António Guterres habló en la sede de la ONU en Nueva York tras la novena conferencia entre el organismo mundial y la Unión Africana (UA).
Las conversaciones de alto nivel se centraron en los avances en la implementación de marcos de cooperación, pero también en la acción conjunta y los desafíos en las áreas de paz, seguridad, desarrollo, derechos humanos y acción climática.
Una unión necesaria
“La cooperación entre nuestras organizaciones nunca ha sido más fuerte ni más necesaria”, dijo el Secretario General en una rueda de prensa junto al Presidente de la Comisión de la UA, Mahmoud Ali Youssouf.
«Nuestro mundo está sumido en la agitación, sacudido por conflictos mortales, desigualdades cada vez mayores, caos climático y tecnologías desbocadas. Los impactos se sienten profundamente en el continente africano».
Youssouf dijo que los socios han alineado sus respectivas agendas de desarrollo.
Paz, justicia climática y reforma
También están trabajando estrechamente en programas emblemáticos de paz, incluidos los esfuerzos de la UA para «silenciar las armas» para 2030, y ahora están «muy involucrados» en el avance de la justicia climática y la transición energética.
También destacó el compromiso de trabajar con todas las partes y partes interesadas en la ONU en la reforma del Consejo de Seguridad.
«Estas reformas son realmente de suma importancia y, en última instancia, consolidarían el sistema multilateral», dijo.
Las dos organizaciones también enfrentan tensiones financieras y «necesitan adaptar nuestras acciones y programas a las nuevas realidades». También deben seguir apoyando las operaciones de paz, la lucha contra el terrorismo, la prevención y resolución de conflictos y centrar la mayor parte de sus esfuerzos en asuntos humanitarios.
Corregir la injusticia, garantizar la equidad
El Secretario General esbozó tres áreas en las que se necesita una acción decisiva, empezando simplemente por dar prioridad a África.
Señaló que el Pacto para el Futuro, adoptado el año pasado por los Estados miembros, también pedía que África tuviera asientos permanentes en el Consejo de Seguridad, “corrigiendo de una vez por todas una injusticia intolerable que enfrenta el continente africano”.
Su segundo punto se refería a la financiación para el desarrollo y la innovación. Aunque África tiene vastos recursos, “su progreso se ve frenado por un sistema financiero global obsoleto e injusto”, afirmó.
«Ha llegado el momento de reformar esta arquitectura financiera, para que refleje el mundo de hoy y satisfaga mejor las necesidades de los países en desarrollo, particularmente en África».
Recordó que “el liderazgo africano ayudó a asegurar el Compromiso de Sevilla”, un acuerdo alcanzado por los Estados miembros este año, que incluye medidas para avanzar en cuestiones como aliviar la carga de la deuda y reducir los costos de endeudamiento.
El Secretario General instará al grupo de naciones industrializadas del G20 a “liderar estas reformas largamente postergadas” cuando asista a su cumbre en Johannesburgo, Sudáfrica, a finales de este mes.
Invertir en paz
Finalmente, en cuanto a invertir en la paz, el jefe de la ONU reafirmó su pleno apoyo a la iniciativa Silenciar las armas.
“Y ahora es el momento”, añadió. «Hoy en día, África alberga demasiados conflictos y demasiado sufrimiento».
En cuanto a Sudán, expresó gran preocupación por los recientes informes de atrocidades masivas y graves violaciones de derechos humanos en El Fasher y el empeoramiento de la violencia en los Kordofans.
También expresó alarma por la creciente inseguridad en el Sahel y destacó otras situaciones en todo el continente, incluidos Malí, Sudán del Sur, Somalia, Libia y la República Democrática del Congo (RDC).
«El mundo no debe darle la espalda a África, hogar de casi una quinta parte de la humanidad», subrayó el jefe de la ONU, advirtiendo que «hay mucho en juego y el potencial es demasiado grande».


