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Kulbokas: Aumentan los ataques a Kyiv y dañan la Nunciatura

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Comunicado de www.vaticannews.va —

El nuncio apostólico en Ucrania describe la situación actual en Kyiv, tras una oleada de misiles rusos que impactaron incluso en el barrio donde se encuentra la representación vaticana. “Vi con mis propios ojos drones sobrevolando la Nunciatura. No sé qué buscaban. Oí varias explosiones, dos de ellas muy cerca. Nuestra sede sufrió daños en el techo, el garaje y zonas de servicio”, relata el arzobispo Visvaldas Kulbokas.

Svitlana Dukhovych – Ciudad del Vaticano

La Nunciatura Apostólica en Kyiv fue uno de los múltiples edificios afectados por el masivo ataque con drones y misiles balísticos lanzado por Rusia entre la noche del 9 y la madrugada del 10 de julio. Las explosiones estremecieron la ciudad, se desataron incendios y hubo víctimas. La sede de la representación pontificia, ubicada en el barrio de Shevchenkivskyi, también resultó dañada por fragmentos de drones que impactaron en edificios residenciales cercanos. Así lo informó a los medios vaticanos el propio nuncio, el arzobispo Visvaldas Kulbokas.

Traducción de la entrevista ligeramente adaptada al español para mayor claridad y fluidez.

Excelencia, ¿cómo describiría lo que está ocurriendo en Kyiv?

Los ataques se han intensificado notablemente. Son más frecuentes y más violentos que en los últimos tres años, que ya fueron duros. Esta misma noche y en las primeras horas del día cayeron decenas de misiles y drones. Lo más inquietante es que los drones apuntan claramente a zonas civiles. Vi con mis propios ojos cómo sobrevolaban la Nunciatura y las casas vecinas. Escuchamos varias explosiones, dos de ellas muy próximas. En los edificios residenciales cercanos —uno a 70 metros, otro a 90— también hubo daños. Nuestra sede sufrió afectaciones en el techo del edificio principal, en el garaje y en los servicios auxiliares. Recogimos una decena de fragmentos grandes, probablemente de un dron. Afortunadamente, todos estamos bien. Pero impresiona ver y escuchar explosiones tan cercanas.

La Nunciatura se encuentra en una zona muy céntrica, ¿verdad?

Sí, estamos en el distrito de Shevchenkivskyi, una zona muy amplia donde también hay varias embajadas. Según las estadísticas, es el barrio más golpeado de Kyiv, después de las ciudades que están directamente en la línea del frente como Zaporiyia, Járkiv, Jersón, Odesa o Sumy. Aquí han caído numerosos misiles y drones. Esta noche, varios impactaron muy, muy cerca. Todavía no sabemos cuántas víctimas hubo; esa información suele confirmarse al cabo de uno o dos días. Pero cada mañana en misa rezamos por todos los afectados.

La situación también afecta a la vida diaria: por ejemplo, hoy nuestros colaboradores no pudieron llegar a tiempo a trabajar porque las calles estaban bloqueadas por los escombros. Todo esto nos lleva a rezar aún más intensamente, pidiendo a Dios que nos conceda la paz que los hombres no logran alcanzar.

Después de una noche así, debe ser muy difícil continuar con la jornada…

Sin duda. La energía disminuye mucho. Además, justo estos días están de visita en la Nunciatura la superiora general y algunas consejeras de las Hermanas de la Caridad de San Vicente. Tampoco ellas pudieron dormir. Esta congregación fue fundada en Ucrania por el metropolita Andrey Sheptytsky en 1926, como rama oriental de la congregación belga homónima. Su casa general está en Leópolis, y tres religiosas colaboran con nosotros aquí en Kyiv, lo cual agradecemos profundamente.

Esta noche también se alojaba con nosotros el obispo electo de Kamianets-Podilskyi, monseñor Edward Kava. Las esquirlas cayeron a pocos metros tanto de mi residencia como de la suya. Cuando suenan explosiones tan fuertes, no es posible dormir. Bajamos inmediatamente, porque si el edificio se incendia, hay que estar listos para evacuar. Permanecer en los pisos altos sería imprudente: no daría tiempo a salir, como ha pasado en muchas casas civiles. El peligro no es solo la explosión, sino también el combustible inflamable que llevan los drones.

Además, hoy y en días anteriores, ha sido imposible abrir las ventanas: toda la ciudad está envuelta en humo tóxico, producto del combustible de misiles y drones. Durante horas, respirar el aire se vuelve peligroso.

¿Los ataques han sido más intensos últimamente?

Sí. Desde el inicio de la invasión a gran escala, Kyiv ha sido atacada frecuentemente, pero durante 2023 y 2024 los ataques fueron más espaciados. En cambio, desde finales de mayo y a lo largo de junio y julio, la frecuencia y cantidad de misiles y drones se ha disparado. Solo en una noche, se sucedían explosiones durante tres horas seguidas. Primero venían los drones, luego los misiles. Escuchas pasar uno, luego regresa, y no sabes a qué apunta. Pasa otro, y otro, y otro más… hasta el décimo, el vigésimo, el trigésimo. Es un bombardeo constante.

¿Qué mensaje quiere compartir con el mundo en este momento?

Solo puedo pedir oración. Confío profundamente en la fuerza de la oración. Tal vez no seamos dignos de recibir esta gracia, pero en este Año Jubilar nos acogemos a la misericordia de Dios. Invito a todos —a los que se sienten indignos, a quienes creen que no saben rezar— a unirse. Recemos juntos, una y otra vez, para pedirle al Señor que nos conceda el don de la paz.

Se publicó primero como Kulbokas: Aumentan los ataques a Kyiv y dañan la Nunciatura

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