Comunicado de www.vaticannews.va —
En su primer viaje apostólico, Prevost fortalece puentes de fe y esperanza que sostengan el encuentro entre hermanos en la fe.
Johan Pacheco – Enviado a Estambul
El quinto Sucesor de San Pedro que visita Turquía (Türkiye), el Papa León XIV, llegó este jueves 27 de noviembre para conmemorar el 1700 aniversario del Concilio de Nicea. Este motivo, si bien es ecuménico y eclesial, también incluye una mirada atenta a la realidad local de sus habitantes y su cultura.
Por ello, uno de los primeros momentos de su visita fue la visita al Mausoleo de Atatürk en Ankara, donde presentó una ofrenda floral y escribió en el libro de honor: «Doy gracias a Dios por haber podido visitar Türkiye, e invoco sobre este país y su pueblo abundancia de paz y prosperidad».
La imagen central que presentó el Papa en su discurso ante las autoridades y miembros de la sociedad civil fue la del «puente», haciendo referencia al Çanakkale 1915, que atraviesa el estrecho de Dardanelos uniendo dos continentes, Asia y Europa:
«La imagen del puente sobre el estrecho de los Dardanelos, elegida como emblema de mi viaje, expresa eficazmente el papel especial de su país. Ustedes ocupan un lugar importante en el presente y en el futuro del Mediterráneo y del mundo entero, sobre todo valorizando sus diversidades internas».
Así, la imagen del puente —también representada en el logotipo de la visita a Turquía— se convierte en un gran signo para toda la humanidad. Construir puentes de paz y reconciliación es una prioridad para el mundo actual, que a menudo toma caminos contrarios. Además del encuentro con las autoridades turcas, las próximas reuniones con la Iglesia local y los líderes de las Iglesias cristianas podrían fortalecer los pilares de este puente desde la misma fe que se profesa en el Credo.
En la Biblioteca Nacional de Turquía, también en Ankara, el Papa señaló que «la imagen del gran puente también ayuda en este sentido. Dios, al revelarse, estableció un puente entre el cielo y la tierra; lo hizo para que nuestro corazón cambiara, haciéndose semejante al suyo».
Y también recordó que, en una sociedad como la turca, donde la religión tiene un papel visible, «es fundamental honrar la dignidad y la libertad de todos los hijos de Dios: hombres y mujeres, compatriotas y extranjeros, pobres y ricos. Todos somos hijos de Dios y esto tiene consecuencias personales, sociales y políticas».
Luego de este discurso, las primeras muestras de cercanía con el pueblo se evidenciaron al final de la visita a la sede de la Nunciatura Apostólica. El Papa saludó con gratitud a quienes estaban reunidos mientras se dirigía al aeropuerto para tomar el avión a Estambul, concluyendo así su primera jornada y pernoctando en las instalaciones de la Delegación Apostólica.
Se publicó primero como El Papa León XIV en Turquía: puente de fe y esperanza


