El domingo 27 de noviembre y nuevamente el lunes por la noche hubo manifestaciones en varias ciudades chinas tras el mortífero incendio en Urumqi (en la provincia de Xinjiang) vinculado a la política “covid cero”, ya que los servicios de emergencia no pudieron llegar a tiempo.
Las autoridades chinas aseguran este lunes que su “lucha contra el Covid-19 sería un éxito”, mientras se desarrolla un movimiento de ira de gran magnitud de chinos exasperados por las restricciones sanitarias y reclamando más libertad. Por su extensión en el territorio, esta movilización parece la más importante desde los disturbios prodemocráticos de 1989.
El domingo, multitudes de manifestantes, respondiendo a las llamadas en las redes sociales, salieron a las calles de Beijing, Shanghái y Wuhan, tomando a la policía desprevenida. En Beijing los manifestantes gritaron: “no necesitamos una prueba de Covid, necesitamos libertad”. Muchos de ellos esgrimían una hoja de papel en blanco, simbolizando, como en Rusia, la imposibilidad de expresarse y expresar la ira durante años.
También se realizaron manifestaciones en Guangzhou, Chengdu y Hong Kong. El lunes por la mañana, se vio presencia policial en Beijing y Shanghái, cerca de los lugares de las manifestaciones del día anterior, y aún no se ha anunciado el número de arrestos realizados durante el fin de semana.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió el lunes a las autoridades chinas que no “detengan arbitrariamente” a manifestantes pacíficos y que “respondan a las manifestaciones de acuerdo con las leyes y normas internacionales de derechos humanos”.
Casi 6 millones de personas están nuevamente confinadas en la ciudad de Zhengzhou desde el viernes. El miércoles 23 de noviembre, en la cercana fábrica de iPhone de Foxconn, los trabajadores se rebelaron contra las condiciones salariales y las restricciones sanitarias impuestas desde octubre en un ambiente casi carcelario.
Este lunes, la fábrica china de iPhone ofrece $1800 a los trabajadores que acepten quedarse en un intento por retener su fuerza laboral. Los empleados son aún más numerosos al salir de la mayor fabricación de iPhone del mundo en los últimos días. l, el colectivo pagará un bono de $ 1.800 a los trabajadores que accedan a permanecer en el puesto.
China es uno de los únicos países del mundo que sigue aplicando una política de “covid cero”, con confinamientos estrictos y pruebas PCR casi diarias a la población. tener acceso al espacio público
