InicioReligiónConoce la "casa" de los voluntarios del Jubileo en Roma

Conoce la «casa» de los voluntarios del Jubileo en Roma

-

Comunicado de www.vaticannews.va —

Con sus chaquetas verdes se han convertido en una presencia constante en la Via della Conciliazione y en la Plaza de San Pedro: son los voluntarios del Año Santo, jóvenes de todos los continentes que se preparan para vivir el acontecimiento jubilar a ellos dedicado. Cuentan a los medios vaticanos cómo son sus jornadas, su servicio a los peregrinos y cómo se han acostumbrado a vivir en la Domus Spei, la residencia que les acoge en el centro histórico de Roma.

Isabella H. de Carvalho – Ciudad del Vaticano

A pocos pasos de la Piazza Venezia, en una callejuela del centro histórico de Roma, un edificio de cuatro plantas tiene un nombre especial en el interfono: «Casa de la esperanza»casa de la esperanza. Atravesando una verja metálica y varios pasillos, se llega al ascensor que conduce a la última planta. Al abrirse las puertas, lo primero que llama la atención es un cartel verde, del mismo color que los chalecos de los voluntarios del Jubileo, con la inscripción «¡Bienvenido» escrita en varios idiomas. A la izquierda, sin embargo, un largo pasillo con varias puertas conduce a las habitaciones y a la cantina, desde donde se divisa la cúpula de la basílica de San Pedro. El edificio, con cien camas, alberga a voluntarios de toda Italia y del mundo que han decidido dedicar parte de su tiempo a este año jubilar y a los peregrinos que han llegado y siguen llegando a la Ciudad Eterna.

Voluntarios de todos los continentes

«Hemos recibido 13.000 solicitudes», explica Marco Lucente, coordinador del servicio de voluntariado, que los días 8 y 9 de marzo vivirá el Jubileo dedicado precisamente al mundo del voluntariado. «Tenemos gente que ha venido de todos los continentes: Singapur, Taiwán, Sudamérica, Norteamérica». Esta semana hay 45 voluntarios itinerantes, que vienen por períodos cortos de al menos una semana, y 55 permanentes, que han dado una disponibilidad más larga, de al menos tres meses.

Un día típico

La jornada en «Domus Spei» comienza temprano con el desayuno en el comedor, el servicio matutino en Via della Conciliazione de 7.30 a 13.30, y luego el servicio de la tarde. Algunos también se ocupan de la recepción en otras zonas de Roma, como el aeropuerto de Fiumicino o la estación de Termini. Por la noche, regresan a la Domus Spei, cenan y se reúnen en sus habitaciones o en el comedor para jugar o charlar.

José y la gratitud de prestar un servicio

Entre los voluntarios permanentes, que han hecho de la «Domus» su hogar, está José Maria Ignacio. Informático, 25 años, originario de Lisboa y miembro de Comunión y Liberación (CL), se ha puesto a disposición de la Iglesia desde diciembre de 2024 hasta el final de este Año Santo, después de haber sido voluntario en su ciudad natal durante la Jornada Mundial de la Juventud en 2023. José explica sonriendo que se presentó entre los voluntarios del Jubileo porque «pensé que una temporada en la Ciudad Eterna podía ser una bonita escapada». Una evasión también de las «insatisfacciones» que experimentaba en la vida, sobre todo en su trabajo. Poco a poco, cuenta, su fe «redescubierta» gracias a CL cambió su perspectiva, se dio cuenta de que «Dios también está en mi trabajo» y, por tanto, ahora afronta este servicio «con gratitud».

«Aquí tenemos la oportunidad de ver a Cristo manifestado en el rostro de las personas», afirma. Por ejemplo, en peregrinos como Samuel, un joven romano que canta todos los días en la Plaza de San Pedro, o en otros voluntarios, como Savio, un chico brasileño con una «alegría desbordante».

María y las vacaciones escolares pasadas como voluntaria

María, una estudiante de bachillerato de 18 años de Gambolò, en la provincia de Pavía, comparte una experiencia similar: decidió pasar su semana de vacaciones escolares en Roma como voluntaria móvil. Dedicada desde siempre a los necesitados a través del voluntariado en la Opera Federativa Trasporto Ammalati a Lourdes (OFTA) y la Cruz Roja, explica que detrás de todas estas experiencias «siempre hay un amor, una necesidad de estar cerca de los necesitados, de todas las formas posibles o practicables». Reconoce, María, que pasar esta semana de vacaciones como voluntaria del Jubileo «no es una opción muy común entre mis compañeras o amigas», pero asegura que quiso hacerlo tras hablar con personas que realizaron este servicio durante el Jubileo de la Misericordia de 2016.

Ahora espera poder trasladar a sus compañeros el entusiasmo que experimentó y quizá convencer a alguno de que viva la misma experiencia. Aunque son «días ajetreados», con madrugones, María afirma: «Creo que volveré para el Jubileo de los Jóvenes, así que entre finales de julio y principios de agosto, después de la graduación».

Efectos duraderos del Jubileo

Y no sólo los jóvenes se ponen a disposición de los peregrinos. «Recuerdo a una señora de unos 85 años que nos dijo que ya había sido voluntaria con su marido en el Jubileo de 2000. Ambos habían disfrutado de la experiencia, por lo que prometieron volver a ser voluntarios en 2025. Desgraciadamente, su marido falleció, pero para ser fiel a esa promesa, ella también quiso volver como voluntaria por su cuenta», relata Marco Lucente.

Al igual que el Jubileo de 2000 marcó la vida de muchos, se espera que este Año Santo también tenga efectos duraderos. «El voluntario que viene aquí está llamado, a su regreso, a ser un peregrino de esperanza», dice Lucente, «dando así testimonio de que, sí, ha permitido a muchos vivir la peregrinación de una manera profunda, pero él mismo también ha tenido una experiencia de esperanza que llevarse a casa».

Se publicó primero como Conoce la «casa» de los voluntarios del Jubileo en Roma

- Publicidad -spot_img

Selección