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Honduras: La Iglesia recuerda a Juan Antonio López a un año de su asesinato

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Comunicado de www.vaticannews.va —

El 14 de septiembre de 2024, el agente pastoral comprometido con la protección del medio ambiente fue asesinado. El arzobispo Nácher Tatay, presidente de la Conferencia Episcopal, declaró: «Su voz no ha sido silenciada, sino que resuena con mayor fuerza; su mensaje ahora forma parte de la conciencia de un pueblo». Los obispos exigen la identificación de los instigadores del asesinato.

Giovanni Zavatta – Ciudad del Vaticano

Asesinar a Juan Antonio López fue una decisión terrible, pues su mensaje resuena cada vez con más fuerza. Quienes intentaron silenciar su voz solo lograron que su causa y su ejemplo se escucharan con mayor claridad en la conciencia popular. Las palabras del Arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher Tatay, presidente de la Conferencia Episcopal Hondureña, pronunciadas el sábado pasado en la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa, resumen elocuentemente la participación —o mejor dicho, la movilización— demostrada por la Iglesia Católica y gran parte de la sociedad civil para celebrar la figura de Juan Antonio López, Delegado de la Palabra de Dios, coordinador de la pastoral social en la Diócesis de Trujillo y miembro fundador del ministerio de ecología integral en Honduras.

Fue asesinado el 14 de septiembre de 2024 en Tocoa, departamento de Colón, por su compromiso con la protección del medio ambiente y la lucha contra la corrupción y el narcotráfico. El grave hecho criminal fue recordado también por el Papa Francisco el 22 de septiembre después del Ángelus: el Pontífice, uniéndose al luto y a la condena de toda forma de violencia, se dijo «cercano a cuantos ven pisoteados sus derechos fundamentales y a cuantos se comprometen por el bien común respondiendo al grito de los pobres y de la tierra»

Celebración el sábado en la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa a un año de la muerte del activista ambiental,

Celebración el sábado en la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa a un año de la muerte del activista ambiental,

Celebración el sábado en la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa a un año de la muerte del activista ambiental,

“Pagó con su vida su compromiso de defender nuestra casa común”.

López, por lo tanto, no fue solo un predicador o ambientalista, sino uno de los muchos profetas en la historia de la Iglesia, señaló Monseñor Nácher Tatay en su homilía, silenciado por sus palabras «incómodas» y por su valiente ejemplo de fe: «Encarnó las mejores cualidades de Jesús, y aun sabiendo que arriesgaría su vida, asumió el compromiso de defender nuestra casa común, la justicia social y la igualdad. Juan defendió la verdad, hasta morir por ella. Vivió y murió por amor a Jesús», enfatizó el prelado.

La misa concluyó una marcha, «Peregrinación de la Esperanza por la Justicia Ecológica», por las calles de Tegucigalpa. Organizada por la Iglesia hondureña, reunió a cientos de delegaciones de diversas jurisdicciones, encabezadas por los obispos y párrocos del país. También estuvieron presentes organizaciones sociales y redes ambientalistas que marcharon en defensa de la vida, la justicia y la creación.

El día anterior, en una emotiva ceremonia, la Conferencia Episcopal y la Universidad Católica de Honduras entregaron la primera edición del Premio Juan Antonio López al compromiso cristiano con la justicia, la paz y la defensa de la vida. El premio fue entregado a Telma Peña, esposa de Juan, y a sus hijas Claudia y Julia, en honor a la invaluable labor de su esposo como defensor de los derechos humanos y del medio ambiente.

El premio fue entregado a la esposa y las hijas de Juan Antonio López.

El premio fue entregado a la esposa y las hijas de Juan Antonio López.

El premio fue entregado a la esposa y las hijas de Juan Antonio López.

Los obispos piden identificar a los culpables

En un comunicado, los obispos de la Comisión para la Ecología Integral, inspirados por el Evangelio, la encíclica Laudato Si’ y el clamor de las comunidades, exigen firmemente justicia para Juan López y que los responsables e instigadores de su asesinato sean investigados y castigados. De hecho, la impunidad no puede seguir siendo el sello distintivo de los crímenes contra los defensores del medio ambiente, porque la justicia no es venganza: es reparación, es verdad, es garantía de no repetición.

El episcopado hondureño también exige la implementación de mecanismos de protección para los líderes comunitarios, indígenas, campesinos y religiosos que defienden la tierra, el agua y la vida: «La protección del territorio no es un delito: es un servicio, una vocación, un acto de fe», enfatiza el comunicado, instando a la presidenta de la República, Iris Xiomara Castro Sarmiento, a adherirse de inmediato al Acuerdo de Escazú, que garantiza el acceso a la información ambiental, la participación ciudadana y la protección de quienes defienden el medio ambiente.

“Cada día que se pospone esta decisión, más vidas se ponen en riesgo”, concluyen los obispos, quienes además piden la implementación del Decreto 18-2024, que establece medidas urgentes para proteger territorios ambientalmente vulnerables y comunidades en riesgo, y para detener la imposición de proyectos mineros, hidroeléctricos y agroindustriales que violan los derechos humanos, contaminan los ecosistemas y destruyen las comunidades.

El pueblo hondureño manifesto en las calles pidiendo justicia por Juan Antonio López

El pueblo hondureño manifesto en las calles pidiendo justicia por Juan Antonio López

El pueblo hondureño manifesto en las calles pidiendo justicia por Juan Antonio López

Denunció actividad minera que pone en riesgo recurso hídrico

López, de 46 años, quien también era concejal de Tocoa, fue asesinado a tiros mientras estaba sentado en su auto tras asistir a una misa. La zona de Tocoa, en la provincia del Bajo Aguán, ha sido durante mucho tiempo un foco de conflicto por la minería a cielo abierto, disputas de tierras reclamadas por grupos campesinos (que han causado decenas de muertes en los últimos cincuenta años) y el narcotráfico desenfrenado.

Juan Antonio, en particular, había denunciado la actividad minera y la contaminación de los ríos de la zona, amenazados por proyectos mineros ilegales que ponen en peligro los recursos hídricos de los que dependen las comunidades locales. Este podría haber sido el motivo del asesinato. Hasta el momento, solo tres hombres, los presuntos autores materiales del crimen, han sido juzgados, pero los instigadores permanecen en el anonimato, aunque la Policía Nacional y la Fiscalía General de la República aseguran que la investigación avanza.

Al respecto, el obispo de Trujillo (capital del departamento de Colón), Henry Orlando Ruiz Mora, afirmó que en Honduras «la justicia está latente, faltan investigaciones y celeridad». Por esta razón, «seguimos exigiendo justicia para Juan Antonio López, que no solo los asesinos comparezcan ante la justicia, sino también quienes instigaron su asesinato, quienes lo planearon y pagaron». Hace un año, pocas horas antes de su asesinato, López declaró en un acto público: «Mi postura es clara: no al narcotráfico y a la corrupción en el municipio. Es incómodo decirlo, pero si no lo decimos, lo harán las farolas o las calles intransitables. Y toda persona que se reconozca honor, dignidad y civilidad estará conmigo». Estas fueron sus últimas palabras de valiente denuncia cristiana.

Se publicó primero como Honduras: La Iglesia recuerda a Juan Antonio López a un año de su asesinato

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