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Elecciones en República Centroafricana: Una nación sedienta de paz y desarrollo

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Comunicado de www.vaticannews.va — Elecciones en República Centroafricana: Una nación sedienta de paz y desarrollo

El presidente Touadéra es el claro favorito para ganar un tercer mandato en las elecciones de este domingo 28 de diciembre. La profunda inestabilidad que ha marcado el pasado reciente parece haber sido superada, pero el país africano sigue marcado por una pobreza generalizada y relegado a los últimos puestos del índice de desarrollo humano.

Valerio Palombaro – Ciudad del Vaticano

Una prueba de la solidez del delicado proceso de paz en curso. Las elecciones de hoy, domingo 28 de diciembre, en la República Centroafricana se celebran en un entorno de seguridad aún precario tras años de guerra civil. Este proceso se caracteriza por nuevas esperanzas, pero también por una pobreza generalizada, con casi el 70% de la población viviendo con tan solo 2,15 dólares al día.

Hacia una confirmación

El presidente Faustin-Archange Touadéra aspira a un tercer mandato, lo que lo convertiría en el jefe de Estado con más años en el cargo en la convulsa historia de África Central. Su reelección fue posible gracias a una reforma constitucional, aprobada en un controvertido referéndum en 2023, que eliminó el límite de dos mandatos consecutivos y amplió el mandato de cinco a siete años, fortaleciendo así el carácter presidencial del sistema político e institucional. Sin embargo, las elecciones de hoy también incluirán elecciones parlamentarias y locales, en lo que la Conferencia Episcopal Centroafricana ha calificado como un «momento histórico» para la reconstrucción del país, con la esperanza de iniciar un proceso de «desarrollo social y crecimiento económico».

Elecciones locales después de 40 años

Entre los cambios más significativos se encuentra la fusión del voto presidencial con el de las elecciones locales. Este es un avance histórico, considerando que las autoridades locales no han sido elegidas en casi 40 años, y una señal de la determinación del gobierno de reafirmar la autoridad estatal en todo el país. Las elecciones locales son una prueba de estabilidad.

Los grupos rebeldes armados que firmaron el acuerdo de 2019, negociado en Jartum y firmado en Bangui, iniciaron una nueva fase de diálogo con el gobierno en abril pasado, logrando también avances en el proceso de desarme de las milicias. Y si bien las Naciones Unidas renovaron el mandato de la misión de paz MINUSCA por un año más en noviembre, la celebración de elecciones en las zonas aún controladas por las milicias representaría un gran éxito.

Inseguridad crónica

Touadéra parece ser el claro favorito, mientras que la oposición está dividida, y dos ex primeros ministros, Anicet-Georges Dologuelé y Henri-Marie Dondra, también compiten por la presidencia. Inicialmente fueron excluidos, pero posteriormente readmitidos por el Consejo Constitucional. Para complicar aún más la situación, se encuentra el boicot a las elecciones por parte de los principales partidos de la oposición, incluido el Movimiento para la Liberación del Pueblo Centroafricano (MPLC), liderado por el ex primer ministro Martin Ziguelé, antiguo aliado del actual presidente Touadéra durante su primer mandato (2016-2021).

Desde una perspectiva de seguridad, la República Centroafricana sigue siendo un país muy frágil, especialmente en el este, que limita con la región de Darfur, devastada por el conflicto en Sudán. Los vínculos tradicionales con París se han debilitado: el último personal militar francés abandonó África Central en marzo de 2024. Y otros actores, en particular Rusia, China y Ruanda, han estado fortaleciendo su influencia tanto en el ámbito de la seguridad como en el económico en los últimos años.

Obispos: Paz y desarrollo

En un país que durante años ha luchado contra la inestabilidad política y el conflicto, las prioridades de la sociedad civil siguen siendo, sin duda, la paz y el desarrollo. El lema «Zo kwe Zo» («Cada hombre es hombre», con su propia dignidad) de Barthélemy Boganda, sacerdote católico y «padre de la nación», aún captura el espíritu de muchos centroafricanos hoy: a pesar de la pobreza generalizada y las dificultades aparentemente insuperables, la esperanza perdura.

La República Centroafricana, enfatizaron los obispos del país en un mensaje publicado en las últimas semanas antes de las elecciones, es «una verdadera obra en construcción». «El camino hacia una paz duradera y un desarrollo sostenible es largo, pero no imposible», concluyeron los obispos, asegurando sus oraciones por el advenimiento de una «nación fuerte y próspera, basada en los pilares de la justicia social, la paz y la reconciliación nacional, la promoción de la unidad nacional y el respeto inalienable por la dignidad humana». Estos desafíos los sienten especialmente los jóvenes centroafricanos que, tras superar el oscuro capítulo de la guerra civil, desean ser artífices de su propio futuro en una nación en paz.

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