Las soluciones basadas en la naturaleza son clave para reducir el creciente riesgo de incendios forestales en Europa y hacer que los bosques sean más resilientes al cambio climático, según un informe publicado hoy por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
El fuego siempre ha formado parte del ciclo natural de los bosques. Sin embargo, los incendios forestales son cada vez más frecuentes y más destructivos en toda Europa a medida que el cambio climático, la expansión urbana y el abandono de tierras aumentan la probabilidad de que se produzcan condiciones propensas a los incendios.
El informe de la AEMA Soluciones basadas en la naturaleza para bosques europeos resilientes al fuego describe medidas tanto para la prevención como para la restauración post-incendio, como la reconstrucción, la promoción de la vegetación resistente al fuego y la creación de cortafuegos verdes y zonas de amortiguamiento. El informe presenta estudios de casos desde Italia hasta Finlandia y contribuye a la implementación de la estrategia de adaptación de la UE y la estrategia forestal de la UE para 2030.
Un problema candente
Cada año, entre 2000 y 2024, una superficie media de 3.770 km² (aproximadamente el tamaño de la isla de Mallorca o 9 veces el tamaño de la ciudad de Copenhague) fue sometida a incendios forestales en los 32 países del EEE. Las regiones tradicionalmente propensas a los incendios, como el Mediterráneo, se enfrentan ahora a temporadas de incendios más largas e intensas, mientras que regiones como el noroeste de Europa, que antes estaban menos afectadas, también experimentan incendios forestales más frecuentes e intensos.
Para empeorar la situación, el 7,4% de la superficie de Europa se encuentra en zonas donde los asentamientos humanos se encuentran en o cerca de zonas de vegetación silvestre propensa a incendios.
Más allá de los riesgos para la vida humana, los hogares y los medios de vida, los incendios forestales también amenazan los ricos ecosistemas forestales de Europa. Los bosques brindan servicios ecosistémicos cruciales, incluida la producción de madera, el almacenamiento de carbono y la regulación del clima, todos los cuales se ven gravemente afectados por los incendios.
Apoyándose en soluciones basadas en la naturaleza
Hasta ahora, la respuesta de Europa a los incendios forestales se ha centrado principalmente en medidas de emergencia y extinción de incendios, más que en prevención y recuperación. Sin embargo, sin una mayor atención a la prevención y la restauración, el manejo de los incendios será cada vez más difícil en un clima cambiante.
Las soluciones basadas en la naturaleza pueden desempeñar un papel vital en la gestión forestal. La silvicultura cercana a la naturaleza, tal como se promueve en la estrategia forestal de la UE para 2030, ayuda a reducir los riesgos de incendios forestales mediante la gestión de las cargas de combustible mediante el pastoreo, la agrosilvicultura, la gestión de la madera muerta y la quema prescrita. Estos enfoques también fomentan una diversidad de especies, edades y estructuras forestales, lo que hace que los bosques sean más resilientes y menos propensos a los incendios.
El manejo post-incendio requiere una restauración integral, que incluya regeneración natural o asistida, reforestación con especies diversas y rehabilitación hidrológica y de suelos. La diversificación tanto de los paisajes como de las especies de árboles también aumenta la resiliencia ante otras amenazas relacionadas con el clima, como los brotes de plagas.
El informe de la AEMA destaca que las soluciones basadas en la naturaleza siempre deben adaptarse a las condiciones y riesgos locales, así como a la gobernanza y los contextos socioeconómicos. La participación temprana de las partes interesadas es crucial para evitar conflictos (por ejemplo, entre intereses económicos y objetivos de conservación de la naturaleza) y garantizar el éxito a largo plazo en la implementación de estas soluciones.


