El Sr. Petro describió a su país como uno de los más hermosos y ricos en naturaleza del mundo, pero dijo que la sangre también fluía por sus ríos y su biodiversidad.
Explicó que la violencia en la selva fue alimentada por el enjuiciamiento de la planta sagrada de los incas: la planta de coca.
“Como en una encrucijada paradójica. El bosque que debería salvarse está siendo al mismo tiempo destruido. Para destruir la planta de coca, arrojan venenos como el glifosato que gotea en nuestras aguas, arrestan a sus cultivadores y luego los encarcelan”, afirmó.
Agregó que destruir la Amazonía aparentemente se ha convertido en el eslogan de algunos Estados y negociadores y denunció que ese “discurso de salvar la selva” es hipócrita.
“La selva arde, señores, mientras vosotros hacéis la guerra y jugáis con ella. La selva, el pilar climático del mundo, desaparece con toda su vida. La gran esponja que absorbe el CO2 planetario se evapora. La selva es nuestra salvadora, pero en mi país es vista como el enemigo a vencer, como la maleza a extinguir”, subrayó.
El Sr. Petro destacó que mientras el mundo desarrollado dejó quemar la selva tropical como excusa para la guerra contra las drogas, también pidió más petróleo, “para calmar su otra adicción” al consumo, el poder y el dinero.
“¿Qué es más venenoso para la humanidad, la cocaína, el carbón o el petróleo? La opinión del poder ha ordenado que la cocaína es veneno y debe ser perseguida, mientras que solo causa muertes mínimas por sobredosis… pero en cambio, hay que proteger el carbón y el petróleo, aun cuando pueda extinguir a toda la humanidad”, dijo, y agregó que tal razonamiento era “injusto e irracional”.
“El culpable de la adicción a las drogas no es la selva tropical; es la irracionalidad del poder del mundo. Dale un golpe de razón a este poder. Encender de nuevo las luces del siglo”, instó.
El Presidente dijo que la guerra contra las drogas ha durado más de 40 años y no se ha ganado.
“Al ocultar la verdad, solo verán morir la selva tropical y las democracias. La guerra contra las drogas ha fracasado. La lucha contra la crisis climática ha fracasado”, señaló.
El señor Petro exigió entonces, hablando en nombre de toda América Latina, el fin de la “guerra irracional contra las drogas”.
“Reducir el consumo de drogas no requiere guerras, nos necesita a todos para construir una sociedad mejor: una sociedad más solidaria, más afectuosa, donde el sentido de la vida nos salve de las adicciones… ¿Quieres menos drogas? Piensa en ganar menos y dar más amor. Pensad en un ejercicio racional del poder”, dijo a los líderes mundiales.
El Sr. Petro también abordó el desastre climático y el desplazamiento que provoca, diciendo que las guerras eran solo excusas para no actuar en su contra.
“El desastre climático que matará a cientos de millones de personas no lo está provocando el planeta, lo está provocando el capital. Por la lógica de consumir cada vez más, producir cada vez más y para algunos ganar cada vez más”, dijo.
El presidente colombiano agregó que dentro de los incendios y envenenamiento de la selva amazónica se incrusta un “fracaso de la humanidad”.
“Detrás de la adicción a la cocaína y las drogas, detrás de la adicción al petróleo y al carbón, está la verdadera adicción de esta fase de la historia humana: la adicción al poder irracional, a la ganancia y al dinero. Esa es la enorme maquinaria mortífera que puede extinguir a la humanidad”, explicó.
El Sr. Petro instó a un diálogo con América Latina para poner fin a la guerra, diciendo que era “tiempo de paz”.
“Solo en paz podemos salvar la vida en nuestra tierra. No habrá paz sin justicia social, económica y ambiental. Nosotros también estamos en guerra con el planeta. Sin paz con el planeta, no habrá paz entre las naciones”, concluyó.
