El martes, Annalena Baerbock de Alemania se convertirá en la primera mujer europea en ocupar el cargo y solo la quinta presidenta de la historia de la Asamblea.
En la víspera de la inauguración de Baerbock, Noticias de la ONU habló con uno de sus predecesores. María Fernanda Espinosa, ex Ministra de Defensa y Asuntos Exteriores del Ecuador, dirigió la asamblea de 2018 a 2019 como la primera mujer en América Latina y el Caribe en hacerlo.
Trabajo duro y diplomacia calificada
Espinosa describe La Asamblea General Como «laboratorio del derecho internacional», señalando que el papel del presidente requiere «trabajo duro, buena diplomacia y la capacidad de llevar a cabo negociaciones justas».
La última mujer en presidir la asamblea dijo que ve a Annalena Baerbock todas las cualidades necesarias para un «rendimiento brillante» como el próximo presidente. Ella enfatizó que el jefe alemán asumió el cargo en un momento de «cambio estructural profundo dentro de la institución, en parte vinculado a los desafíos financieros».
Espinosa cree que Baerbock desempeñará un papel «absolutamente central» en la implementación de reformas en el marco del proceso UN80, así como los compromisos avanzados vinculados con El pacto para el futuroadoptado en 2024.
Para Espinosa, la propia historia de la ONU demuestra que es «una organización insustituible, una humanidad no puede suceder, pero que, sin embargo, debe reinventarse».
Annalena Baerbock, presidenta elegida de la octava sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, está dirigida a periodistas después de su elección.
«¿Por qué no una mujer como secretaria general?»
Mientras daba la bienvenida a la elección del quinto presidente de la Asamblea en Nueva York, Espinosa dijo que esta reestructuración también ofreció la oportunidad de repensar los estilos de liderazgo y finalmente considerar a una mujer para el puesto de Secretario General. La próxima cita se espera en 2026.
«La verdadera pregunta es: ¿por qué no?» Preguntó, enfatizando que una mujer podría traer cualidades como «gestión fuerte y una construcción de puentes». Agregó que una secretaria general también representaría un acto de «justicia histórica», después de 80 años de liderazgo masculino al frente de la ONU.
El ex diplomático ecuatoriano reconoció uno de los mayores desafíos en las Naciones Unidas: la brecha entre las resoluciones adoptadas en la Asamblea General y su traducción en políticas y regulaciones nacionales. Eso, dijo, evita que las decisiones multilaterales produzcan mejoras tangibles en la vida de las personas.
Para remediar esto, pidió un «multilateralismo más inclusivo y de red», en el que los ciudadanos están informados, comprometidos y capaces de monitorear las decisiones internacionales tomadas.
Construir un consenso detrás de escena
Espinosa enfatizó que «la mayoría de las obras de presidencia se están llevando a cabo detrás de escena», tratando con divisiones y forjando consenso.
Señaló que el nuevo presidente se enfrentará cada vez más con las responsabilidades relacionadas con la paz y la seguridad, así como el desarrollo sostenible.
Espinosa recordó que la primera resolución adoptada por la Asamblea General se refería al descubrimiento de la energía atómica, enfatizando la necesidad de adaptarse a una nueva fuerza que podría explotarse con fines pacíficos, pero también «efectos terribles».
Ella subrayó los momentos de definición de su propia presidencia, incluidas las difíciles negociaciones que llevaron a la adopción de la primera Compacto global para la migración en 2018.
El diplomático también expresó su orgullo por los avances internos, como la decisión de eliminar los plásticos de uso único en la ONU, reconociendo el daño que causan a la salud humana y los ecosistemas.
Publicado anteriormente en Almouwatin.