Comunicado de www.vaticannews.va —
El Papa León XIV visitó el Hospital de la Cruz en Beirut, donde destacó la labor de médicos, religiosas y personal sanitario en el cuidado de los enfermos, recordando que cada gesto de compasión refleja el amor de Cristo y reafirmando que los más vulnerables están siempre en el corazón de Dios.
Patricia Ynestroza – Ciudad del Vaticano
En lo que es su última etapa en este viaje apostólico a Turquía y el Libano, el Papa León XIV, esta mañana ha realizado como primera cita, una visita significativa al Hospital de la Cruz en Beirut. Durante su estancia, el Papa expresó un profundo mensaje de cercanía, solidaridad y esperanza a pacientes, médicos, religiosas y personal del hospital. La visita del Papa León XIV al Hospital de la Cruz se convirtió en un acto de reconocimiento a la labor humanitaria, un recordatorio del valor de la compasión y un testimonio vivo de fe y esperanza en medio del sufrimiento.
En su saludo, el Santo Padre subrayó que Jesús habita en quienes sufren y en quienes cuidan de ellos. Recordó la labor del beato Padre Jacques (Padre Yaacoub), fundador del hospital y apóstol de la caridad, destacando la continuidad de su obra a través de las Hermanas Franciscanas de la Cruz, quienes con alegría y dedicación atienden a los enfermos.
El Papa enfatizó la importancia del cuidado compasivo, comparando a los profesionales de la salud con el buen samaritano que se detiene junto al herido para levantarlo y sanarlo. Reconoció los desafíos y el cansancio que enfrentan, pero los animó a no perder la alegría de servir, recordando que su labor es «una gran obra a los ojos de Dios».
Su mensaje se extendió más allá del hospital, señalando que la sociedad no puede ignorar a los más frágiles ni aferrarse a falsos mitos de bienestar mientras persisten la pobreza y la vulnerabilidad. Subrayó la responsabilidad especial de los cristianos de cuidar a los pobres, recordando las palabras del Evangelio: en el rostro de los pobres se refleja el sufrimiento de Cristo.
Finalmente, el Papa dirigió un mensaje directo a los enfermos: recordándoles que siempre están en el corazón de Dios, quien los acompaña con amor y ternura a través de quienes cuidan de ellos. Su mensaje concluyó con un saludo lleno de esperanza: “¡Te amo, eres mi hijo! ¡Nunca lo olvides!”.
Se publicó primero como León XIV visita el Hospital de la Cruz en Beirut: un mensaje de esperanza






