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COP30, Belém: países en desarrollo piden mayor apoyo financiero

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Comunicado de www.vaticannews.va —

El nuevo proyecto global del Fondo de Protección Ambiental para Refugiados de ACNUR comienza en la Amazonía, integrando financiación climática y acciones de reforestación lideradas por comunidades desplazadas en América del Sur, Ruanda y Uganda.

Silvonei Protz, enviada a Belém, Brasil

Continúan las discusiones entre las más de 150 delegaciones presentes en Belém en la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Crisis Climática (COP30). Los países en desarrollo siguen insistiendo en la necesidad de discutir un mayor apoyo financiero público por parte de los gobiernos de las economías avanzadas para las acciones de combate al calentamiento global. Diversos representantes de naciones africanas, asiáticas y árabes expresaron, durante un encuentro este jueves (15/11), su insatisfacción con las negociaciones realizadas hasta el momento sobre el tema.

«Si no llegamos a un acuerdo en las consultas, no tendremos una COP exitosa», señaló el representante de Ghana, quien apuntó a los compromisos «obligatorios» firmados en el Acuerdo de París hace apenas 10 años. Por su parte, el representante de Irán, según la prensa, dijo estar «profundamente decepcionado» con las consultas y aseguró que «cualquier ambigüedad o retroceso socavará la confianza», mientras que los chinos acusaron a los países desarrollados de no cumplir sus obligaciones relativas a la institución financiera.

COP30

COP30, Belém: países en desarrollo piden mayor apoyo financiero

COP30 (AFP o licenciantes)

Por otro lado, los delegados de las economías avanzadas se mostraron renuentes a participar en la discusión. El representante canadiense afirmó que el objetivo de la reunión era informar sobre las negociaciones realizadas en la ciudad alemana de Bonn, durante un acto preparatorio para la COP, mientras que la delegación de la Unión Europea no se manifestó.

La cuestión del apoyo financiero a los países menos desarrollados no está en las negociaciones de la COP30, pero la presidencia brasileña está realizando consultas informales para decidir si la integra a la agenda oficial, algo a lo que los países más desarrollados se resisten. Concretamente, el artículo que se quiere discutir es el 9.1 del Acuerdo de París, que establece que las naciones desarrolladas deben buscar recursos financieros para los países menos desarrollados, con el fin de promover la mitigación y la adaptación al cambio climático.

Manifestaciones en la COP

Manifestantes indígenas de la Amazonía reclamaron el trato dado por el gobierno brasileño y bloquearon pacíficamente la entrada principal de la COP30, interrumpiendo los trabajos de la conferencia de la ONU y perturbando las reuniones.

El bloqueo ambiental por dos horas ocurrió porque la seguridad del evento —que concluye el 21 de noviembre—, coorganizado por el gobierno brasileño y la ONU Clima, está en entredicho después de una incursión de otros manifestantes indígenas el martes por la noche, con presencia de agentes de seguridad por horas. En la mañana de este viernes, la concentración de miembros de la comunidad causó cierto caos y perturbó la agenda de las reuniones de miles de participantes y observadores. El presidente de la conferencia, André Correa do Lago, también se vio obligado a cancelar su participación en algunos eventos para regresar al lugar y dialogar.

«Estamos luchando por nuestro territorio», proclamaba el cartel de uno de los manifestantes, que denunciaba grandes proyectos de infraestructura en la Amazonía y exigía que el presidente brasileño se presentara.

André Correa do Lago llegó para conversar, lamentando la pérdida de tiempo, y hasta cargó a un bebé en brazos por algunos minutos. Luego, un grupo de los manifestantes se dirigió a un edificio público para encuentros con las ministras Sonia Guajajara (Pueblos Indígenas) y Marina Silva (Medio Ambiente).

Fondo de Protección Ambiental para Refugiados de ACNUR

Entretanto, el nuevo proyecto global del Fondo de Protección Ambiental para Refugiados de ACNUR comienza en la Amazonía, integrando financiación climática y acciones de reforestación lideradas por comunidades desplazadas en América del Sur, Ruanda y Uganda, con el objetivo de restaurar más de 100 mil hectáreas de vegetación degradada en los próximos diez años y ampliar el acceso a la energía limpia para un millón de personas.

El proyecto en Brasil —en el estado de Roraima— fue presentado en la COP30 en Belém. Allí, el Fondo actuará en la Tierra Indígena São Marcos, un área amazónica de 650 mil hectáreas habitada por pueblos indígenas y refugiados venezolanos.

La Unión Europea anunció formalmente, durante la COP30, una donación de 20 millones de euros al Fondo Amazonía. La contribución se pagará a lo largo de los próximos cuatro años. La donación fue anunciada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su visita a Brasil en 2023, y fue formalizada ayer.

Creado en 2008 y administrado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), el Fondo Amazonía es uno de los principales mecanismos de cooperación internacional para la acción climática. Los recursos recaudados financiarán iniciativas para combatir la deforestación, fortalecer instituciones, desarrollar la bioeconomía y proteger pueblos y comunidades tradicionales. El fondo acumuló donaciones de aproximadamente 5 mil millones de reales (cerca de 813 millones de euros) este año, provenientes de Noruega, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Dinamarca, Suiza, Irlanda, Japón y la propia Unión Europea.

Nuevo sistema conjunto de monitoreo de la selva tropical

Y para concluir, países amazónicos anunciaron un nuevo sistema conjunto de monitoreo de la selva tropical para fortalecer el combate a la deforestación y a la degradación ambiental.

La iniciativa, presentada ayer en la COP30, será coordinada por la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y financiada con 55 millones de reales, equivalentes a 8,9 millones de euros, del Fondo Amazonía, gestionado por el Banco del Estado de Desarrollo Económico y Social (BNDES).

El proyecto busca integrar los sistemas nacionales de observación forestal de los miembros de la OTCA —Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela—, unificando metodologías y datos científicos. «La selva es un sistema único: dañar una parte significa comprometer todo el bioma», dijo el Secretario General de la OTCA, el etnólogo colombiano Martin von Hildebrand.

Se publicó primero como COP30, Belém: países en desarrollo piden mayor apoyo financiero

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