KINGNEWSWIRE / Comunicado de prensa / En una edición récord de la maratón Stralugano, voluntarios de la asociación Dico No alla Droga, inspirados por las enseñanzas humanitarias de L. Ronald Hubbard y apoyados por la Iglesia de Scientology, se unieron a miles de corredores para promover una vida sana y valores libres de drogas. Su participación en la sección Run 4 Charity convirtió el deporte en un mensaje de prevención y responsabilidad social, destacando cómo la acción comunitaria y la educación pueden ayudar a construir una Europa más segura y resistente.
Di no a las drogas, sí al running: los scientologists se unen a la Stralugano, que bate récords, para promover un estilo de vida saludable y libre de drogas
Lugano, Suiza. La Stralugano de este año, uno de los eventos deportivos más queridos de Suiza, alcanzó una participación récord, uniendo a miles de corredores de toda la región bajo la bandera del espíritu comunitario y los logros personales. Entre los participantes se encontraba la asociación humanitaria Dico No alla Droga, que participó en la sección Run 4 Charity para reafirmar un mensaje que resuena profundamente en la sociedad actual: el deporte y los valores positivos son alternativas poderosas al consumo de drogas.
El grupo, compuesto por voluntarios, amigos y simpatizantes, se unió al evento para demostrar que la prevención y la concienciación también pueden construirse a través de la acción, la unidad y el entusiasmo. «Trajimos a nuestros miembros, amigos y simpatizantes para que corrieran con nosotros, un gesto simbólico pero significativo para enfatizar nuestro mensaje», dijeron los representantes de Dico No alla Droga. «Creemos que el deporte ofrece una alternativa real y constructiva al llamado «subidón» de las drogas, promoviendo la salud, la energía y la solidaridad».
Entre los corredores se encontraba Simone Leo, un ultramaratonista reconocido internacionalmente por combinar la resistencia con un propósito. «Correr proporciona a las personas una sensación natural y duradera de logro», afirmó. «Cuando te esfuerzas al máximo y cruzas la línea de meta, la recompensa es auténtica. Eso es algo que ninguna droga puede sustituir jamás».
Un movimiento humanitario con alcance global
Dico No alla Droga (Di no a las drogas) forma parte de la Fundación por un Mundo Libre de Drogas, una organización sin ánimo de lucro apoyada por miembros de la Iglesia de Scientology. Basadas en los principios humanitarios establecidos por L. Ron Hubbard, las campañas sociales de la Iglesia se basan en la convicción de que la educación, y no la represión, es la forma más eficaz de prevención.
El Sr. Hubbard escribió que «el elemento más destructivo presente en nuestra cultura actual son las drogas», y enfatizó que solo a través de información precisa las personas pueden tomar decisiones informadas y que afirman la vida. Siguiendo este principio, la campaña proporciona materiales educativos gratuitos, folletos y recursos audiovisuales a escuelas, grupos juveniles e instituciones públicas. Los voluntarios organizan puestos de información, conferencias y eventos como este, inspirando a las personas a elegir la vida, la salud y la responsabilidad.
En toda Europa, miles de voluntarios se han unido a este movimiento en más de 100 grupos europeos, a menudo combinando sus pasiones personales —desde el atletismo hasta las artes— con iniciativas de concienciación pública. Al hacerlo, ilustran una idea clave detrás de la campaña: que la disciplina personal y el respeto por uno mismo, fomentados por actividades como los deportes, son escudos naturales contra la adicción y la desesperación.
La participación de Dico No alla Droga en la Stralugano es más que un gesto de solidaridad; refleja un modelo proactivo de prevención que involucra en lugar de aislar. Al reunir a familias, atletas y ciudadanos en torno a una causa común, estas iniciativas fortalecen los lazos comunitarios y dan visibilidad a un mensaje de esperanza y empoderamiento personal.
El coordinador local del grupo explicó que «nuestro objetivo no es moralizar, sino informar. Queremos que los jóvenes comprendan lo que realmente hacen las drogas y sepan que tienen opciones, opciones que les llevan a una vida mejor y más libre».
Eventos como el Stralugano ofrecen un entorno visible y positivo para que ese mensaje cale, donde el espíritu de competición se fusiona con la compasión y la responsabilidad cívica.
Un mensaje que resuena con los valores europeos
Iván Arjona-Pelado, representante de la Iglesia de Scientology ante la Unión Europea, la OSCE, el Consejo de Europa y las Naciones Unidas, elogió la iniciativa y afirmó:
«Lo que vemos en Lugano no es solo una campaña local, sino el reflejo de un principio europeo más amplio: que la dignidad humana se refuerza cuando las personas se empoderan con conocimientos y propósitos. Los voluntarios de la Iglesia de Scientology demuestran que la prevención, la educación y la participación de la comunidad pueden transformar vidas de manera muy eficaz. Esta es la esencia de la responsabilidad social en acción».
Creada bajo la inspiración de L. Ronald Hubbard e impulsada por el líder eclesiástico de Scientology, el Sr. David Miscavige, con un impulso visionario para elevar los estándares a la excelencia más avanzada, la campaña «Di no a las drogas, di sí a la vida» ha llegado a cientos de millones de personas en más de 180 países. A través de sus folletos educativos, traducidos a docenas de idiomas, y de la serie ampliamente distribuida La Verdad sobre las Drogas, la campaña proporciona a los jóvenes información objetiva sobre los efectos a corto y largo plazo de las sustancias más comúnmente consumidas. El programa ha obtenido el respaldo de educadores, profesionales de las fuerzas del orden y líderes comunitarios por su enfoque eficaz y no conflictivo de la prevención.
La Iglesia de Scientology, fundada por L. Ronald Hubbard, se dedica a promover la mejora de la humanidad a través de la educación, la ética y la acción humanitaria. En todo el continente europeo, las Iglesias de Scientology, las misiones y los grupos afiliados llevan a cabo una amplia gama de programas comunitarios que abordan la educación en derechos humanos, la prevención de las drogas, la alfabetización moral y la ayuda en casos de desastre. Su reconocimiento como religión caritativa y auténtica sigue creciendo en toda Europa, y los tribunales nacionales y las instituciones públicas reconocen la contribución social de la Iglesia y su compromiso con los valores cívicos.