Comunicado de www.vaticannews.va —
Esta mañana, el arzobispo Emilio Nappa, Secretario General de la Gobernación, presidió la celebración Eucarística de preparación a la Pascua para los empleados del Vaticano. Ayer se realizó el Vía Crucis en los Jardines Vaticanos.
Fabrizio Peloni – Ciudad del Vaticano
La bondad con la sonrisa como insignia, la armonía para indicar la unión simbólica de corazones y la sencillez sin máscaras ni hipocresía. Son estas actitudes cristianas para “seguir siendo humanos, portadores de alegría y no de muerte” las que recordó monseñor Emilio Nappa, Secretario General de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, durante la Misa de preparación a la Pascua para los empleados del Vaticano. La celebración tuvo lugar en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro esta mañana, 16 de abril, Miércoles Santo.
Al iniciar la homilía, el Prelado se centró en dos imágenes extraídas de las lecturas del día. La primera es del libro del profeta Isaías, con la frase «el Señor Dios me abrió el oído y no resistí» que «reconduce a la calidad de la escucha», y la segunda es del Evangelio de Mateo, sobre la figura de Judas Iscariote.
Concelebraron con Nappa el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro, el arzobispo Cesare Pagazzi, archivista y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, y los monseñores Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación, y Orazio Pepe, secretario de la Fabbrica di San Pietro —los cuatro se acercaron al altar en el momento de la plegaria Eucarística—, junto a sacerdotes que desempeñan su ministerio como asistentes espirituales en los Dicasterios y otros organismos. Entre los presentes se encontraba sor Raffaella Petrini, presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, con algunos directores y responsables de las distintas oficinas.
Ayer por la mañana, martes, a las 8.15, tuvo lugar en los Jardines Vaticanos el tradicional Vía Crucis para los empleados de la Gobernación, partiendo de la plaza de la Gobernación y llegando a la Gruta de Lourdes, donde la presidenta, sor Petrini, dirigió un breve discurso de buenos deseos. También estuvo presente el cardenal limosnero Apostólico Konrad Krajewski.
Se publicó primero como Nappa a empleados del Vaticano: “Sigan siendo humanos, portadores de alegría”