El abrazo de Albano al Papa León XIV, un invitado muy especial

Daniele Piccini – Albano Laziale

Flanqueado por dos hileras de fieles alegres, tras las vallas amarillas a ambos lados de la plaza Pia, el Papa León XIV recorre a pie el trayecto desde el portón de las Villas Pontificias hasta la entrada principal de la catedral de Albano, en la plaza Duomo, donde esta mañana, domingo 20 de julio, desde las 9:35, celebra la Misa. A medida que avanza, bendice a las personas que ocupan los 400 asientos y las aproximadamente 800 plazas de pie en la plaza. Hace calor, pero la brisa fresca de la mañana en la zona de los Castelli Romani (Castillos Romanos) es un alivio para todos.

Frente a la fachada de la catedral de San Pancracio —mandada construir por el emperador Constantino—, el Papa es recibido, como dicta el protocolo, por las autoridades civiles y religiosas. En el atrio lo esperan monseñor Vincenzo Viva, obispo de Albano; el ministro italiano de Sanidad, Orazio Schillaci; el alcalde de Albano Laziale, Massimiliano Borelli, junto a todos los alcaldes de los municipios de la diócesis suburbicaria de Albano. Los estandartes de cada ciudad ondean con orgullo al paso del Santo Padre.

Un regalo de plata en un cruce de la historia

Mientras suena el Himno Pontificio, interpretado por la banda local “Cesare Durante” situada junto al atrio, el Pontífice recibe un plato de plata con su escudo. El regalo, obra de los maestros plateros Alessandro y Massimo Pirani, fue preparado originalmente para la ceremonia de toma de posesión como cardenal-obispo de Albano, prevista para el 12 de mayo de 2025, día de San Pancracio, patrono de la diócesis. Sin embargo, todo cambió el pasado 6 de febrero, cuando el entonces cardenal Prevost fue nombrado obispo de Roma, adoptando el nombre de León XIV. La ceremonia prevista nunca tuvo lugar, ya que solo cuatro días antes fue elegido Papa.

Desde la última visita papal, el 21 de septiembre de 2019 con la Misa de Francisco en San Pancracio, Albano no recibía un Pontífice. Era natural, pues, que la llegada de León XIV —quien desde el 6 de julio pasa unos días de descanso en las Villas Pontificias de la vecina Castel Gandolfo— despertara un cariño desbordante entre ciudadanos, turistas y fieles.

Anunciar la paz de Cristo

El padre Giacomo Ferri, de 40 años, ordenado sacerdote por el Papa Francisco en 2014 y originario de Pavona, volvió expresamente a su diócesis natal de Albano para ver al nuevo Papa. “Soy misionero itinerante —cuenta a los medios vaticanos—, trabajo en Estados Unidos, oficialmente en la diócesis de Dallas, aunque mi labor se extiende por todo Texas, sobre todo con migrantes. Fuimos la primera diócesis a la que saludó el Papa León en su primer Ángelus en la Plaza de San Pedro. En Dallas celebramos con entusiasmo la elección del primer Papa estadounidense”.

Luego, con voz más seria, reflexiona sobre la inestable situación geopolítica mundial. “Sin duda —concluye— reconforta saber que, justo aquí cerca, en Castel Gandolfo, tenemos al Santo Padre. No es solo un símbolo genérico de paz, sino alguien que, por vocación, transmite el mensaje de paz de Cristo al mundo”.

La emoción de tocar para el Papa

Aunque ya había dirigido a la banda musical de Albano —que lleva el nombre de su abuelo, Cesare Durante— ante el Papa Francisco en 2019, el maestro Andrea Durante, de 50 años, admite que “siempre es una gran emoción actuar frente a un Papa”.

“Esta mañana —cuenta— cuando vi a los 48 músicos de la banda, sentí su emoción en el ambiente. Interpretamos el Himno Pontificio, compuesto por Charles Gounod. Para nosotros, los habitantes de los Castillos Romanos, es un orgullo acoger el retiro de verano del Papa. Podría decir que toda la ciudad vivía con gran emoción la víspera del evento, pero los hechos hablan por sí solos: todas las entradas para ver la Misa en pantalla gigante, tanto en la plaza como en la iglesia, se agotaron en muy poco tiempo. Eso dice mucho del cariño que Albano siente por el Papa León”.

Un recuerdo imborrable para todos

La Misa concluye a las 10:50 y el Papa León XIV emprende con más calma el regreso a Villa Barberini, antes del rezo del Ángelus a mediodía. En el camino, se detiene a conversar con personas con discapacidad o en silla de ruedas, a quienes, tras un emotivo intercambio, bendice con la señal de la cruz en la frente.

De nuevo en la plaza Pia, justo antes de volver a entrar por el portón de las Villas Pontificias, que da directamente a la plaza, muchas personas esperan a los lados del camino para saludarlo. Algunos quieren una foto, otros acercan a sus bebés para recibir una bendición. A todos León XIV les dedica un momento: una sonrisa, un gesto con la mano, unas palabras, una caricia.

Palabras que definen una misión

Pero lo que queda grabado en muchos son las palabras de su homilía. “El Evangelio de hoy, centrado en las figuras de Marta y María, activa y contemplativa, habla directamente al corazón de nuestra misión”, reflexiona Chiara Frezza, de 36 años, responsable del Distrito Sur de los Scouts de Europa.

“El servicio de la escucha y el testimonio por un lado, y la ayuda concreta al prójimo por otro —dice, mientras se retira de la plaza Pia con su grupo— están en el centro de nuestra vocación como scouts. Empezaré a poner en práctica el mensaje de la homilía de Papa León contando a mis compañeros —que no pudieron estar aquí hoy— las emociones y enseñanzas que esta jornada nos ha dejado”.