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Cumbre climática 2025: El camino a la COP30

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La cumbre, que se lleva a cabo el 24 de septiembre en la sede de la ONU, está diseñado como un lanzamiento de COP30, pero, a diferencia de las negociaciones tentaculares de una conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas, es un evento dirigido de alto nivel donde se supone que los jefes de estado, líderes gubernamentales, empresas y sociedad civil presentan productores concretos y nuevos planes nacionales climáticos.

«Acción audaz para la próxima década»

Según los organizadores, la cumbre tiene un mandato claro: las partes para el Acuerdo de parís – El compromiso histórico de 2015 con un tratado sobre el cambio climático – debe presentar nuevos NDC o actualizar (contribuciones determinadas a nivel nacional o promete tomar medidas para luchar contra la crisis climática) que reflejan «acción atrevida durante la próxima década».

El jefe de la ONU António Guterres lo simplificó: los compromisos existentes están lejos de ser suficientes, y solo una fracción de los Estados miembros ha actualizado NDC para 2025. Los planes nacionales actuales, según el UNCCCCRedujo solo el 2.6% de las emisiones globales para 2030 en comparación con los niveles de 2019, una pequeña fracción de la reducción del 43% que, según los científicos, es necesaria para mantener las temperaturas globales a no más de 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.

Por lo tanto, la cumbre sirve tanto como punto de presión como una oportunidad. Esperamos que los líderes no solo sigan siendo compromisos, sino que anuncien nuevos NDC, muestren cómo se implementarán y subrayarán cómo se alinean con la aceleración de la transición de la energía limpia.

Aguas de inundación en Morigaon, India (archivo 2020)

¿Por qué ahora?

La urgencia de la cumbre se ve agudizada por las realidades científicas y políticas. La Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas informó que 2024 fue el año más caluroso registrado, con temperaturas globales de 1.6 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Mientras tanto, el panorama político internacional se ha desarrollado más fracturado.

Estados Unidos, que se retiró del acuerdo de París a principios de 2025, sigue siendo uno de los emisores históricos más grandes. Su retiro de las finanzas climáticas y los compromisos de energía adecuados dejaron a los países en desarrollo preguntándose si los flujos de apoyo prometidos se materializarán.

Al mismo tiempo, existe un impulso real. La inversión de energía limpia superó los 2 dólares en dólares en 2024, excediendo los combustibles fósiles por primera vez, y las iniciativas como el tratado de no proliferación para los combustibles fósiles ofrecidos están ganando terreno. La cumbre probará si estas tendencias positivas pueden ser explotadas y configuradas.

Marcelo Camargo / Agência Brasil

Bomberos de Pantanal, Brasil (archivo 2024)

Leer entre líneas

La cumbre climática no es una sesión de negociación, pero sus resultados establecerán el tono para COP30 en Belém. Brasil ha prometido enfocar esta conferencia sobre justicia climática, protección forestal y energías renovables. Sin embargo, el éxito en Belém dependerá en gran medida de lo que sucede en Nueva York esta semana.

Los observadores monitorearán de cerca tres señales. Primero, ¿los principales emisores traerán planes que compensan la brecha en los espectáculos? En segundo lugar, ¿se extiende el financiamiento climático más allá de los compromisos simbólicos, en particular para el fondo de pérdida y daños (que ha atraído un poco menos de $ 789 millones, lejos de lo que es necesario)? Y finalmente, ¿reconocerán los líderes que la expansión del carbón, el petróleo y el gas es incompatible con los objetivos parisinos?

Sin progreso en estos frentes, COP30 corre el riesgo de convertirse en otro foro de expectativas insatisfechas.

Problemas altos

Para el jefe de la ONU, la cumbre es más que el proceso. Se trata de reconstruir la confianza en el multilateralismo en un momento en que las divisiones globales se amplían y demuestran que la acción climática puede desbloquear ventajas económicas y sociales. «Las oportunidades para la acción climática nunca han sido más claras», dijo la ONU, enfatizando las mejoras de creación de empleo, salud y seguridad energética relacionadas con la expansión de la energía limpia.

Sin embargo, para las comunidades de Pakistán e India movidas por inundaciones destructivas, o para los agricultores del Cuerno de África que enfrentan la sequía, la cumbre es menos una oportunidad que la supervivencia. La brecha entre los impactos climáticos y la respuesta política nunca se ha sentido más amplia.

Palabras a la acción

La Cumbre del Clima de las Naciones Unidas de septiembre de 2025 no reemplaza a COP30, pero puede ser igual de decisivo. Es la arena donde los gerentes pueden restablecer la ambición, inyectar credibilidad y ganar impulso a Brasil.

Si puede ofrecer nuevas promesas audaces, finanzas creíbles y una dirección clara sobre los combustibles fósiles, podría ayudar a salvar la promesa de París.

Publicado anteriormente en Almouwatin.

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