EL El ciclón tocó tierra en la costa este de la isla. el 28 de noviembre, lo que provocó inundaciones generalizadas y deslizamientos de tierra mortales en los 25 distritos.
Si bien algunas familias desplazadas han comenzado a regresar a sus hogares, las fuertes lluvias recientes han provocado nuevas inundaciones, deslizamientos de tierra y cierres de carreteras, particularmente en los distritos centrales de Kandy, Nuwara Eliya y Polonnaruwa.
Según evaluaciones de la ONU, casi 1,8 millones de personas (o alrededor del 8 por ciento de la población de la nación insular) siguen afectadas. Entre ellos, más de 1,2 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, incluidos casi 527.000 niños.
Una evaluación rápida conjunta de las necesidades realizada por las autoridades nacionales y los socios humanitarios confirmó daños importantes en las nueve provincias, con graves interrupciones en los servicios esenciales y mayores riesgos para las mujeres, los niños y las personas con discapacidad.
El hambre y la inseguridad alimentaria están aumentando; se informa que casi uno de cada tres hogares padece inseguridad alimentaria y muchas familias están recurriendo a “estrategias de afrontamiento”, como reducir el consumo de comidas.
Necesidades de protección infantil y respuesta tras el ciclón Ditwah.
Niños en mayor riesgo
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informa deficiencias críticas en los servicios de protección infantil, educación, nutrición y agua, saneamiento e higiene (WASH). Muchos niños siguen desplazados en centros superpoblados o con familias de acogida, donde la iluminación, la privacidad y el saneamiento inadecuados aumentan los riesgos de protección, incluida la violencia de género.
La educación se ha visto seriamente afectada. Más de 1.300 escuelas y seis universidades han resultado dañadas, mientras que unas 500 escuelas siguen sirviendo como refugios temporales.
Las autoridades han comenzado a reubicar a los estudiantes de las escuelas dañadas a otras cercanas que funcionan, pero los trabajadores humanitarios advierten que se necesitarán espacios de aprendizaje temporales en varias áreas para evitar interrupciones prolongadas en la educación.
A pesar de los desafíos, UNICEF y sus socios han ampliado su asistencia de emergencia, llegando a más de 76.000 personas con servicios WASH, casi 9.000 con apoyo nutricional y más de 5.600 con servicios de protección infantil.
Desplazamiento y destrucción
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que más de 272.000 personas siguen desplazadas, y la mayoría permanece en comunidades de acogida, mientras que otras se refugian en escuelas, edificios religiosos y centros comunitarios.
A mediados de diciembre, las autoridades reportaron 643 muertes y 183 personas aún desaparecidas. Más de 107.000 viviendas resultaron dañadas o destruidas, lo que convirtió la vivienda en una de las necesidades más urgentes.
Los equipos de la OIM en el terreno están brindando refugio y artículos de socorro para apoyar a las comunidades afectadas por el ciclón Ditwah.
Impacto económico e inseguridad alimentaria
El ciclón asestó un duro golpe a los medios de vida.
Una evaluación rápida posterior al desastre realizada por el Banco Mundial estimó los daños en 4.100 millones de dólares, equivalente al 4 por ciento del PIB del país.
Las pérdidas agrícolas se estiman en más de 800 millones de dólares, y más de 58.000 hectáreas de campos de arroz se inundaron en los distritos orientales, lo que amenaza la producción de alimentos y los ingresos de los pequeños agricultores.
El déficit de financiación amenaza la recuperación
A petición del gobierno, las agencias de las Naciones Unidas y los socios humanitarios lanzaron una Plan de prioridades humanitarias este mes, buscando 35,3 millones de dólares para apoyar a los más vulnerables.
Sólo UNICEF necesita 7,8 millones de dólares para apoyar su respuesta de emergencia para los niños, pero hasta el 23 de diciembre, se había recibido o prometido menos de la mitad de esa cantidad.
Las agencias humanitarias advierten que sin financiación y apoyo continuos, la recuperación será lenta, especialmente para los niños, cuya educación, seguridad y bienestar siguen en riesgo mientras Sri Lanka enfrenta una recuperación larga y difícil.
Publicado anteriormente en Almouwatin.


