Comunicado de www.vaticannews.va —
El cardenal Carlos Castillo exhortó a los fieles a vivir una fe auténtica y comprometida con los más pobres, recordando que la verdadera grandeza del cristiano no está en el prestigio ni en los ritos vacíos, sino en atravesar la “puerta estrecha” del servicio y el testimonio de amor.
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Durante la misa dominical celebrada en la Catedral de Lima, el cardenal Carlos Castillo invitó a los fieles a redescubrir la esencia del Evangelio como un camino de servicio y cercanía con los más vulnerables. En compañía de Cáritas Lima y de las lideresas de las ollas comunes, el arzobispo reflexionó sobre el pasaje del evangelio de Lucas (13, 22-30), en el que Jesús nos interpela a entrar por la «puerta estrecha».
No al prestigio, sí al servicio
El arzobispo recordó en su homilía que el seguimiento de Cristo no puede confundirse con la búsqueda de privilegios, títulos o reconocimientos sociales: «No se trata de usar la religión como vitrina para mostrar prestigio, sino de dejarnos transformar por el Señor y vivir como testigos de su amor. Caminar con Jesús es aprender a servir, no a imponernos sobre los demás», expresó.
Castillo advirtió que, a lo largo de la historia, ha existido la tentación de convertir la fe en un ritual vacío, desligado de la vida y del compromiso real con los que sufren. Esa es, justamente, la “puerta ancha” que muchos eligen por comodidad y superficialidad.
La fe: testimonio en medio de los problemas
Para el Primado del Perú, la «puerta estrecha» no significa exclusión, sino la exigencia de un testimonio concreto en medio de los problemas humanos y espirituales de nuestra sociedad:
«El Señor nos llama a superar la frivolidad y a vivir una fe encarnada. No podemos construir nuestra salvación apartándonos del mundo o despreciando a los demás. La verdadera salvación se abre para quien ama y se entrega».
El purpurado alertó sobre los riesgos de una religiosidad manipulada por intereses políticos o elitistas: «Dios no se manipula ni se acomoda a proyectos de poder. A Dios se le testimonia con la vida».
Una Iglesia que camina con los pobres
En el marco del 57º aniversario de Cáritas Lima, el cardenal Castillo recordó que la misión de la Iglesia se realiza en el corazón de los pobres. Por eso, exhortó a los católicos a ser un signo de esperanza en medio de las crisis sociales, especialmente frente a la exclusión de migrantes y comunidades vulnerables:
«Tenemos que abrir nuestra tienda, hacerla más grande, para que todos tengan lugar en la casa común. Hoy, más que nunca, el mundo necesita cristianos que vivan en solidaridad y no en indiferencia», enfatizó.
El ejemplo de Santa Rosa de Lima
En vísperas de la fiesta de la patrona de América, el arzobispo destacó a Santa Rosa como modelo de compromiso evangélico: una mujer laica que supo interpretar los problemas de su tiempo y se entregó al servicio de los más necesitados. «Ella entendió que la puerta estrecha es, en realidad, la puerta del hogar del pobre, a donde todos estamos llamados a entrar».
La celebración reunió a representantes de Cáritas Lima, lideresas de las ollas comunes y comunidades parroquiales, en un gesto de comunión que refuerza el llamado a vivir una fe auténtica, sencilla y comprometida con el prójimo.
Se publicó primero como Cardenal Castillo: «La verdadera grandeza está en servir a los más pequeños»