Comunicado de www.vaticannews.va — ![]()
En su Mensaje de Navidad 2025, los prelados recuerdan que “la Navidad es la fiesta que recuerda el nacimiento de Jesucristo en el seno de una familia, pobre y necesitado como muchos en este mundo”. Y exhortan: “Tengamos un gesto de cercanía con los que viven solos, con los ancianos, los enfermos, los presos y sus familiares”
Alvaro Vargas Martino – Ciudad del Vaticano
“Estamos llamados en todo momento, y especialmente en este Año Jubilar, a ser sembradores de esperanza”, exhortan los Obispos Católicos de Cuba en su Mensaje de Navidad 2025, en el que comienzan recordando que “la Navidad es la fiesta que recuerda el nacimiento de Jesucristo en el seno de una familia, pobre y necesitado como muchos en este mundo”.
“Llegó hasta nosotros bajo la serena mirada de la Virgen María y su esposo San José, en un pequeño e insignificante pueblo llamado Belén, muy cerca de Jerusalén. Los primeros en enterarse de su nacimiento y estar con él, fueron los humildes, la gente sencilla y aquellos pastores que cuidaban sus ovejas en medio de la noche. Estos últimos escucharon el mensaje de gozo que dieron los ángeles: ‘Les anuncio una gran alegría que será par a todo el pueblo: hoy les ha nacido el Salvador que es Cristo, el Señor’”, resaltan los obispos, subrayando que, por esta razón, el mundo entero llama la noche del 24 al 25 de diciembre “Nochebuena”, porque en ella nació “Jesucristo, la luz que llegó para iluminar a todos”.
“En esta ocasión tenemos muy presente que la Navidad será difícil para muchas personas y familias especialmente las que fueron dañadas por el huracán Melissa en el oriente cubano. Ellas han sido destinatarias de la solidaridad de muchos. Todos continuaremos orando y ayudándolas en estos días santos”, aseguran los prelados, quienes destacan que la Navidad es la “fiesta de la familia”.
“¡Qué bendición podernos reunir en este tiempo, alrededor de una misma mesa o juntos en la iglesia! ¡Que todos sepamos valorar a quienes nos transmitieron la vida y con esfuerzo y sacrificio quisieron hacernos personas de bien! A ellos debemos nuestra gratitud y compromiso de ayuda”, recalcan, invitando a rezar “juntos en el hogar” porque “la familia que reza unida, permanece unida”, y recuerdan las palabras del Papa San Juan Pablo II, cuando visitó el país en 1998: “¡Cuba, cuida a tus familias para que conserves sano tu corazón!”.
“Quiera Dios que en esta Navidad le abramos de par en par las puertas de nuestro corazón a Jesucristo! ¡Ojalá que comencemos perdonando verdaderamente al familiar, al vecino, al compañero de trabajo o de estudio, al que nos ofendió y ya no le hablamos! ¡Ojalá que de manera especial tengamos un gesto de cercanía con los que viven solos y no tienen con quién compartir! ¡Que sepamos tener expresiones de amor para con los ancianos, los enfermos, los presos y sus familiares! Que no pasemos de largo cuando encontremos a una persona pidiendo limosna o comiendo desechos!”, piden los obispos, remarcando que el mensaje de la Navidad es una invitación “al abrazo fraterno, al diálogo, a dar la mano, a construir puentes en lugar de muros”, a “olvidar ofensas, acallar rencores y llamar hermano al otro para, juntos, construir una Cuba mejor”.
“La Navidad siempre nos trae buenas noticias”, dicen los obispos, recordando algunas que ya mencionaron en el mensaje navideño del año 2020, entre ellas: “Una buena noticia para los cubanos sería que las cosas cambien para bien y en paz… que el anunciado reajuste de la economía nacional, lejos de aumentar las preocupaciones de muchos, ayude a que cada cual pueda sostener a su familia con un trabajo digno, con el salario suficiente y con la siempre necesaria justicia social… que se evite la violencia, la confrontación, el insulto y la descalificación para crear un ambiente de amistad social y fraternidad universal… que la intolerancia dé paso a una sana pluralidad, al diálogo y a la negociación entre los que tienen opiniones y criterios distintos… que los cubanos no tengamos que buscar fuera del país lo que debemos encontrar dentro… que cesen todos los bloqueos, externos e internos, y dar paso a la iniciativa creadora, a la liberación de las fuerzas productivas y a leyes que favorezcan la iniciativa de cada cubano, así cada uno sentirá y podrá ser protagonista de su proyecto de vida y, de ese modo, la Nación avanzará hacia un desarrollo humano integral”. Todas estas son “buenas noticias”, que “conservan su actualidad cinco años después”, observan los prelados, quienes ruegan “que no se siga dilatando el tiempo de hacerlos realidad, con el empeño de todos”.
“Como cristianos y cubanos”, estamos “llamados en todo momento, y especialmente en este Año Jubilar, a ser sembradores de esperanza. Ella inspirará nuestros actos, los purificará y los ordenará hacia la construcción de una Cuba nueva. Que la Santísima Virgen de la Caridad, que vivió en modo privilegiado y único la primera Navidad de la historia, interceda por todos nosotros”, invocan los prelados, quienes concluyen deseándoles a los cubanos: “El Señor esté siempre a su lado para defenderlos. Que Él vaya delante de ustedes para guiarlos y detrás de ustedes para protegerlos. Que Él vele por ustedes y los sostenga”.
Se publicó primero como Obispos de Cuba: “Ser sembradores de esperanza en todo momento”


