado por Pío IX.
Además, una campana con la inscripción Durante muchos años fue ofrecida a León XIV por los miembros de la Iglesia greco-católica eslovaca, acompañados por el arzobispo metropolitano de Prešov para los católicos de rito bizantino, Jonáš Jozef Maxim.
Durante los saludos, el Papa agradeció a la Iglesia eslovaca “por haber permanecido fiel al Sucesor de Pedro incluso en tiempos de persecución”.
Se publicó primero como El Jubileo celebra la fuerza de las comunidades que caminan unidas


