La región rica en petróleo se encuentra entre Sudán y Sudán del Sur y ha sido disputada desde su separación en 2011.
Kadugli es la capital del estado de Kordofán del Sur en Sudán, donde se han producido violentos enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que han estado en guerra durante casi tres años.
Los ataques contra las fuerzas de paz son «injustificables»
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente los “horribles” ataques con aviones no tripulados.
Ofreció su más sentido pésame al Gobierno y al pueblo de Bangladesh, así como a las familias de los cascos azules caídos, y deseó una pronta recuperación a los heridos.
«Los ataques contra las fuerzas de paz de las Naciones Unidas pueden constituir crímenes de guerra según el derecho internacional y recuerdo a todas las partes en el conflicto su obligación de proteger al personal de la ONU y a los civiles», dijo en un comunicado.
«Ataques como el de hoy en Kordofán del Sur contra fuerzas de paz son injustificables. Será necesario que se rindan cuentas».
Renovado llamamiento al alto el fuego
El Secretario General expresó su solidaridad con los miles de cascos azules que continúan sirviendo bajo la bandera de la ONU en los entornos más peligrosos.
«Reitero mi llamado a las partes en conflicto para que acuerden un cese inmediato de las hostilidades y reanuden las conversaciones para alcanzar un alto el fuego duradero y un proceso político integral, inclusivo y de propiedad sudanesa», dijo.
No es un objetivo
En una publicación en las redes sociales, el jefe de las fuerzas de paz de la ONU dijo que estaba «conmocionado por el horrible ataque con drones de hoy».
Jean-Pierre Lacroix subrayó que “las fuerzas de paz de la ONU no son un objetivo” y “este ataque puede constituir un crimen de guerra”.
UNISFA se creó en 2011. Su mandato, que recientemente se prorrogó por un año más, incluye fortalecer la capacidad del Servicio de Policía de Abyei (APS), monitorear y verificar el redespliegue de fuerzas de la región, facilitar la entrega de ayuda humanitaria y proteger a los civiles.
Casi 4.000 militares y policías prestan servicios en la misión, junto con personal civil.


