Comunicado de www.vaticannews.va —
En el marco del Jubileo de los Gobernantes, el Pontífice se reunió con parlamentarios de diversas naciones y recordó la importancia de la ley natural, encomendándolos a Santo Tomás Moro, cuya «disposición a sacrificar su vida antes que traicionar la verdad lo convierte en un mártir por la libertad y por la primacía de la conciencia».
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
«La valentía que demostró al estar dispuesto a sacrificar su vida antes que traicionar la verdad lo convierte, también hoy para nosotros, en un mártir de la libertad y del primado de la conciencia«.
Así lo afirmó el Papa León XIV al referirse al santo inglés del siglo XVI y ex Lord Canciller del Reino Unido, al dirigirse este sábado 21 de junio de 2025 en el Aula de las Bendiciones a los miembros de la Unión Interparlamentaria Internacional en el marco del Jubileo de los Gobernantes que se realiza del 21 al 22 de junio en Roma.
Al saludar a las delegaciones provenientes de más de 60 países, el Papa dijo que la política ha sido acertadamente definida como «la forma más alta de caridad».
«En efecto, si consideramos el servicio que la vida política presta a la sociedad y al bien común, puede verse verdaderamente como un acto de amor cristiano, que nunca es mera teoría, sino siempre un signo concreto y testimonio de la constante preocupación de Dios por el bien de nuestra familia humana».
En este sentido, el Papa León XIV planteó tres consideraciones que considera importantes en el contexto cultural actual.
Promover y proteger el bien común
El primer aspecto refiere a la responsabilidad de promover y proteger, al margen de cualquier interés particular, el bien de la comunidad, en especial defendiendo a los vulnerables y marginados.
«Aquellos que viven en condiciones extremas -observó- claman para que se escuche su voz, y a menudo no encuentran oídos dispuestos a oír su súplica». En tal sentido, precisó que «este desequilibrio genera situaciones de injusticia persistente, que fácilmente conducen a la violencia y, tarde o temprano, a la tragedia de la guerra». «La política sana, en cambio, al promover una distribución equitativa de los recursos», explicó el Santo Padre, «puede ofrecer un servicio eficaz a la armonía y a la paz, tanto a nivel nacional como internacional».
Libertad religiosa y diálogo interreligioso
La segunda reflexión del Papa León XIV giró en torno a la libertad religiosa y el diálogo interreligioso, un ámbito que, dijo, ha cobrado mayor relevancia en la actualidad. Aseguró que «la vida política puede contribuir mucho fomentando las condiciones para que haya una auténtica libertad religiosa y se desarrolle un encuentro respetuoso y constructivo entre las diferentes comunidades religiosas».
La ley natural como punto de referencia esencial
A continuación, precisó que «para contar con un punto de referencia común en la actividad política y no excluir a priori toda consideración de lo trascendente en los procesos de toma de decisión, sería útil buscar un elemento que nos una a todos».
El Pontífice aclaró que la ley natural, válida universalmente más allá de otras creencias debatibles, «constituye la brújula con la que orientarnos al legislar y actuar, particularmente en las cuestiones éticas delicadas y urgentes que, hoy más que en el pasado, atañen a la vida personal y a la privacidad».
El Santo Padre también hizo referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada y proclamada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, como parte del patrimonio cultural de la humanidad.
El desafío de la inteligencia artificial
El Papa abordó luego lo que llamó el «gran desafío» de la inteligencia artificial. Lo consideró un desarrollo que sin duda será «de gran ayuda para la sociedad, siempre que su empleo no menoscabe la identidad y la dignidad de la persona humana y sus libertades fundamentales». En particular, el Obispo de Roma subrayó:
El testimonio y ejemplo de Santo Tomás Moro
Finalmente, el Papa aconsejó a los gobernantes volver la mirada hacia Santo Tomás Moro. Recordó que durante el Jubileo del Año 2000, San Juan Pablo II señaló al santo inglés como un testigo digno de veneración para los líderes políticos y un intercesor bajo cuya protección encomendar su labor.
«Fue un hombre fiel a sus responsabilidades cívicas, un perfecto servidor del Estado precisamente por su fe, que lo llevó a concebir la política no como una profesión, sino como una misión para la difusión de la verdad y del bien». Sostuvo que Tomás Moro «puso su actividad pública al servicio de la persona, especialmente de los débiles y de los pobres; gestionó las disputas sociales con un exquisito sentido de la justicia; protegió a la familia y la defendió con un compromiso tenaz; y promovió la educación integral de la juventud».
Concluyendo su alocución, el Sucesor de Pedro deseó que el ejemplo del santo «sea fuente de inspiración y guía para cada uno de ustedes!» e impartió la Bendición Apostólica a los presentes.
Se publicó primero como El Papa: Una buena acción política puede contribuir a la paz