Comunicado de www.vaticannews.va — ![]()
Después de 14 años, las Iglesias de Siria celebran el regreso de los habitantes de la ciudad siria a sus hogares y la devolución de sus tierras. En la carta enviada por el Custodio de Tierra Santa: «Una gran alegría por este signo de reconciliación que se sitúa providencialmente en el Jubileo de la esperanza».
Giovanni Zavatta – Ciudad del Vaticano
En medio de sus casas dañadas, pero con la esperanza de reconstruir pronto sus vidas: el sábado pasado, el pueblo y la parroquia de Ghassanieh, en Siria, vivieron un día realmente especial, el regreso de los habitantes a sus casas y la devolución de sus tierras tras catorce años de ausencia forzosa. Un acontecimiento de extraordinario valor eclesial y humano tras el sufrimiento, la violencia y la guerra, vivido en comunión entre las diferentes confesiones cristianas.
Un camino de reconciliación
Lo que está sucediendo, explica el padre Francesco Ielpo, Custodio de Tierra Santa, «representa un signo de renacimiento comunitario, de la fuerza de la fe y del poder del perdón, en los que se basa toda auténtica reconstrucción». En una carta dirigida a los frailes, el padre Ielpo escribe: «Deseo compartir con todos ustedes una gran alegría que concierne no solo a nuestra fraternidad de Siria, sino a toda la Custodia de Tierra Santa. Una señal de reconciliación que se sitúa providencialmente en el Jubileo de la esperanza».
Custodios de la presencia cristiana
A las celebraciones participaron el vicario apostólico de Alepo, monseñor Hanna Jallouf, el obispo greco-ortodoxo de Latakia, Athanasius Fahed, y el pastor presidente del Sínodo Evangélico de Siria y Líbano, Ibrahim Nuseir, junto con representantes de las diferentes comunidades cristianas de la zona. El padre guardián de Tierra Santa recuerda con gratitud el compromiso y la perseverancia de los frailes en Siria, que «han custodiado con fe y valentía la presencia cristiana en una tierra herida, pero siempre viva en el corazón de Cristo», así como la figura del padre François Murad, «mártir de este pueblo, cuya memoria y testimonio iluminan nuestro camino».
La fe ha vencido
Durante este día histórico se llevó a cabo un itinerario de oración que unió simbólicamente las tres iglesias de Ghassanieh, la anglicana, la ortodoxa y la franciscana; en esta última, monseñor Jallouf dirigió el rezo del Padrenuestro y el Ave María en un ambiente de intensa emoción, mientras que, en un discurso pronunciado en nombre del custodio de Tierra Santa, el padre Bahjat Karakash destacó el valor de la resiliencia, la fraternidad y una fe que resiste al paso del tiempo. «Ghassanieh ha vuelto, la esperanza está viva, la fe ha vencido», dijo entre otras cosas el padre Bahjat, originario precisamente de este pueblo.
Un signo de esperanza para todos
En su carta, el padre Ielpo exhorta a todas las fraternidades de la Custodia a «unirse espiritualmente a los hermanos de Ghassanieh en la oración y la gratitud, para que este signo de esperanza se convierta para todos nosotros en una llamada a la fidelidad y la perseverancia en el servicio al Evangelio, incluso en las situaciones más difíciles». El deseo final es que «la luz de Cristo resucitado siga iluminando Siria y todas las tierras confiadas a nuestra custodia y haga fructífero nuestro ministerio de paz y reconciliación».
Se publicó primero como Siria, devueltas las casas y las tierras a los cristianos de Ghassanieh


