El cardenal Pizzaballa asegura que hará todo lo posible por Gaza

Jean-Charles Putzolu, enviado especial a Jerusalén

El cardenal Pierbattista Pizzaballa convocó a la prensa tras su visita a la Franja de Gaza, a donde acudió para brindar su apoyo, y a través de él, el de toda la Iglesia, a la población gazatí, agotada por más de dos años de guerra. Esta fue también la primera visita del patriarca latino de Jerusalén al territorio autónomo desde el alto el fuego. El diagnóstico es amargo: el 80% de las infraestructuras están destruidas y lo poco que queda en pie corre el riesgo de derrumbarse o es prácticamente inhabitable.

A pesar del estado de deterioro de algunos edificios, algunas familias han regresado a sus hogares. Unas 400 personas siguen alojadas en el recinto de la parroquia de la Sagrada Familia del padre Gabriel Romanelli. Sin embargo, la mayoría de los habitantes viven en tiendas de campaña y «hace frío, yo tuve frío, así que piensen en los niños», expresó.

A pesar de todo, afirmó: «He visto una voluntad de volver a la vida». Aunque las tiendas están cerradas y los problemas son inmensos, han comenzado a aparecer algunos comercios rudimentarios en tiendas de campaña donde se encuentran frutas y verduras. «La situación de hambruna ha quedado atrás», aseguró Pizzaballa. No obstante, pocos gazatíes pueden permitirse comprar alimentos. Sin trabajo ni dinero, la mayoría no tiene otra solución que depender de la ayuda humanitaria que, gracias a las agencias internacionales y caritativas, finalmente está llegando.

Un territorio paralizado

La actividad económica está detenida. El patriarca lamentó una «situación catastrófica», junto a la cual observó, sin embargo, el deseo de salir adelante y de celebrar la Navidad por parte de los cristianos. Siendo la Navidad la fiesta de los niños, es hacia ellos hacia donde se dirige la mirada del patriarca: «Por supuesto que estamos preocupados por los niños y su futuro». Y prosiguió: «Me impactó el número de niños en las calles, cuando deberían estar en la escuela». Una de las prioridades del patriarcado latino será permitir la reanudación de las clases. Lo que el cardenal vio es para él «una lección»: el entusiasmo de los niños, «llenos de alegría, llenos de vida… ellos salvarán nuestras comunidades. Así lo creo».

Portar la esperanza del nacimiento de Cristo

«También nos preguntamos cuándo podrá comenzar la reconstrucción. La guerra se ha detenido, pero el conflicto sigue presente», constató con desilusión Pierbattista Pizzaballa. Los problemas están en todas partes, observa el patriarca, mencionando también Cisjordania y las tensiones entre los pueblos palestinos y los asentamientos israelíes. «En este contexto parece complicado hablar de esperanza, pero es nuestro deber hacerlo en este período navideño».

El purpurado notó el agotamiento avanzado de las comunidades cristianas, que están «cansadas por la guerra». Pero añadió que «Cristo también entró en la historia a través de una realidad complicada. Hoy, de nuevo, debemos acogerlo y trabajar en la reconstrucción de las casas y de la esperanza».

Poner todo en marcha para reconstruir

Tras más de dos años de devastación humana, Pizzaballa invitó a mirar lo más lejos posible: «No podemos ignorar lo que ha pasado ni creer que la paz llegará mañana, pero hay que pasar de una situación de oposición a una situación constructiva».

El patriarcado latino de Jerusalén está dispuesto a hacer todo lo posible para responder a las necesidades espirituales y materiales de la población de Gaza. Actualmente, lo que más falta son medicamentos. Las infraestructuras hospitalarias se han visto gravemente afectadas y será necesario enviar equipos médicos. «Debemos estar activos para responder a esta situación y acompañar a las poblaciones», sostiene el patriarca. «Debemos seguir siendo Iglesia», continuó, para explicar el apoyo espiritual y pastoral que debe brindarse a los gazatíes, «y nosotros, como Iglesia, haremos todo lo posible para devolver la estabilidad a Gaza y a donde sea posible… debemos ser la voz de todos los pobres y de todos los que sufren por la guerra».