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Santa Teresa de Lisieux: el pequeño camino que sigue vivo

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Comunicado de www.vaticannews.va —

Este sábado 17 de mayo, la Iglesia conmemora el centenario de la canonización de la carmelita Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz. Doctora de la Iglesia y santa patrona de las misiones, su mensaje sigue vivo en todo el mundo. En Lisieux, ciudad donde vivió y descansan sus reliquias, el santuario la celebra este fin de semana.

Xavier Sartre – Ciudad del Vaticano

La festividad comenzó el viernes 16 de mayo en la ciudad de Lisieux, donde Santa Teresa ingresó al Carmelo en 1888 y vivió hasta su muerte en 1897. Sus reliquias fueron trasladadas en procesión por la noche desde el Carmelo, pasando por la catedral, hasta la basílica del santuario, donde descansan, antes de una vigilia cantada en la basílica.

Este sábado 17 por la mañana, la misa del centenario fue celebrada por el obispo de Bayeux-Lisieux, Monseñor Jacques Habert, en presencia de los obispos de la provincia de Normandía, a excepción del arzobispo de Ruan, que se encontraba en camino a Roma para asistir a la misa de inicio de pontificado del Papa León XIV. Como muestra del profundo amor de los fieles por ella, peregrinos provenientes de Chicago y Brasil, que le profesan una devoción especial, estuvieron presentes en esta celebración.

Cien años después de su canonización, la devoción hacia la pequeña carmelita, que consiguió una dispensa de edad para ingresar al Carmelo, sigue siendo tan grande como siempre. Como recordó Monseñor Habert en su homilía, ella marcó a todos los Papas durante estos cien últimos años, desde Pío X, quien incluso antes de su beatificación la describía como «la más grande santa de los tiempos modernos», hasta Pío XI, que la canonizó en la plaza de San Pedro y decía de ella que era «la estrella de su pontificado», pasando por Juan Pablo II, quien la proclamó doctora de la Iglesia, hasta Francisco, quien estuvo muy unido a ella y escribió sobre ella la exhortación Esto es confianza.

Dejarse amar por Dios

Hoy en día, el mensaje de la «pequeña vía», tan querido por Santa Teresa, sigue extendiéndose. Según el padre Emmanuel Schwab, rector del santuario de Lisieux, la clave no está en saber cómo difundirlo. «Teresa no nos enseña lo que debemos hacer, sino a reconocer lo que Dios ya está haciendo y a responder a esa acción divina», explica.

Para ilustrar esta enseñanza, Schwab utiliza la imagen de un niño pequeño que, aún incapaz de caminar, se encuentra en su cuna extendiendo los brazos hacia su madre o su padre para que lo levanten. «No es el niño quien se levanta y sale de la cama, sino que se deja levantar, ofreciendo sus pequeños brazos. Este gesto es su manera de consentir, de mostrar su espera, aunque, en cierto sentido, es completamente innecesario, ya que los padres pueden levantarlo sin que él extienda los brazos», agrega.

«La pequeña vía es algo así: algo absolutamente necesario y, al mismo tiempo, perfectamente absurdo», precisa. «Es necesaria para acoger el don de Dios, pero absurda frente al desafío, a la desproporción entre la acción humana que recibe ese don y la acción misma de Dios», añade el rector. «La pequeña vía es un camino de confianza», la confianza que se tiene en Dios, «que lo hace todo por mí», y al que respondemos con nuestro «pobre y pequeño amor».

El centenario continuará este domingo 18 de mayo con la retransmisión de la misa del Papa León XIV, seguida de la misa en la basílica y, en particular, una conferencia del rector titulada «Santa Teresa y su pequeña vía de santidad». La jornada concluirá con las vísperas en la capilla del Carmelo, en presencia de las carmelitas.

Se publicó primero como Santa Teresa de Lisieux: el pequeño camino que sigue vivo

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