«La gente se enfrenta a múltiples riesgos de protección y ha informado de saqueos generalizados de hogares y posesiones personales», dijo la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en una actualización rápida publicada el jueves por la noche.
Los socios humanitarios que reciben a personas desplazadas del estado de Sennar en el sureste de Sudán están intensificando la respuesta para satisfacer sus necesidades, añadió.
Las localidades de Sennar, Sinja y Ad Dinder ya albergaban a unas 286.000 personas desplazadas antes de la escalada de los enfrentamientos a finales de junio.
Esto indica que es posible que los recién desplazados de Sennar ya hayan sido desplazados al menos una vez antes.
Casas y tiendas atacadas
Se enfrentan a numerosas amenazas a su seguridad, con informes de saqueos generalizados de sus hogares, vehículos y pertenencias personales, presuntamente por parte de miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Las tiendas y mercados locales también han sido atacados, privando a los civiles de recursos vitales e intensificando la inseguridad.
La guerra entre ejércitos rivales, las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las RSF, comenzó en abril del año pasado, en medio de crecientes tensiones relacionadas con una transición hacia un gobierno civil.
Situación más amplia
OCHA informó además que los desplazados en Sennar han estado llegando a los estados vecinos de Gedaref, Kassala y Nilo Azul.
Se informa que unas 26.000 personas –incluidos 6.800 niños– han llegado a Gedaref. Se están reuniendo en un mercado local y necesitan desesperadamente comida, agua y refugio, según un equipo de OCHA en la zona.
Otras 1.000 personas de Sennar llegaron al centro de recepción en el estado de Kassala hasta el miércoles.
Además, más de 30.000 personas han llegado al estado del Nilo Azul. La mayoría de ellos están alojados en edificios escolares, que ya albergaban a otras comunidades desplazadas.
Respuesta de la ONU
En respuesta a la afluencia, los equipos humanitarios de la ONU han estado distribuyendo comidas preparadas y agua potable a las familias.
También prestan servicios sanitarios básicos a través de una clínica móvil y apoyan una cocina común con capacidad para alimentar a unas 15.000 personas.
Sin embargo, incluso cuando los socios humanitarios están ampliando su respuesta tras el aumento de los desplazamientos, se necesita más asistencia para satisfacer las crecientes necesidades, dijo OCHA.