En marzo, el Gobierno declaró el estado de emergencia en 23 de los 28 distritos de la nación del sudeste africano en medio de graves condiciones de El Niño.
El actual patrón climático de El Niño se produce en un contexto de desastres recurrentes y crisis climáticas, y de mayores vulnerabilidades que han retrasado la trayectoria de desarrollo de Malawi.
En marzo del año pasado, El ciclón tropical Freddy afectó a más de 2,2 millones de personas e infraestructura crítica dañada. En 2022, Malawi también enfrentó su El brote de cólera más mortífero alguna vez.
Daños generalizados
Las sequías de este año han causado daños generalizados a los cultivos y afectado negativamente la producción de alimentos en Malawi, donde más del 80 por ciento de la población depende de la agricultura para su sustento.
Las estimaciones indican que alrededor de 4,2 millones de personas se enfrentarán a niveles de inseguridad alimentaria “aguda” o IPC-3 y otros 6,7 millones de personas se enfrentarán a niveles de “estrés” o IPC-2, hasta septiembre.
Se teme un deterioro
Se espera que la situación se deteriore durante la próxima temporada de escasez de octubre a marzo, y una evaluación de vulnerabilidad nacional predice que 5,7 millones de personas (el 28 por ciento de la población) se enfrentarán a condiciones de nivel IPC-3, al igual que índice de clasificación del hambre – o peor.
El Llamamiento urgente El objetivo es prestar asistencia a 3,8 millones de personas entre julio de 2024 y abril de 2025. Las mujeres, los niños y las personas mayores constituyen alrededor del 82 por ciento del número objetivo.
El llamamiento, que incorpora 82 proyectos y trabaja con 27 socios, incluidas las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales y la Cruz Roja, tiene como objetivo recaudar 136,5 millones de dólares.

Las graves condiciones de sequía en Malawi han reducido drásticamente el acceso al agua potable, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua.
Presiones monetarias
La situación se complica por una tasa de inflación interanual del 32,3 por ciento en abril y los elevados precios de los alimentos, con un promedio de más de 1,5 veces por encima del promedio de cinco años.
Además, la devaluación del kwacha de Malawi en un 44 por ciento desde noviembre de 2023 y el costo prohibitivo de los insumos agrícolas en 2023 exacerban aún más la situación de los más vulnerables.
La devaluación y depreciación de la moneda nacional también aumentaron los costos de transporte de los alimentos importados y los insumos agrícolas necesarios durante la próxima temporada de escasez.
Los humanitarios también anticipan que a medida que llegue la estación seca del invierno, el ganado probablemente se verá afectado por la reducción de los pastos, la reducción del acceso al agua y un aumento de las enfermedades.
Sectores clave
El llamamiento urgente ha dado prioridad a los distritos donde los impactos relacionados con la sequía son más graves y donde más se necesita asistencia urgente e inmediata para salvar vidas.
Se centra en intervenciones en sectores clave de la agricultura y la seguridad alimentaria, junto con la logística, el agua y el saneamiento, la salud y la nutrición.