Comunicado de www.vaticannews.va —
Monseñor Daniel Pacho, Subsecretario del Vaticano para el Sector Multilateral de la Sección de Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, intervino en la 16.ª Conferencia Ministerial de la UNCTAD. «Es necesario apoyar la dignidad de quienes viven en la pobreza y la extrema necesidad».
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«En la actual crisis que enfrenta el sistema multilateral, es fundamental encontrar una respuesta esperanzadora, caracterizada por la valentía moral y la determinación de emprender un rumbo diferente», afirmó Monseñor Daniel Pacho, Subsecretario del Vaticano para el Sector Multilateral de la Sección para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, en su intervención ayer, 21 de octubre, en Ginebra, durante la 16.ª Conferencia Ministerial de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), titulada «Forjando el futuro: Impulsando la transformación económica para un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible».
Futuro, transformación y desarrollo
El Subsecretario enfatiza que la primera palabra que emerge es futuro y recuerda que «la comunidad internacional se ha reunido en esta Conferencia con el objetivo de lograr un resultado tangible y ambicioso, como una declaración de confianza en lo que nos espera. El futuro», explica, «no es solo algo que esperar; es algo que construir ahora con visión y perseverancia decidida». La segunda palabra es transformación . «Debemos hacer todos los esfuerzos posibles para superar las desigualdades globales que crean profundas fracturas entre continentes, países y sociedades. Estas disparidades ponen en peligro el futuro». Por lo tanto, se necesita «acción decisiva, guiada por la justicia y fortalecida por la solidaridad».
Finalmente, desarrollo . Si bien existe una preocupación general sobre el rumbo que está tomando el mundo, «es esencial mantener la esperanza y seguir luchando por una auténtica prosperidad humana y un desarrollo que no sea solo económico, sino verdaderamente integral». Esto, añade, «significa un desarrollo que sitúa a la persona humana en el centro, respetando su dignidad divina y promoviendo el bien común integrando las dimensiones económica, social, cultural, moral y espiritual del bienestar.
Desde esta perspectiva, la labor de la UNCTAD, a través de sus tres pilares, se erige como un faro de esperanza: la esperanza de que la solidaridad y la responsabilidad pueden transformar el futuro y de que todas las personas, especialmente las más pobres, pueden participar en un desarrollo justo, integral y verdaderamente humano».
Más atención a los pobres y necesitados
Con este espíritu de esperanza, recuerda el Arzobispo Pacho, la Santa Sede desea llamar la atención sobre áreas clave que requieren un compromiso compartido para promover un auténtico desarrollo integral. El desarrollo no puede reducirse a simples cifras e indicadores. Concierne sobre todo a las personas, a quienes viven en pobreza y extrema necesidad. Su dignidad debe ser defendida, «y la extrema pobreza de quienes se ven privados de esta dignidad debe pesar constantemente en nuestras conciencias».
Respeto a la vida
Según el prelado, «uno de los aspectos más impactantes del desarrollo actual es la importante cuestión del respeto a la vida, que no puede desvincularse en modo alguno de las cuestiones relativas al desarrollo de los pueblos. La apertura a la vida y el respeto a su sacralidad son la base del verdadero desarrollo».
Por último, para el subsecretario vaticano, «el rápido auge de la Inteligencia Artificial (IA) revela otra frontera de la actual crisis de desarrollo. Si bien la IA tiene el potencial de promover el desarrollo sostenible, requiere responsabilidad, discernimiento, gestión ética y marcos regulatorios centrados en la persona humana». Es crucial, concluye, «que su uso no comprometa la dignidad de la persona humana».
Se publicó primero como La Santa Sede: la sacralidad de la vida en el corazón del verdad