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A 30 años de Dayton, la paz inconclusa en Bosnia y Herzegovina

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Comunicado de www.vaticannews.va — A 30 años de Dayton, la paz inconclusa en Bosnia y Herzegovina

Los acuerdos de paz firmados el 21 de noviembre de 1995 en la localidad estadounidense crearon un país unitario para los tres pueblos constitutivos, sobre la base de una compleja arquitectura institucional que aún hoy tiene dificultades para garantizar un funcionamiento pleno. No faltan las tensiones entre Sarajevo y la República Srpska, la entidad serbia llamada a votar el domingo 23 de noviembre

Francesco Citterich – Ciudad del Vaticano

Hoy se cumple el trigésimo aniversario del Acuerdo de Dayton, con el cual terminó la sangrienta guerra en Bosnia y Herzegovina. El aniversario tiene lugar en un clima de renovada tensión, causado en los últimos meses por la negativa del líder serbobosnio, Milorad Dodik, a seguir las disposiciones de la Oficina del Alto Representante europeo, un organismo internacional encargado de supervisar precisamente la aplicación del Acuerdo de Dayton.

La guerra en los Balcanes

El conflicto en Bosnia – que se inserta en el marco de las guerras yugoslavas ocurridas entre 1991 y 2001, tras la disolución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia – estalló después de la proclamación de independencia del país, en un contexto de fuertes tensiones étnicas y empujes nacionalistas, exacerbados por la intervención de Croacia y Serbia.

Concluyó con un balance de más de cien mil muertos y dos millones de refugiados. Una guerra marcada por innumerables atrocidades cometidas por todas las partes – limpieza étnica, ejecuciones sumarias, agresiones selectivas – y que hizo conocer al mundo entero el asedio más largo de la historia contemporánea: el de Sarajevo.

El acuerdo mediado por EE.UU.

El Acuerdo, alcanzado en presencia del entonces presidente estadounidense Bill Clinton y de otros cincuenta líderes mundiales, se firmó el 21 de noviembre de 1995 en la base aérea USAF Wright-Patterson de Dayton, Ohio, después de más de veinte días de negociaciones intensas y fluctuantes.

En las conversaciones de paz para poner fin al conflicto – que marcó dramáticamente a la Europa surgida de la Guerra Fría – participaron los principales representantes políticos de la región: Slobodan Milošević, presidente de Yugoslavia y representante de los intereses serbobosnios (Radovan Karadžić, presidente de la República Serbia de Bosnia y Herzegovina de 1992 a 1996, estuvo ausente), el presidente de Croacia, Franjo Tuđman, y el presidente de Bosnia y Herzegovina, Alija Izetbegović. La conferencia estuvo dirigida por el mediador estadounidense Richard Holbrooke, junto con el enviado especial de la Unión Europea, Carl Bildt, y el viceministro de Exteriores de la Federación Rusa, Igor Ivanov.

Un Estado para tres pueblos constitutivos

De aquel Acuerdo – firmado cuatro meses después de la masacre de Srebrenica, en la que hasta ocho mil hombres y jóvenes bosnios musulmanes fueron asesinados por las fuerzas serbobosnias – nació la Bosnia y Herzegovina que conocemos hoy: un Estado compuesto por dos entidades profundamente divididas, pero que comparten una presidencia colegiada.

El documento de Dayton (un extenso tratado de ciento sesenta y cinco páginas, doce anexos y ciento dos mapas topográficos, formalizado después en París el 14 de diciembre de 1995) sancionaba la intangibilidad de las fronteras, idénticas a las líneas divisorias entre las repúblicas federadas de Yugoslavia, y preveía la creación de dos realidades internas dentro del Estado de Bosnia y Herzegovina: la Federación Croata-Musulmana, que posee el 51% del territorio bosnio (con noventa y dos municipios), y la República Srpska (RS, de mayoría serbia, con el 49% del territorio y sesenta y cuatro municipios), cada una dotada de sus propias instituciones, parlamento y gobierno, aunque integradas en un marco estatal unitario.

El acuerdo asumía igualmente que existen tres pueblos constitutivos de Bosnia y Herzegovina: los bosníacos musulmanes (50% de la población), los serbios ortodoxos (30%) y los croatas católicos (15%).

El órgano de gobierno más elevado es la Presidencia tripartita, compuesta por tres miembros, cada uno en representación de uno de los tres pueblos constitutivos. La dirección de dicho órgano colegiado – que sigue el modelo de la antigua Yugoslavia post-Tito – es rotativa con un mandato de ocho meses.

El Acuerdo también contemplaba el traspaso – o mejor, el retorno – de Eslavonia Oriental a Croacia, ocupada hasta el final de la guerra por fuerzas serbias. La estructura legislativa resultante fue particularmente compleja: cada entidad tiene su propio parlamento; la República Srpska uno unicameral, mientras que la Federación croata-musulmana uno bicameral. A nivel estatal se eligen cada cuatro años los miembros de la Cámara de Representantes del Parlamento, formada por cuarenta y dos diputados, veintiocho elegidos en la Federación y catorce en la RS; y la Cámara de los Pueblos está compuesta por cinco serbios, cinco croatas y cinco musulmanes.

La herencia de los acuerdos

Pero, ¿cuál es hoy, treinta años después, el impacto del Acuerdo de Dayton? La iniciativa tuvo el mérito de suspender los combates y constituye aún hoy el fundamento constitucional de Bosnia y Herzegovina, continuando influyendo en la política, la administración y las relaciones interétnicas del país balcánico. Sin embargo, no ha eliminado divergencias ni divisiones, y varias cuestiones siguen sin resolverse.

Divergencias que, después de tres décadas, obligan a reflexionar nuevamente sobre la necesidad de una paz capaz no solo de detener las armas, las víctimas y la destrucción, sino también de crear las condiciones para garantizar libertad, bienestar y convivencia pacífica.

Aunque puso fin al conflicto, las etnias bosnias permanecen separadas entre sí, incluso con alfabetos diferentes (cirílico en la RS y latino en la Federación). La división territorial ha sido criticada por su complejidad y por haber creado un sistema político “engorroso”.

El Acuerdo tampoco resolvió cuestiones fundamentales vinculadas al conflicto, como el regreso de los refugiados o el reconocimiento formal de responsabilidades. La estabilidad del país sigue dependiendo de la aplicación del tratado y de las tensiones entre las distintas entidades y grupos étnicos, a menudo relacionadas con la interpretación y aplicación de los principios mismos del Acuerdo de Dayton.

Nuevas elecciones

El domingo 23 de noviembre se celebrarán elecciones presidenciales para elegir al sucesor de Milorad Dodik, aliado de Moscú. En febrero pasado, un tribunal de Sarajevo condenó a Dodik a un año de cárcel y seis años de inelegibilidad por ignorar las decisiones del Alto Representante. El 6 de agosto, tras negarse a cumplir la sentencia confirmada en apelación, Dodik fue destituido del cargo.

Se publicó primero como A 30 años de Dayton, la paz inconclusa en Bosnia y Herzegovina

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