Estaban entre los 49 migrantes y refugiados a bordo de un bote inflable que partió de Zuwara, en el noroeste de Libia, alrededor de las 3 a.m. del 3 de noviembre, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dicho miércoles, citando a los supervivientes.
El barco zozobró unas seis horas después, después de que las fuertes olas provocaran una falla en el motor. Todos los pasajeros, 47 hombres y dos mujeres, fueron arrojados por la borda.
A la deriva en el mar
El barco estuvo a la deriva durante seis días antes de que las autoridades libias rescataran a siete hombres (cuatro sudaneses, dos nigerianos y un camerunés) el 8 de noviembre.
Entre los pasajeros desaparecidos se encuentran 29 ciudadanos de Sudán, ocho de Somalia, tres de Camerún y dos de Nigeria.
«El equipo de la OIM proporcionó a los supervivientes atención médica de emergencia, agua y alimentos a su llegada al punto de desembarco, en coordinación con las autoridades pertinentes», dijo la agencia en un comunicado.
Cooperación y migración segura
Este trágico suceso se produce pocas semanas después de otros incidentes mortales frente a la costa de Surman, Libia, y en la isla de Lampedusa, en el sur de Italia.
Los últimos datos de El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM revela que el número de muertos en el Mediterráneo central ya ha superado los 1.000 este año, mientras la gente intenta el peligroso viaje por mar a Europa.
“Con este último naufragio, el total ha aumentado aún más, lo que refuerza la necesidad urgente de fortalecer la cooperación regional, ampliar las rutas migratorias seguras y regulares y operaciones de búsqueda y rescate más efectivas para evitar más pérdidas de vidas”, concluyó el comunicado.
La ruta migratoria más mortífera
El Proyecto Migrantes Desaparecidos se creó en 2014. Desde entonces, más de 25.600 personas han muerto o han desaparecido en el Mediterráneo central, que se extiende desde el norte de África hasta Italia.
Es la ruta migratoria más mortífera del mundo debido a factores como la duración del trayecto, que puede durar días; patrones de contrabando cada vez más peligrosos, lagunas en la capacidad de búsqueda y rescate y restricciones al trabajo de las ONG que salvan vidas en el mar.
Además, los migrantes suelen realizar la travesía en embarcaciones inflables sobrecargadas y no aptas para navegar. Como muchos de estos buques pueden botarse al mismo tiempo, esto puede complicar los esfuerzos de búsqueda y rescate.
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Publicado anteriormente en Almouwatin.


