Comunicado de www.vaticannews.va —
El Papa León XIV se dirige a los jóvenes reunidos en su ciudad natal, Chicago, y les exhorta a construir comunidad, abrazar el amor de Dios y convertirse en «faros de esperanza» en el mundo actual.
Linda Bordoni – Ciudad del Vaticano
Miles de jóvenes se reunieron en el Rate Field, sede del equipo de béisbol de las Grandes Ligas Chicago White Sox, el sábado 14 de junio, para celebrar una alegre fiesta organizada por la Arquidiócesis de Chicago en honor a la reciente elección de su hijo nativo, el Papa León XIV.
En un videomensajeel recién elegido Papa -Robert Francis Prevost- expresó su gratitud y ánimo a los jóvenes de su ciudad natal y del mundo.
El evento, celebrado en la fiesta de la Santísima Trinidad, contó con la presencia del cardenal Blase Cupich, obispos auxiliares, clérigos, familias y jóvenes de toda la archidiócesis.
En su mensaje, el Papa comenzó reflexionando sobre el significado de la Trinidad como modelo de amor divino y unidad. «Tres personas en un solo Dios viven unidas en la profundidad del amor, en comunidad, compartiendo esa comunión con todos nosotros», dijo, invitando a sus jóvenes oyentes a reflexionar sobre sus propias relaciones y comunidades con ese mismo espíritu de amor.
El poder de la fe y la comunidad
El Papa reconoció los retos a los que se enfrentan los jóvenes hoy en día, especialmente tras la pandemia de COVID-19.
«Quizás se den cuenta (…) de que el contexto de su vida no les ha dado la oportunidad de vivir la fe», dijo, animándoles a abrir sus corazones a la presencia de Dios, «a ese anhelo de amor en nuestras vidas, a buscar de verdad, a encontrar las formas en que podemos hacer algo con nuestras propias vidas para servir a los demás».
Destacó el poder sanador de la fe y la comunidad, y animó a los jóvenes a buscar la amistad, el apoyo y la misión compartida en sus parroquias y barrios.
«Al reunirnos como amigos (…) podemos descubrir que la gracia del Señor, que el amor de Dios, puede sanarnos verdaderamente», dijo, y pidió a los presentes que se convirtieran en «faros de esperanza» en un mundo a menudo agobiado por la división y la desesperación.
Dios obra a través de nuestras vidas
Y refiriéndose a las reflexiones de San Agustín sobre el «corazón inquieto», recordó a los jóvenes que su anhelo de sentido es un signo de vitalidad espiritual y no algo que deba reprimirse.
«No debemos buscar formas de apagar el fuego», dijo, «sino reconocer que Dios puede obrar a través de nuestras vidas».
Los jóvenes, reiteró el Papa, están llamados a ser agentes de paz y unidad. «El mundo espera que ustedes anuncien un mensaje de verdadera esperanza y promuevan la paz», afirmó.
Citando tanto a San Pablo como a San Agustín, basó su mensaje en la tradición de la Iglesia, al tiempo que animó a los jóvenes a asumir su papel único en la configuración del futuro.
Para concluir, el Papa León XIV invocó la bendición de Dios sobre los allí reunidos: «Que el amor y la paz del Señor descansen sobre cada uno de vosotros (…) para que sean siempre faros de esperanza, signos de esperanza y paz en todo el mundo».
Se publicó primero como El Papa León XIV a los jóvenes: Sean agentes de paz en un mundo dividido