Comunicado de www.vaticannews.va —
Hablando con Vatican News, Cate Blanchett, Spike Lee, Leslie Mann y Kenneth Lonergan comparten sus respuestas al llamado del Papa Leo a usar sus roles en el mundo del cine para ayudar a otros a «redescubrir una parte de la esperanza que es esencial para que la humanidad viva al máximo».
Kielce Gussie – Ciudad del Vaticano
«Esta es la historia…» es a menudo lo que se escucha de los narradores al explicar su trabajo. Y en una sala llena de artistas creativos y cineastas, siempre hay una historia que contar. Después de escuchar el discurso del Papa León XIV sobre la belleza y la importancia del cine y la responsabilidad de quienes están involucrados en este mundo, actores y cineastas de renombre internacional llenaron los pasillos del Palacio Apostólico, cada uno relatando historias de su propio encuentro papal.
En el corazón de la comunidad
Con la creciente presencia de las aplicaciones de transmisiónla asistencia al cine en todo el mundo cayó un 8,8% en 2024, vendiendo 500 millones menos que en 2023. El Papa León alertó el peligro de este declive, ya que «los cines y teatros son los corazones palpitantes de nuestras comunidades». También afirmó su valor cultural y social y la importancia de salvaguardarlos.
La actriz estadounidense Leslie Mann se ha tomado este desafío muy en serio. Dijo que, como actriz, está tratando de que la gente vuelva a ver películas en teatros y cines, «para experimentar películas juntos en lugar de en casa» en el sofá.
Mann está eligiendo seguir el llamado del Papa de mirar al futuro con un sentido de optimismo: «Estamos muy esperanzados y muy emocionados por el futuro del cine», explicó. A pesar de que las palabras del Pontífice fueron en italiano, Mann compartió con Noticias del Vaticano lo increíblemente impactante que fue la audiencia. «Fue increíble», señalando que volverá a casa y leerá la traducción al inglés.
Iglesia y cine
Este sentimiento de esperanza continuó con Kenneth Lonergan, dramaturgo, guionista y director de cine estadounidense. Acotó que aunque no es cristiano, católico ni religioso, la Iglesia Católica ha «sido una de las grandes promotoras del arte durante muchos cientos de años».
Lonergan elogió el interés del Santo Padre en incorporar el cine a esa tradición del arte. Argumentó que un mundo sin arte, cine, pintura, música «sería un mundo bastante triste». En el mundo actual, lleno de conflictos y tensiones sociales, el arte, el cine en particular, puede ser una vía de esperanza. «Tan pronto como la gente tiene la oportunidad de tener esperanza», puntualizó Lonergan, «la aprovechan».
Reconoció que «es un gran privilegio» participar en la realización y en el detrás de escena de las películas, que pueden ser testimonios de belleza, verdad y esperanza para las personas que buscan tanto entretenimiento como significado.
Nunca demasiado lejos de casa
Al final del discurso del Obispo de Roma, los diversos artistas pudieron saludarlo individualmente y, si lo deseaban, entregarle un regalo al Santo Padre.
Un regalo especial tenía raíces ocultas en los días universitarios de León XIV en los Estados Unidos. El cineasta estadounidense Spike Lee, radicado en Brooklyn, Nueva York, lo saludó con una camiseta de baloncesto personalizada de los New York Knicks. «Esta es la historia», comenzó Lee, «El Papa fue a Villanova… y los Knicks tenían tres jugadores de Villanova».
La camiseta de edición de la ciudad tiene escrito «Pope Leo» y el número 14, como un recordatorio de su conexión con su alma máter.
El cine da voz a los que no tienen voz
La actriz y productora de cine australiana Cate Blanchett también aprovechó la oportunidad para regalarle a Prevost una pequeña pulsera azul con un hermoso significado detrás. «Trabajo con ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados», explicó Blanchett, y la pulsera es una que ella «usa en solidaridad con las personas desplazadas».
A principios de este año, Blanchett lanzó el Fondo Cinematográfico sobre Desplazamiento como Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR. La iniciativa se dedica a defender y financiar «el trabajo de cineastas desplazados, o cineastas con una trayectoria comprobada en la creación de narrativas auténticas sobre las experiencias de las personas desplazadas».
Junto con la directora del Festival Internacional de Cine de Róterdam, Vanja Kaludjercic, Blanchett señaló que las voces de estos cineastas refugiados «a menudo quedan marginadas del corriente principal«. Por ello, tanto Blanchett como Kaludjercic destacaron la importancia de compartir el trabajo de este Fondo con el Santo Padre.
«Es de tremenda importancia que Su Santidad esté abriendo este espacio para el diálogo y señalando lo importante que es crear espacio para las historias de aquellos que a menudo no son escuchados y las personas que no tienen tantas oportunidades, como los cineastas desplazados», enfatizó Kaludjercic. Esto, argumentó, revela valores compartidos entre el Fondo Cinematográfico sobre Desplazamiento y el Vaticano, ya que promueven los derechos humanos básicos y la dignidad de cada persona.
El desplazamiento forzado es un importante problema humanitario al que se enfrenta nuestro mundo hoy. ACNUR informó que, a finales de junio de 2025, unos 117 millones de personas en todo el mundo habían sido desplazadas forzosamente de sus hogares como resultado de la persecución, el conflicto, la violencia, las violaciones de los derechos humanos o «eventos que perturban gravemente el orden público».
Es una crisis que no podemos ni debemos evitar. Esta mañana, el Papa enfatizó que quienes están involucrados en el mundo del cine no deben tener miedo de «afrontar las heridas del mundo. La violencia, la pobreza, el exilio, la soledad, la adicción y las guerras olvidadas son problemas que deben ser reconocidos y narrados».
Blanchett se fue del discurso del Papa con este mensaje firmemente en mente. «Estaba hablando de las lágrimas que a menudo la gente no puede derramar en su vida diaria, lo que a menudo sucede en el cine». Sintió la exhortación del Sucesor de Pedro a volver a «nuestros trabajos diarios e inspirar y crear esos espacios» de diálogo, que pueden comenzar a través de historias de esperanza encontradas en el cine.
Se publicó primero como De Hollywood al Vaticano: Cate Blanchett y Spike Lee se reúnen con el Papa



