El jefe de la CMNUCC pidió el martes que las finanzas «fluyan ahora mismo», mientras los delegados se preparan para viajar a la ciudad brasileña de Belém el próximo mes para lo que se considera una cumbre crucial para convertir las promesas en acciones.
No está en duda si los países deben o no estar preparados para hacer frente a un clima cambiante y más impredecible: fenómenos meteorológicos extremos como incendios forestales devastadores, sequías catastróficas e inundaciones apocalípticas están haciendo la vida cada vez más difícil en todas partes del mundo (o incluso, como están descubriendo los habitantes de los Estados insulares del Pacífico que se hunden, imposible).
Hay muchos ejemplos de medidas efectivas que los países pueden tomar para adaptarse a esta nueva normalidad, desde altos diques hasta sistemas de alerta de ciclones, casas flotantes y plantaciones de cultivos tolerantes a la sequía.
Sin embargo, todo cuesta dinero. Dineral. Las estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sitúan la cifra entre 160.000 y 340.000 millones de dólares, pero sólo una pequeña fracción de esa cantidad llega realmente a los países en desarrollo.
Los desastres relacionados con el clima, como las inundaciones, como se muestra en Madagascar, pueden provocar una variedad de problemas de salud.
Medios de vida destruidos
El martes, ONU Cambio Climático publicó un nuevo informe que detalla el progreso que están logrando los países en sus planes nacionales de adaptación al clima (PAN). Confirma que el persistente déficit de financiación corre el riesgo de arruinar los planes que muchos están intentando implementar.
Durante el lanzamiento en la capital brasileña, Brasilia, Simon Stiell recordó que la crisis climática está destruyendo vidas y medios de subsistencia en todas las regiones del mundo, especialmente en los países más vulnerables, y que “la adaptación no es opcional; es absolutamente esencial.”
El jefe climático de la ONU dijo que la adaptación no sólo protegería vidas sino que también ayudaría a empoderar a las comunidades y los países para que prosperaran.
Los Planes Nacionales de Adaptación, afirmó, son “clave para desatar el poder transformador épico de invertir en resiliencia climática.”
Niños en Timor-Leste Los residentes de la aldea de Orlalan, en Timor-Leste, participan en un simulacro de desastre climático.
Planes en marcha
Aparte del desafío de la financiación, se están logrando avances: 67 países en desarrollo han presentado planes –incluidos 23 de países menos adelantados y 14 pequeños Estados insulares en desarrollo– con un enfoque destinado a involucrar a más mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, comunidades locales y el sector privado.
Estos esfuerzos explican en detalle cuáles son las prioridades y necesidades y deberían, sugirió Stiell, hacer más sencillo para los inversores y las instituciones financieras financiar la adaptación climática.
El informe llega 19 días antes de la apertura de la conferencia de la ONU sobre el clima COP30 en la ciudad amazónica de Belém, donde la adaptación y el déficit de financiación serán una cuestión central para los negociadores, con el objetivo de movilizar 1,3 billones de dólares en financiación climática.
De cara a la cumbre de la ONU, Stiell dijo que era una «prueba clave de solidaridad global» que debe «conectar la acción climática con la vida real en todas partespara difundir los vastos beneficios”.
