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50 años después del beso de Pablo VI a los pies de Melitón, mirando hacia Jerusalén

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Comunicado de www.vaticannews.va — 50 años después del beso de Pablo VI a los pies de Melitón, mirando hacia Jerusalén

El 14 de diciembre de 1975, en vísperas del cierre del Año Santo y en el décimo aniversario de la revocación de las excomuniones recíprocas, el Papa Montini se inclinó por sorpresa hacia el suelo para rendir homenaje al representante del Patriarca ecuménico de Constantinopla.

Andrea Tornielli

De ese gesto, que tuvo lugar hace cincuenta años, solo queda una foto descolorida, nada más. El Papa solo había anunciado algo a su secretario particular, don Pasquale Macchi: «Haga lo que haga, no me lo impida y ayúdeme…». Era la víspera del cierre del Año Santo 1975, aquel 14 de diciembre, y Pablo VI celebraba en la Capilla Sixtina el décimo aniversario del acto con el que las Iglesias de Roma y Constantinopla habían cancelado las excomuniones recíprocas. A esa misa asistió el metropolitano ortodoxo Melitón de Calcedonia, representante del Patriarca ecuménico de Constantinopla Dimitrios I. Al final de la celebración, el Papa, que aún vestía los ornamentos litúrgicos, bajó del altar, se acercó a Melitón y, de repente, se arrodilló ante él, postrándose y besándole los pies. «Nadie estaba al corriente de esta intención —escribió don Macchi—, solo yo había sido avisado para que pudiera llevarla a cabo. Todos quedaron sorprendidos y admirados, y siguió un convencido, prolongado aplauso».

La meditada decisión del Papa Montini se remontaba al gesto del lavatorio de pies realizado por Jesús y recordaba los acontecimientos del concilio de Florencia, cuando en 1439 los patriarcas ortodoxos se negaron a besar los pies del Papa Eugenio IV. El cardenal Johannes Willebrands, que estuvo presente, recordará: «El Papa Montini tenía un talento especial para los gestos simbólicos, gestos que a menudo eran más elocuentes que las palabras… No fue solo un acto de humildad personal, fue sobre todo un acto de reconciliación entre las dos Iglesias, una reconciliación que se decidió en Florencia pero que no se llevó a cabo».

El metropolitano Melitón hablará así sobre ese beso en el pie recibido por el Pontífice: «Solo un santo podía hacer algo así». Mientras que el Patriarca Dimitrios comentará: «Con esta manifestación, nuestro venerado y querido hermano, el Papa de Roma Pablo VI, se ha superado a sí mismo y ha mostrado a la Iglesia y al mundo lo que es y puede ser el obispo cristiano y, sobre todo, el primer obispo de la cristiandad: una fuerza de reconciliación y unificación de las Iglesias y del mundo».

Es importante no olvidar ese gesto de Montini. Solo han pasado unas semanas desde el encuentro de Iznik, la antigua Nicea, donde los cristianos, con el Papa León XIV y el Patriarca Bartolomé, conmemoraron el primer concilio ecuménico. Y es importante no olvidar la misión de servicio a la unidad del Obispo de Roma, mientras las Iglesias miran hacia el Jubileo de 2033 y hacia ese regreso a Jerusalén para rememorar los orígenes de nuestra fe.

Se publicó primero como 50 años después del beso de Pablo VI a los pies de Melitón, mirando hacia Jerusalén

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