Comunicado de www.vaticannews.va — ![]()
Los Obispos de Venezuela han publicado su tradicional mensaje de Navidad, este año titulado «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».
Alvaro Vargas Martino – Ciudad del Vaticano
“Como pastores del pueblo de Dios queremos hacernos eco de la proclamación de los ángeles en aquella primera noche buena”, con lo cual “reconocemos la presencia amorosa de Dios en medio del pueblo venezolano, y deseamos que la paz, fruto precioso de la acción del Espíritu Santo, se haga realidad en cada uno de nuestros hogares y en el conjunto de la sociedad”, escriben los obispos de Venezuela en su tradicional mensaje de Navidad, que este año lleva como título «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».
“Lo hacemos con la convicción” de que la “inmensa mayoría” del pueblo venezolano, “dentro y fuera de las fronteras”, son “personas de fe, trabajadoras, solidarias” y que aspiran “a vivir en paz: somos gente de paz”, recalcan los prelados, subrayando que este deseo y aspiración se convierte en estos días en “anuncio, oración y en experiencia vivida de paz y fraternidad en las celebraciones de las misas de aguinaldos, en el reencuentro y compartir con los familiares y amigos en un ambiente festivo, en las visitas a los hogares e instituciones para las tradicionales parradas y la bendición de los nacimientos”. Y reiteran que la “Navidad es una fiesta para anunciar y vivir la paz”, y por eso no dudan en cantar: “Nació el Redentor, nació, nació … para dar al hombre la paz, la paz, paz y ventura, ventura y paz”.
“Desafortunadamente -señalan los obispos-, esta gozosa experiencia se ve hoy ensombrecida por las reiteradas y, en ocasiones, contradictorias noticias de acciones bélicas cercanas a nuestras costas con lamentables pérdidas de vidas, la presencia de un poderío militar foráneo en aguas internacionales del Mar Caribe, el predominio de una narrativa especulativa donde la opinión se anticipa a la realidad ocupando el espacio público con debates sobre hechos no consumados, la violencia verbal y la descalificación reinante en nuestra dinámica política, la privación de libertad por pensar distinto políticamente de ciudadanos nacionales y extranjeros, el empobrecimiento generalizado de la población que sufre una galopante inflación y una economía desestructurada, las confiscaciones de nuestros recursos naturales y la imposición de nuevas sanciones económicas, la discriminación y criminalización de los migrantes”.
“Todas estas realidades generan inquietud y angustia en la mayoría de la población que ve tronchada su tranquilidad y paz en un tiempo tan especial como el decembrino”, agregan, observando que en la actualidad “se habla mucho de paz, pero se práctica poco o se tergiversa su significado”, mientras que “algunos piensan que es imposible lograrla y postulan otras vías, con los riesgos de generar violencia e injusticias que hacen sufrir al pueblo”.
“Que la celebración de la Navidad sea una ocasión propicia, para que, desde nuestra experiencia de fe cristiana y fundados en los valores del Evangelio reafirmemos el valor de la paz. Una paz auténtica, la que viene de Dios, la que anuncia la Navidad”, y que pone “la dignidad de la persona humana y el bien común por encima de los intereses individuales, ideológicos y partidistas”, expresan los prelados. “Cuando estos valores se ven afectados, se hace necesario unir nuestras voces para anunciar y reclamar nuevamente la paz, pero una paz ‘desarmada y desarmante’”, recalcan, citando al Papa León XIV.
Una paz “que no se logra con la violencia, sino con la humildad del diálogo, el respeto al otro y el permanente rechazo a la mentira sistémica y reiterativa que tantas veces se mantiene en estructuras políticas y económicas”, enfatizan los obispos, quienes, recordando las palabras de San Pablo VI en El desarrollo del pueblo.reafirman que “la paz se construye día a día, en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres”. Porque “una paz que no surja como fruto del desarrollo integral y la inclusión social, que no inspire la vigencia y el respeto de los derechos humanos, ciudadanos y democráticos, no garantiza su permanencia en el tiempo y siempre será germen de nuevos conflictos y de variadas formas de violencia”, advierten, citando al Papa Francisco en La alegría del evangelio.
“Lograr la paz y construir un ambiente que favorezca su crecimiento, sólo lo podremos hacer si cada uno de nosotros asume su responsabilidad como ciudadano, y si las instituciones llamadas a servir al pueblo, principalmente el Estado, cumplen verdaderamente con su misión. Es necesario abandonar las soluciones poco realistas y los enfoques que no toman en cuenta a todos”, indican los prelados, quienes expresan “el anhelo de que esta Navidad sea una oportunidad de crecimiento personal y social”, y encomiendan “a la Santísima Virgen María y a San José la vida de todos los venezolanos”.
Se publicó primero como Obispos de Venezuela en su mensaje de Navidad: “Anunciar y vivir la paz”


