Comunicado de www.vaticannews.va —
La petición y el compromiso del Papa Francisco al final de cada encuentro: la oración.
Johan Pacheco
La Iglesia agradecida recuerda al Papa Francisco, sus gestos y miradas de esperanza, sus palabras y oraciones, sus exhortaciones por la paz y el compromiso por la construcción de una fraternidad humana. El recuerdo agradecido se palpaba en la plaza de San Pedro con los cientos de miles de personas que se acercaban a despedirlo con su oración, y ahora peregrinan a la Basílica Santa María la Mayor para visitar su tumba.
Mientras aún circulan las imágenes de la sobria pero solemne celebración de las exequias de un pastor, también viene a la memoria sus esfuerzos por llevar a todos a Dios, por conducir a los distanciados a construir puentes de paz y fraternidad. Hacerlos sentir a “todos” acariciados por la misericordia de Señor.
Por ello recordamos, como insista en que “Dios no se cansa de perdonar”. Era su forma de llamar contantemente a la conversión, la cercanía con Dios, a dejar lugar en el corazón a la gracia divina que sana las heridas del pecado y fortalece la esperanza del cristiano, decía: “Dios lo perdona todo, Dios perdona siempre. Pecamos contra la esperanza cuando nos abatimos ante nuestros pecados; pecamos contra la esperanza cuando en nosotros el otoño anula la primavera; cuando el amor de Dios deja de ser para nosotros un fuego eterno y nos falta la valentía de tomar decisiones que nos comprometen para toda la vida” (Papa Francisco, 8 mayo de 2024).
El hospital de campaña, la Iglesia en salida, sinodal y misionera, como acostumbraba a llamarla Francisco para acentuar su tarea misionera, ora y agradece por el Papa latinoamericano y pide a Dios por el próximo sucesor de Pedro. Porque la oración siempre fue el punto final de cada encuentro con el pueblo, diciendo: “Recen por mí, yo rezo por ustedes”.
“Jesús: La paz esté con ustedes” (Juan 20, 19-31). La paz de Cristo, la que comunica el Resucitado a sus discípulos es una garantía de la presencia del Señor en medio de su Iglesia. También hoy nos llama a creer, confiar, y seguir peregrinado en la esperanza de la vida cristiana. Gracias Papa Francisco por anunciarnos el Evangelio de la alegría.
Se publicó primero como “Recen por mí, yo rezo por ustedes”