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Humanismo digital: el futuro sensato de la IA está en las reglas y en los límites

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Comunicado de www.vaticannews.va —

Tras la audiencia con el Papa León XIV, los miembros del Advisory Board de RCS Academy participaron en el Vaticano, en la Casina Pío IV, en un encuentro centrado en los interrogantes que la inteligencia artificial plantea en esta época. El cardenal José Tolentino de Mendonça recordó que las religiones “son socios fundamentales en la construcción de lo humano”.

Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano

Las palabras pronunciadas por León XIV en la Sala Clementina sobre el nuevo humanismo en la era digital resonaron en las reflexiones de los miembros del Advisory Board de RCS Academy y marcaron el desarrollo del encuentro celebrado el viernes 7 de noviembre en la Casina Pío IV, poco después de la audiencia con el Pontífice.

Las subrayadas del Papa sobre el “vínculo entre ética e inteligencia artificial” y sobre una comunicación “al servicio de las personas” para que no se convierta “en un sistema de algoritmos” orientaron el diálogo entre directores ejecutivos, gestores y empresarios.

También se insistió en otro punto señalado por el obispo de Roma: no existe “un verdadero humanismo sin sentido crítico, sin una revisión constante”. Hace falta un pensamiento “que libere la comunicación de la prisa de las modas”.

Se destacó además la necesidad, como señaló el Papa, de “empresarios y comunicadores honestos y valientes”.

¿Quién elabora los algoritmos?

Estas reflexiones de León XIV precedieron, inspiraron y encauzaron el encuentro en el Vaticano centrado en el tema “Humanismo digital: ética e inteligencia artificial al servicio del hombre”.

Los trabajos fueron inaugurados por Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación. “Ningún conocimiento —dijo— es posible si se nos priva del derecho a acceder de manera libre, consciente y plural a informaciones correctas y completas”.

En este ámbito surgen muchas preguntas de fondo. ¿Quién elabora los algoritmos? ¿Y con qué propósito? El problema, señaló el prefecto, es “deontológico, tecnológico, económico y de alfabetización mediática”.

Por eso, afirmó, es necesario “crear alianzas para que la inteligencia artificial esté al servicio de la verdad y del conocimiento”.

En su intervención, Fiorenza Sarzanini, subdirectora del Corriere della Serasubrayó que las palabras del Papa León “deben ser siempre el camino a seguir, cada día”. Recordó además que RCS Academy, un proyecto en crecimiento que ofrece másteres y otras iniciativas, ha formado a miles de personas en estos años.

Cairo: la IA debe estar al servicio del ser humano

Urbano Cairo, presidente y consejero delegado de RCS MediaGroup, evocó también el encuentro con León XIV: “El Papa nos ha dado una vía para nuestro trabajo como comunicadores, empresarios y directivos”.

El vínculo entre ética e inteligencia artificial —añadió— tendrá repercusiones cada vez más significativas. La inteligencia artificial “debe estar al servicio del ser humano y no al revés”.

En cuanto al mundo laboral, Cairo advirtió que ya se observan efectos muy relevantes: en Estados Unidos, por ejemplo, se han perdido decenas de miles de empleos y la inteligencia artificial corre el riesgo de entrar “en colisión con el mundo del trabajo”.

La humanidad se enfrenta a un fenómeno sin precedentes, “que no puede compararse con lo que en el pasado fueron las revoluciones industriales”. Hay que evitar que “la inteligencia artificial se convierta en algo que lo engulla todo, difícil de gestionar y de controlar”.

Benanti: los riesgos de una máquina que se humaniza

El teólogo Paolo Benanti, miembro del Comité de la ONU sobre inteligencia artificial, planteó una pregunta inicial: ¿cuáles son las cosas verdaderamente nuevas en nuestra contemporaneidad? Son aquellas —dijo— de las que el smartphone es símbolo.

La naturaleza y la fluidez de las nuevas tecnologías constituyen “un rasgo distintivo de la sociedad”. El tipo de máquina que estamos desarrollando “es un sistema que se está humanizando”. Esto convierte a la inteligencia artificial en “un nuevo agente social”.

Según el teólogo, podemos prever transformaciones sociales profundas: no es que cambien algunos trabajos, sino que muchos dejarán de existir. Este proceso está generando una visión “mecánica” del ser humano.

Su intervención comenzó con una pregunta y terminó con otra: ¿cuál es “la diferencia entre una máquina que se humaniza y un ser humano que se mecaniza”? La máquina —advirtió— no tiene conciencia, pero eso “no impide que pueda imitar al ser humano”.

Los desafíos planteados por la IA

El encuentro continuó con una conversación entre Luciano Fontana, director del Corriere della Serael prefecto Paolo Ruffini y el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación.

El director del diario milanés señaló que el centro del debate es el impacto de la inteligencia artificial. Recordó que la reflexión de la Iglesia sobre el tema lleva mucho tiempo en marcha. El Papa León abordó esta cuestión desde los inicios de su pontificado, cuando afirmó que “estamos ante una nueva revolución”.

Papa Francisco, añadió Fontana, dedicó casi treinta intervenciones durante su pontificado a este asunto. A partir de este patrimonio, preguntó cuáles son los desafíos de nuestro tiempo.

De Mendonça: la pantalla ha superado al libro

El cardenal José Tolentino de Mendonça expresó en particular su temor de que, en estos tiempos “de transformación profunda y aceleración”, las nuevas tecnologías puedan sustituir lo humano.

Entre los cambios radicales mencionó el mundo del libro. Aunque seguimos produciéndolos y leyéndolos, observó, la era del libro “parece haber concluido”. Está en marcha una transformación: hoy “se pasan más horas frente a una pantalla que ante un libro”.

Y si cambia la herramienta, “también cambia el ser humano”.

El paso del libro a la pantalla tiene un impacto radical y unos costes sociales altísimos. En las escuelas, una de las grandes preocupaciones está relacionada con la salud mental.

Es necesario proteger a la persona humana y promover “una educación en la tecnología”. Hay que “vincular la ética al algoritmo”. Y hace falta un “pacto social” para salvaguardar la educación y afrontar la tecnología.

Debemos “prepararnos para todas las transformaciones en curso y para las futuras”.

Ruffini y las noticias falsas: hacen falta reglas universales

Abordó luego el tema de las noticias falsas y de la mentira vinculada a la inteligencia artificial. Son necesarias reglas “negociadas, compartidas, universales”.

Hace falta “una educación que trascienda también las herramientas”. Solo se puede competir con la inteligencia artificial en un ámbito: el filosófico. “Seguiremos siendo humanos si conservamos el pensamiento relacional”.

En el terreno ético, señaló Ruffini, hay que proteger el pensamiento pluralista y la libertad, ya que solo ella “permite formar ciudadanos conscientes”. Es indispensable promover “la verdad en un sistema pluralista”.

El cardenal Tolentino de Mendonça advirtió además sobre la ambigüedad tecnológica. No se puede considerar la inteligencia artificial como “un mantra para todo, para cualquier cosa”. Tiene “un papel preciso y es subsidiaria de las necesidades humanas”.

Para no confundir la máquina con el ser humano, es necesario establecer “reglas, pero sobre todo límites”. La necesidad del límite no es “una forma encubierta de tecnofobia”, sino una claridad antropológica destinada a proteger lo humano.

El principal problema que la Iglesia percibe hoy, especialmente entre los jóvenes, es el pesimismo y el nihilismo.

Un nuevo humanismo integral

El prefecto Paolo Ruffini subrayó que es prioritario —como afirmó el Papa León XIV— tener un “pensamiento con visión de futuro”, aprender a mirar más allá del presente.

Se necesitan “periodistas, matemáticos y profesionales valientes”. Este tiempo exige una gran inversión en el futuro, y hay que hacer comprender que “el bien común es necesario también para las empresas”. Si se fuerza demasiado el consumismo, la sociedad no puede sostenerse.

“No se puede confiar todo a la inteligencia artificial”. No todo lo posible es necesariamente justo, y “solo si se conserva el límite la sociedad no colapsará”.

También en el ámbito de la inteligencia artificial, las religiones tienen un papel central en la construcción de sociedades basadas en una idea de justicia.

Las religiones —concluyó el cardenal Tolentino de Mendonça— “son socios fundamentales en la construcción de lo humano”. Y hoy hacen falta “un nuevo humanismo integral y sensato que pueda funcionar como faro en estos tiempos”.

Se publicó primero como Humanismo digital: el futuro sensato de la IA está en las reglas y en los límites

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