InicioSociedadEl Papa León XIV llama a la defensa global de la libertad...

El Papa León XIV llama a la defensa global de la libertad religiosa

-

Roma, 10 de octubre de 2025 – A la luz dorada de una mañana de otoño, la Sala de los Papas quedó en silencio mientras Papa León XIV se levantó para hablar. una delegación de Ayuda a la Iglesia Necesitada—portando historias de sufrimiento, de desplazamiento, de silencioso martirio— habían llegado a Roma en este Jubileo de la Esperanza, y el Santo Padre los recibió con solemnidad y urgencia.

el comenzo con una bendición y luego, inclinándose hacia delante, lanzó un himno al coraje y a la conciencia, no en abstracciones teológicas, sino en carne humana.

Un mundo herido, todavía añorante

“Todo ser humano lleva en su corazón un profundo anhelo de verdad, de significado y de comunión con los demás y con Dios”.

Papa León XIV

Estas palabras llegan a la médula de la condición humana. Negar ese anhelo es negar lo que es ser humano. El Papa recordó a sus oyentes (muchos de los cuales se sumergen diariamente en peligrosas fronteras de fe) que La libertad religiosa no es opcional sino esencial.arraigada en la dignidad de cada persona, “creada a imagen de Dios y dotada de razón y libre albedrío”.

Para Leo, esto no es retórica. Cuando se suprime esa libertad, advirtió, el tejido mismo de la sociedad comienza a desmoronarse: “La confianza da paso al miedo, la sospecha reemplaza al diálogo y la opresión engendra violencia”.

Invocó la advertencia de su predecesor, Francisco, hablando “Urbi et Orbi” en abril de 2025:

«No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás».

Papa Francisco

El eco de Leo es claro: la libertad de fe no es un ámbito aislado. Es la base de la libertad de conciencia, de expresión y de la armonía social.

El deber de la Iglesia no es pasivo

Desde el púlpito, el Papa no se limitó a teorizar: trazó el linaje del propio coraje de la Iglesia. el recordo Dignidad humana—la afirmación del Concilio Vaticano II de que la libertad religiosa “debe ser reconocida en la vida legal e institucional de cada nación”. Por lo tanto, dijo, la defensa de la libertad religiosa «no puede permanecer abstracta; debe ser vivida, protegida y promovida en la vida cotidiana de los individuos y las comunidades». (Vaticano)

Fue esta convicción, dijo, la que dio origen a Ayuda a la Iglesia Necesitada. Desde 1947, nacida entre las ruinas y el trauma del mundo de la posguerra, ha permanecido, según Leo, como un testigo vivo: no sólo ofreciendo ayuda material, sino también una voz, una presencia, una proclamación de fraternidad. (Iglesia necesitada)

Elogió su Informe sobre la libertad religiosa en el mundomás que un documento seco: “da testimonio, da voz a los que no tienen voz y revela el sufrimiento oculto de muchos”. (Vaticano) Y cuando ACN reconstruye una capilla, apoya a una religiosa o proporciona una estación de radio, no se trata de actos periféricos: son puntos en el frágil tejido moral de las sociedades.

Desde los márgenes surgen los pacificadores

Leo no pretendió que el camino fuera fácil. Habló de los cristianos en contextos de persecución y fragilidad (Burkina Faso, la República Centroafricana, Mozambique), lugares donde la ayuda no es caridad sino un salvavidas. Afirmó que en esos lugares la Iglesia local se convierte en un signo vivo de armonía social y fraternidaddemostrando que “un mundo diferente es posible”. (Vaticano)

Este no es un mensaje de triunfalismo, sino de perseverancia. “No os canséis de hacer el bien” (Gálatas 6:9), instó. El Papa sabe que la pequeña llama de la fe a menudo parpadea con el viento. Sin embargo, perdura y, a veces, se convierte en un resplandor que ilumina a otros.

Al concluir, invocó el consuelo del Espíritu Santo y la presencia protectora de María, “Madre de la Esperanza”. Y con profundo cariño, le transmitió su Bendición Apostólica—una promesa, dijo, “de gracia y paz en Jesucristo nuestro Señor”. (Vaticano)

Los ecos y el costo

En un pontificado aún en sus primeros meses, León XIV ya ha mostrado un tenor distintivo: directo, grave, decididamente profético. En sus discursos ante periodistas a principios de este año, insistió en que «Sólo las personas informadas… pueden tomar decisiones libres». (ZENIT – Español) Exigió la liberación de los periodistas encarcelados y calificó el periodismo como una vocación sagrada. (USCCB)

El discurso de esta mañana, aunque no dirigido a escritores sino a quienes sirven a comunidades empobrecidas y perseguidas, avanza en la misma corriente: verdad, libertad, solidaridad. Las palabras de León parecen trascender los pasillos eclesiales y llegar a los pasillos de los gobiernos, los tribunales y la conciencia pública.

Es un llamado: reconocer que la libertad religiosa no es un debate de nicho, sino un eje de la dignidad humana. Confiar en que la misericordia y la justicia no son antitéticas. Caminar con aquellos para quienes la fe es una carga que soportan bajo amenaza, no un llamado cómodo.

Sin embargo, el costo es real. Los trabajadores humanitarios regresan a tierras de incertidumbre. Los obispos deben sopesar la defensa frente a las represalias. Los gobiernos deben decidir si protegerán la diferencia o la suprimirán. El Papa conoce este coste. Pero él sostiene ante nosotros un clarín: donde un miembro sufre, todos sufren juntos (1 Corintios 12:26).

No ofrece ilusión, sino esperanza. Esperanza arraigada en la memoria y la solidaridad. En comunión y valentía. En la promesa de que la fe, incluso golpeada y asediada, todavía habla al núcleo de la aspiración humana.

En el silencio que siguió, la delegación de Ayuda a la Iglesia Necesitada no partieron simplemente con bendiciones: llevaban un mandato: permanecer cerca del sufrimiento, contar historias ocultas, insistir en que la conciencia de nadie se vea envuelta en el miedo. En un mundo cada vez más fragmentado, las palabras del Papa León siguen siendo un llamado: a la paz, pero una paz que comienza en la libertad.

Publicado anteriormente en The European Times.

- Publicidad -spot_img

Selección