Comunicado de www.vaticannews.va —
En 1939, Pío XII lanzó su famoso llamamiento por radio cuando el mundo estaba al borde de la Segunda Guerra Mundial. Las palabras del Pontífice, que entonces habían pasado desapercibidas, fueron retomadas hoy por León XIV, al final de la Audiencia general, para invocar la paz ante el actual escenario de tensión y violencia.
Andrea Tornielli
León XIV, en su llamamiento a la paz al final de la audiencia general, citó significativamente una frase del Radiomensaje dado el jueves 24 de agosto de 1939 por Pío XII. El mundo estaba entonces al borde de la Segunda Guerra Mundial: «Nada se pierde con la paz. Todo se puede perder con la guerra».
Este es el contexto de las palabras del Papa Pacelli, elegido unos meses antes como sucesor de Pío XI tras nueve años como su Secretario de Estado: «Es con la fuerza de la razón, no con la de las armas, que la Justicia se abre paso. Y los imperios que no se fundan en la Justicia no son bendecidos por Dios. La política emancipada de la moral traiciona a quienes así la desean. El peligro es inminente, pero aún hay tiempo. Nada se pierde con la paz. Todo se puede perder con la guerra. Que los hombres vuelvan a entenderse. Que reanuden las negociaciones. Negociar con buena voluntad y con respeto a los derechos mutuos, comprenderán que las negociaciones sinceras y eficaces nunca impiden un éxito honorable».
El Radio mensaje fue pronunciado a las 19 horas del 24 de agosto, desde Castel Gandolfo, después de que el Papa conoció la noticia del pacto entre la Alemania nazi y la Unión Soviética. En aquella ocasión, Pío XII eligió uno de los cuatro proyectos que le había presentado la Secretaría de Estado. El texto elegido había sido preparado por el sustituto Giovanni Battista Montini y el Papa había hecho algunas correcciones de su propia mano. Mientras el Papa pronunciaba el llamamiento, Montini permaneció a su lado para ayudarle.
Como es sabido, el llamamiento del Papa Pacelli fue lamentablemente ignorado. El 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas cruzaron la frontera polaca y comenzó la Segunda Guerra Mundial.
Se publicó primero como Las palabras del Papa Pacelli para detener la guerra