Comunicado de www.vaticannews.va —
El cardenal Secretario de Estado del Vaticano celebra la Misa en el Aula Pablo VI con motivo del Jubileo de la Diplomacia Italiana. En su homilía, repasa los lugares centrales de la actual complejidad geopolítica, desde Tierra Santa hasta Ucrania, pasando por las realidades a menudo ignoradas de África.
Edoardo Giribaldi – Ciudad del Vaticano
El fuego, elemento transformador de las Escrituras, que anima la diplomacia tiene precisamente este propósito: no solo fomentar la negociación, sino generar posibilidades orientadas a un bien superior, común a toda la humanidad, en cuyo nombre cada pueblo se vuelve más él mismo. Al celebrar la Misa de esta mañana, 13 de diciembre, con motivo del Jubileo de la Diplomacia Italiana en el Aula Pablo VI, el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin reflexionó sobre la complejidad geopolítica de nuestro tiempo, sus profundas tensiones y sus escenarios cambiantes.
Las crisis en Tierra Santa y Ucrania
El Purpurado revisó varias zonas en conflicto: Tierra Santa, «donde el dolor de poblaciones enteras se entrelaza con la dramática historia de un conflicto que parece no tener fin». Aquí, la comunidad internacional está llamada a un compromiso doble y complementario: la compasión por las víctimas y la claridad para indicar posibles caminos de reconciliación, incluso cuando parecen remotos. Pero también Ucrania, donde el prolongado conflicto causa «destrucción y desconfianza» y el silencio de las armas parece un horizonte que se aleja, justo cuando cada vez más personas perciben su urgencia vital. Su pensamiento se extendió luego a las muchas otras regiones del mundo donde persisten «conflictos olvidados» y «crisis humanitarias crónicas», que pasan desapercibidas, pero afectan la vida de pueblos enteros.
La «trágica realidad» de Mozambique
A este respecto, el cardenal mencionó la provincia de Cabo Delgado, Mozambique, adonde él mismo viajó recientemente para celebrar el 30.º aniversario de las relaciones diplomáticas del país africano con la Santa Sede. Una «realidad trágica», caracterizada por muertes brutales —»a menudo por decapitación»—, la destrucción de propiedades y desplazamientos masivos, que tiene «raíces fundamentalmente religiosas» y es «casi completamente ignorada a nivel internacional». Pero muchos países africanos están sufriendo: «la República Democrática del Congo, Sudán, los países del Sahel».
No se dejen aprisionar por el miedo y el fatalismo
En este contexto, continuó Parolin, la misión encomendada al profeta Elías, descrita por el Sirácides precisamente como «fuego», resuena con fuerza: «Has sido designado para reprender los tiempos venideros». Esta exhortación no debe ser opresiva, sino empoderadora, ya que nos invita a pronunciar palabras que no se dejen aprisionar por el miedo ni ceder al fatalismo, sino que «sigan creyendo en la posibilidad de la paz». Es también un llamado a decir la verdad «sin agresión», salvaguardando la dignidad de cada pueblo y manteniendo «abiertos los canales del diálogo incluso cuando parezca que solo prevalecen los lenguajes de la oposición».
Discurso de Tajani
Al final de la Misa, el ministro italiano de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Antonio Tajani, intervino, destacando la labor de su ministerio en las áreas mencionadas por Parolin. En Oriente Medio, el apoyo se materializa en miles de toneladas de ayuda alimentaria y la acogida de niños enfermos de la Franja de Gaza en hospitales italianos. En Ucrania, se espera que se puedan dar pasos positivos. Y, por último, en el continente africano, donde se están llevando a cabo operaciones de reunificación familiar y se prevé el envío de un avión cargado de alimentos y juguetes para los niños de Sudán.
Se publicó primero como Parolin: La diplomacia debe abrir nuevas posibilidades para seguir creyendo en la paz






