Comunicado de www.vaticannews.va —
En uno de los países más vulnerables del planeta, la organización de la Conferencia Episcopal aborda la nueva frontera de la emergencia climática: el impacto psicosocial en las comunidades afectadas por desastres ambientales. Entrevista del director Daud Jibon Das a los Medios Vaticanos.
Stefano Leszczynski – Ciudad del Vaticano
Bangladesh es uno de los lugares del mundo donde los efectos del cambio climático se manifiestan con mayor fuerza y frecuencia. Según el Perfil de Riesgo Climático 2024 del Banco Mundial, más de 90 millones de personas, más de la mitad de la población, viven en zonas de alta exposición climática, continuamente amenazadas por inundaciones, ciclones y olas de calor. El World Risk Report 2024 de la Universidad del Ruhr de Bochum sitúa al país en el noveno lugar entre los más vulnerables a los desastres naturales, mientras que el Global Climate Risk Index di Germanwatch (Índice Global de Riesgo Climático de Germanwatch) estima en 3000 millones de dólares al año las pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos extremos. Pero detrás de las cifras se esconde un drama menos visible: el de la salud mental de las personas obligadas a huir.
Más de dos millones de desplazados en 2024
Solo en 2024, según el Centro Internacional de Monitoreo del Desplazamiento (IDMC), alrededor de 2,4 millones de bengalíes se vieron obligados a abandonar sus hogares debido a desastres ambientales. «Muchos de ellos se han trasladado a campos de refugiados o asentamientos informales en las afueras de las ciudades, explica el director ejecutivo Daud Jibon Das a los medios de comunicación vaticanos, donde la pérdida de bienes materiales se suma al trauma psicológico del desarraigo. En este contexto, Caritas Bangladesh ha decidido ampliar su intervención humanitaria, incluyendo la salud mental y el apoyo psicosocial entre sus prioridades de acción». La organización, con más de 56 años de experiencia en emergencias y desarrollo comunitario, comenzó a ocuparse de la salud mental en 2012, tras tragedias como el incendio de la fábrica Tazreen Fashion y el derrumbe del Rana Plaza, que causaron más de 1200 víctimas en total. Desde entonces, Caritas ha integrado los servicios de asistencia psicosocial en sus programas para los desplazados climáticos y las poblaciones vulnerables, incluidas las comunidades rohinyás de los campamentos de Cox’s Bazar.
De las chabolas a las tiendas de campaña: 50 000 personas atendidas cada año
Cada año, la organización llega a más de 50 000 personas, entre niños, adolescentes, padres y adultos. Las actividades se llevan a cabo en asentamientos informales, campos de refugiados y centros de acogida, e incluyen: sesiones de sensibilización sobre el estrés, el trauma y el estigma; terapias individuales, grupales y de pareja dirigidas por psicólogos y consejeros; apoyo comunitario para mejorar la alimentación, el sueño, las relaciones sociales y la capacidad de adaptación; vínculos con los servicios psiquiátricos públicos y apoyo económico para los casos más graves. En el terreno trabajan más de 170 especialistas, entre psicólogos clínicos, consejeros y voluntarios comunitarios formados por Caritas Bangladesh.
El recorte de los fondos internacionales
«Los recientes recortes de fondos por parte de UsAid —explica el director ejecutivo de Cáritas Bangladesh— han privado a nuestros proyectos humanitarios de unos 3,7 millones de dólares y nos han obligado a cerrar tres de nuestros programas de gestión de emergencias. Por si fuera poco, tras los recortes de UsAid, Alemania, Francia y otros países europeos también han reducido drásticamente su financiación. Esto ha tenido graves repercusiones en términos de vidas humanas perdidas».
Una red de cooperación nacional e internacional
El programa de asistencia psicosocial se basa en una amplia alianza que reúne a organizaciones locales e internacionales. Cáritas trabaja en colaboración con agencias de las Naciones Unidas como la OIM, el ACNUR, el UNFPA y UNICEF, así como con ONG nacionales como BRAC, ActionAid, World Vision y la Fundación Sajida. Paralelamente, la organización gestiona proyectos dedicados a la salud materno-infantil, la formación profesional de los jóvenes, la seguridad alimentaria y la reducción del riesgo de desastres naturales, con una perspectiva de resiliencia integrada.
Cuidar a quienes cuidan
Quienes ofrecen ayuda también necesitan apoyo. Por eso, Caritas Bangladesh ha puesto en marcha un programa de terapia y bienestar para su personal, en colaboración con la Innovation for Wellbeing Foundation. Una iniciativa diseñada para prevenir el estrés y el agotamiento entre los trabajadores que se enfrentan a situaciones de emergencia a diario.
Resiliencia, la palabra clave
En un país donde las mareas cambian la geografía y millones de personas viven en equilibrio entre la supervivencia y la esperanza, la resiliencia no solo consiste en construir diques, sino también en fortalecer la mente y el corazón de las personas. «El compromiso de Caritas Bangladesh —declara Das— demuestra que afrontar la crisis climática también significa reconocer y curar las heridas invisibles que deja en la vida de los más vulnerables. Basta pensar que hay personas que cada año se ven afectadas dos o tres veces por desastres naturales y siempre tienen que empezar de nuevo».L’appello in vista della Cop30
El llamamiento con vistas a la COP30
«Bangladesh es uno de esos países que, aunque no se encuentra entre los principales responsables del cambio climático, sí es víctima del mismo», señala el director Das. «Pedimos a la comunidad internacional que redoble sus esfuerzos para ayudar a los bangladesíes a hacer frente a los desastres medioambientales y encontrar soluciones que estimulen la resiliencia de nuestras poblaciones. Es importante que los países más ricos y Europa comprendan que, si ayudan de manera concreta a las víctimas del cambio climático, permitirán que las personas permanezcan en sus países en lugar de tener que emigrar a otros lugares, a menudo sacrificando sus vidas en Libia o al intentar cruzar el Mediterráneo».
Se publicó primero como Bangladesh, el compromiso de Cáritas con los desplazados climáticos




