Comunicado de www.vaticannews.va —
La Sala Marconi del Dicasterio para la Comunicación acogió la presentación de la procesión del Cristo de Pachacamilla, que el 19 de octubre ingresará en la Plaza de San Pedro para recibir la bendición del Papa León XIV. Una expresión de fe, identidad y comunión que proyecta al Perú en el corazón de la Iglesia universal.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Este martes 14 de octubre, en la Sala Marconi del Dicasterio para la Comunicación, se realizó la presentación de la Gran Procesión Internacional del Señor de los Milagros, que tendrá lugar el próximo domingo 19 de octubre, en el marco del Jubileo de la Esperanza 2025. El acto, lleno de fervor y gratitud, reunió a representantes de la comunidad peruana, autoridades diplomáticas y miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros en Roma.
Moderado por el doctor Alessandro Gisotti, Vicedirector Editorial de los Medios Vaticanos, el encuentro fue una muestra de cómo la fe popular del Perú se convierte en patrimonio de toda la Iglesia. “El Señor de los Milagros es un evento peruano, sí, pero también de la Iglesia universal”, afirmó Gisotti. “No se puede entender el Perú sin entender qué es el Señor de los Milagros: una expresión de fe, de cultura y de esperanza que ahora se abre al mundo entero”.
Los participantes portaban con emoción el escapulario del Señor de los Milagros, signo de pertenencia y devoción. Se contó con la presencia del Encargado de Negocios de la Embajada del Perú ante la Santa Sede, Ministro Manuel Carrasco E., del Mayordomo de la Hermandad en Roma, Wilmer Oblitas, y de miembros veteranos como Elsa Javier y Carlos Salinas, quienes compartieron su testimonio de servicio y fe.
Durante la actividad, además de profundizar en la historia de la devoción, su significado y ampliar datos técnicos, se proyectó un video que recordaba la devoción del entonces monseñor Robert Francis Prevost, hoy Papa León XIV, cuando servía en la diócesis de Chiclayo. Aquellas imágenes, de procesiones humildes y rostros agradecidos, evocaron la continuidad de una fe que ahora llega hasta la Plaza de San Pedro.
También se emitió un mensaje en video del Cardenal Pedro Barreto, quien presidirá la Eucaristía del 19 de octubre en la Basílica Vaticana. El purpurado recordó que la devoción al Cristo Morado “nació del gesto de fe de un esclavo africano que, en su pobreza, pintó la imagen de Jesús crucificado en una pared de barro, y esa imagen resistió los terremotos de Lima como signo de esperanza”. Añadió:
“Esta devoción tiene su raíz en la experiencia del migrante y del pobre. Hoy el Señor de los Milagros nos invita a mirar con amor a quienes sufren, a los que están lejos de su tierra, y a recordar que Jesús mismo fue migrante y esclavo por amor”.
El cardenal subrayó además la dimensión social de esta fe:
“El Señor de los Milagros no pertenece solo al Perú. Es un mensaje para toda la Iglesia. Nos recuerda que, en medio de las dificultades, Cristo está con nosotros y que el amor debe traducirse en servicio, en caridad concreta, en compromiso con los más vulnerables”.
En un gesto de comunión, hermandades del Señor de los Milagros de distintos países enviaron sus saludos y bendiciones. “Nos alegra sentir que estamos más unidos que nunca”, comentó Wilmer Oblitas. “Donde hay peruanos, hay una imagen del Señor, y este año sentimos que Roma acoge esa fe con los brazos abiertos”.
Por su parte, el ministro Manuel Carrasco destacó el apoyo de las embajadas y consulados peruanos para hacer posible este evento histórico: “Este año teníamos que soñar en grande. Admiramos el desprendimiento y la entrega de las hermandades que, desde el extranjero, mantienen viva esta tradición de amor y unidad”.
Finalmente, Elsa Javier, con tres décadas de servicio en la Hermandad, expresó: “Ser devoto del Señor de los Milagros es un compromiso de vida. Caminamos siempre mirándolo, sin darle nunca la espalda. Cada paso, cada sahumerio, cada canto, es una oración viva“.
Elsa explicó que las sahumadoras —las mujeres que preceden el andar del Cristo Morado— tienen la misión de purificar el camino del Señor con el humo del incienso («perfume de octubre»), símbolo de oración y ofrenda.
«Nuestra vida debe ser devota a Él y a todo lo que Él enseñó: el portar un hábito debe ser el testimonio más fuerte de que Cristo está vivo, y tenemos que vivir y difundirlo», acotó.
Dentro de la Hermandad, cada miembro cumple una función precisa: los cargadores llevan el anda, las sahumadoras abren paso con sus incensarios, los cantoras acompañan con himnos y los servidores velan por el orden y la seguridad. Cada tarea, por pequeña que parezca, tiene un sentido espiritual y comunitario. “Todos —afirman— somos parte de un mismo cuerpo al servicio del Señor de los Milagros”.
El próximo 19 de octubre, más de 40 hermandades participarán en la gran procesión que culminará con el ingreso del anda del Señor de los Milagros a la Plaza de San Pedro, donde el Papa León XIV impartirá su bendición. Un momento que sellará, una vez más, la profunda comunión entre el pueblo peruano y la Iglesia universal.
Se publicó primero como La fe del Cristo Morado llega al corazón de San Pedro