Comunicado de www.vaticannews.va —
El Arzobispo Caccia, en la 80º sesión de la Asamblea General de la ONU, expresó su preocupación por los riesgos que representan las instalaciones nucleares en zonas de conflicto. Las hostilidades en curso en torno a la central nuclear de Zaporizhia, en Ucrania, son un claro recordatorio de los graves peligros que surgen cuando la infraestructura nuclear civil se ve involucrada en una guerra.
Giada Aquilino – Ciudad del Vaticano
La paz y la seguridad «nunca» pueden construirse bajo la amenaza de la destrucción masiva: se basan, en cambio, en el desarme, la transparencia, la cooperación internacional y el respeto a la dignidad inalienable de cada persona. Esto es lo que el Arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, enfatizó ayer en Nueva York, en la 80º sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sobre los efectos de la radiación atómica.
Advertencia de Zaporizhia
La Santa Sede, enfatizó el Nuncio Apostólico, «está particularmente preocupada» por los riesgos que representan las instalaciones nucleares en zonas de conflicto. Las hostilidades en curso en torno a la central nuclear de Zaporizhia —un complejo en el sureste de Ucrania ocupado por tropas rusas— son, añadió, «un duro recordatorio de los graves peligros» que surgen cuando la infraestructura nuclear civil se ve involucrada en una guerra. El Organismo Internacional de Energía Atómica, señaló el Prelado, ha advertido reiteradamente de las consecuencias «catastróficas» de una fuga radiactiva de la central, la mayor de su tipo en Europa, «que tendría repercusiones no solo en la población ucraniana, sino también en los países vecinos y el medio ambiente mundial». Por lo tanto, Caccia enfatizó que se deben adoptar «medidas preventivas urgentes» para garantizar la seguridad de los civiles y proteger la creación.
Instrumentos jurídicos internacionales
La Santa Sede emitió una nueva exhortación a los Estados para que «fortalezcan los instrumentos jurídicos internacionales destinados a reducir el riesgo de accidentes nucleares y la exposición a la radiación». En particular, se instó a los países poseedores de armas nucleares a ratificar e implementar plenamente el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW) y el Tratado sobre la Prohibición Completa de las Armas Nucleares (TPCE).
Uso responsable de las tecnologías médicas
Al mismo tiempo, la delegación de la Santa Sede, teniendo en cuenta las conclusiones del informe de 2024 del Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR) sobre la exposición médica a fuentes artificiales de radiación ionizante, enfatizó la importancia de garantizar que las tecnologías médicas, fundamentales para el diagnóstico y el tratamiento, se utilicen de forma responsable y con el máximo cuidado para minimizar los riesgos.
Se publicó primero como La Santa Sede: Alarma por las instalaciones nucleares en zonas de guerra