Al dirigirse a los embajadores por primera vez como jefe de la oficina de la ONU en Haití (BINUH), Carlos Ruiz Massieu abordó la continua violencia de las pandillas y la crisis humanitaria en el país, la próxima transición política que tendrá lugar el próximo año y el intento de restaurar la seguridad nacional a través de la recientemente acordada Fuerza de Supresión de Pandillas (GSF).
Circunstancias ‘nefastas’
“No hay duda de que las circunstancias son nefastas, pero el pueblo haitiano no se ha rendido”, dijo Massieu, quien se reunió con múltiples actores políticos, internacionales y civiles en el país durante los últimos dos meses y medio.
A medida que los grupos armados atacan cada vez más a las comunidades agrícolas en las afueras de la capital y otras áreas, destacó que la escala y el impacto del desplazamiento interno no tienen precedentes y ascienden a más de 1,4 millones de personas desplazadas.
«La situación de los derechos humanos también sigue siendo profundamente preocupante, con abusos generalizados relacionados con ataques de pandillas, violencia que involucra a grupos de autodefensa e incluso algunas operaciones de seguridad», añadió.
Transición política en marcha
«Me preocupa que aún no haya surgido un camino firme hacia la restauración de la gobernabilidad democrática», dijo Massieu refiriéndose a la transferencia de autoridad a los funcionarios electos que se espera que tenga lugar el 7 de febrero del próximo año.
Saludó las acciones de las autoridades haitianas para consultar con los representantes políticos sobre las elecciones para evitar un vacío político más allá de febrero, señalando que “El diálogo interhaitiano sostenido sigue siendo crucial para forjar un consenso renovado sobre el camino a seguir..”
BINUH brindará apoyo técnico y logístico antes de las elecciones, dijo.
Las agencias de la ONU distribuyen ayuda humanitaria en Bassin Bleu, Haití, que fue atacada por pandillas en septiembre.
Nueva fuerza, una señal de tranquilidad
Massieu acogió con agrado el respaldo del Consejo de Seguridad a la Fuerza de Supresión de Pandillas y alentó a las autoridades a tomar medidas apropiadas para aumentar la seguridad y garantizar que las comunidades más afectadas por la violencia, en particular los niños, estén protegidas.
Advirtió que el entorno de seguridad hostil continúa afectando a los socios internacionales de Haití en la capital, pero que él está liderando los esfuerzos en BINUH para lograr “una presencia del 100 por ciento del personal en la capital con carácter de urgencia”.
“La reciente acción de este Consejo fue una señal de tranquilidad para el pueblo haitiano de que no está solo. – que la comunidad internacional los apoye durante este momento crítico”, elogió.
“Ahora es el momento de traducir rápidamente esta señal en progreso real y cambiar el rumbo de la violencia..”