«Nuestros hallazgos establecen varias tendencias preocupantes: aumento de las víctimas civiles tanto en la línea del frente como en áreas urbanas, ataques sostenidos a la infraestructura energética y patrones continuos de tortura y malos tratos sistemáticos y generalizados a prisioneros de guerra y civiles detenidos ucranianos», dijo Danielle Bell, jefa de la Misión de Vigilancia de los Derechos Humanos en Ucrania (HRMMU),
Rusia lanzó su denominada “operación militar especial” en Ucrania el 24 de febrero de 2022, y el informe cubre el período comprendido entre el 1 de junio y el 30 de noviembre de 2025.
Aumento de las víctimas civiles
Revela que Las bajas civiles aumentaron tanto en la línea del frente como en las zonas urbanas, y julio marcó el mayor número de muertes y heridos de civiles desde abril de 2022..
Un total de 1.420 civiles murieron y 6.545 resultaron heridos durante el período que abarca el informe: un aumento del 12 por ciento con respecto al mismo período del año anterior y un aumento de casi el 40 por ciento con respecto a los seis meses anteriores.
Las víctimas incluyeron 61 trabajadores médicos, 99 miembros del personal de servicios de emergencia, seis profesionales de los medios y 13 trabajadores humanitarios.
Ucrania occidental también experimentó su ataque más mortífero desde que comenzó la invasión, cuando un ataque combinado a gran escala con drones y misiles mató al menos a 36 civiles en Ternopil el 19 de noviembre.
Deterioro de las condiciones en el frente
Las regiones de primera línea han experimentado un grave deterioro de las condiciones de vida, ya que los drones de corto alcance, las bombas aéreas y otras municiones causaron grandes daños a los edificios residenciales y otras infraestructuras civiles vitales. Algunas zonas quedaron inhabitables, lo que obligó a los residentes a buscar refugio en otros lugares.
Además, muchos hospitales y clínicas en ciudades de primera línea fueron destruidos o obligados a cerrar, dejando a los residentes sin acceso a atención médica básica.
A esto se sumó la interrupción del suministro de agua, calefacción y electricidad, que afectó especialmente a las personas mayores y a las personas con discapacidad.
Los daños a la infraestructura eléctrica de Ucrania han provocado interrupciones en servicios esenciales como electricidad, calefacción y suministro de agua. (archivo)
Red eléctrica atacada
Durante octubre y noviembre, Rusia lanzó ocho oleadas coordinadas a gran escala de ataques con misiles y drones contra el sistema energético de Ucrania, lo que provocó cortes de energía de emergencia y cortes diarios de electricidad en múltiples regiones.
Los cortes de energía programados duraron hasta 18 horas por día, con interrupciones en los servicios de agua y calefacción durante muchas horas o días en algunas zonas.
Intercambio récord de prisioneros
Ucrania y Rusia también llevaron a cabo el mayor intercambio de prisioneros de guerra (POW) desde 2022, y las partes liberaron a más de 3.000 personas. Sin embargo, HRMMU no observó mejoras en el trato dado a los internados.
“La tortura y los malos tratos sistemáticos y generalizados a los prisioneros de guerra son una de las características más impactantes y generalizadas de esta guerra.”, comentó la Sra. Bell.
Un prisionero de guerra ucraniano habló sobre cómo lo trataron en un centro de prisión preventiva en Rusia.
«Durante todo el tiempo que estuve en el centro, nos golpearon casi todos los días. Los guardias nos golpearon casi cada vez que salíamos de la celda para una inspección o para ir a la unidad médica o a ducharnos», dijo a los investigadores.
“Varias veces me golpearon tan brutalmente que me dolió el cuerpo durante semanas”.
Atención limitada, ejecuciones extrajudiciales
Rusia liberó recientemente a 187 prisioneros de guerra ucranianos y “185 proporcionaron relatos de palizas severas, posiciones forzadas, descargas eléctricas, asfixia, ataques de perros y, en muchos casos, violencia sexual”, dijo Bell.
«Los entrevistados también describieron las duras condiciones de detención, la atención médica limitada y la violencia que se produjo durante la captura, el traslado, la admisión a nuevas instalaciones y durante el internamiento», añadió.
Los observadores también entrevistaron a 137 prisioneros de guerra retenidos en Ucrania, entre ellos 10 nacionales de terceros países. Más de la mitad relató torturas y malos tratos durante el interrogatorio o el traslado, antes de llegar a los centros oficiales de internamiento.
“No sabía nada, pero me torturaron aún más”, dijo un prisionero de guerra ruso sobre su experiencia durante el interrogatorio en un lugar de tránsito.
El informe también documenta un aumento en las ejecuciones extrajudiciales de prisioneros de guerra. Se consideraron creíbles al menos cuatro incidentes que implicaron la muerte de 10 militares ucranianos después de su captura por las fuerzas rusas.
También se registraron cuatro ejecuciones de prisioneros de guerra rusos por parte de las fuerzas armadas ucranianas, junto con acusaciones creíbles de tres incidentes adicionales que actualmente se están examinando.
La vida bajo ocupación
Mientras tanto, las autoridades en territorio ucraniano bajo ocupación rusa continuaron imponiendo medidas que violaban el derecho internacional humanitario, con restricciones cada vez mayores a la libertad de movimiento, expresión, religión y acceso a información independiente.
En marzo, Rusia emitió un decreto que fijó como fecha límite el 10 de septiembre para que los ciudadanos ucranianos en estas zonas obtuvieran un pasaporte ruso, un permiso de residencia u otro documento para “legalizar” su estancia o correr el riesgo de ser deportados.
Patrones de detenciones arbitrarias, procesamientos por críticas a la “operación militar especial”, uso de confesiones forzadas y aplicación retroactiva de leyes penales.
El informe destaca los continuos esfuerzos de las autoridades y los trabajadores humanitarios ucranianos para apoyar a los civiles, incluidas evacuaciones a gran escala, el establecimiento de centros de tránsito y la prestación de asistencia médica, psicosocial y jurídica.
Esto está ocurriendo a pesar de condiciones extremadamente difíciles y cada vez más peligrosas, incluidos los ataques contra trabajadores humanitarios.
